Capítulo 92- Flores

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》Narra Makis《

Federico Posada Thorsberg.
Tus familiares y amigos te recuerdan con verdadero aprecio y esperan encontrarte en la morada eterna.

Dejé una rosa, alejandome rápidamente del lugar, por alguna razón odiaba los cementerios y solo podía subir en el auto, volviendo a casa.

Había comprado otros dos ramos, dejando uno de decoración, observando su mirada fija en Thomas y Sarah, quienes dormían plácidamente al lado de Emma, estando los cuatro en el sofá, mientras que Zeus descansaba cerca de sus pies, dejando un suave beso en sus labios, entregándole el otro ramo.

- Y esto?- Preguntó sin entender, sin quitar su sonrisa.

- Siempre me regalas flores.- Dije sin problema.- Era mi turno.- Sonrió levemente.

- Gracias.- Susurró dejando otro suave beso en mis labios, observando sus piernas inmóviles, notando su calma.

- Hoy tienes que bañarte.- Negó haciendo un puchero.- No seguiré durmiendo contigo sintiendo el olor de tu cabello.- Ella sonrió levemente, mientras volvía a negar.- Tu madre vendrá a cuidar a los niños y yo voy a bañarte.- Me besó una vez más.


- Vas a aprovecharte de verme desnuda.- Lancé una carcajada, acariciando suavemente su mejilla.- Solo me bañarás?- Tomó mi cintura cuando estuve a punto de levantarme.

- Si colaboras te ganas besos a cambio.- Ambas reímos.

- Y otro hijo?- Era pronto.- Ya te dije que quiero un ejército, con uno más me conformo.- Sonreí besandola suavemente.

- Todo porque no los llevas por nueve meses a los bebés, yo me tengo que aguantar cada patada y tú simplemente me miras como idiota.- Parecía triste.

- Uno más.- Acaricie sus mejillas.

- Todos los que quieras, pero aún no.- Me miró fijamente.- Emma está dando vueltas con los pañales, Thomas y Sarah apenas se animan a dormir solos y no quiero estar limitada con los movimientos.- Asintió lentamente.

- Nos vamos de vacaciones y lo hacemos cuando ellos están dormidos.- Lancé una carcajada.

- De vacaciones o no, siempre lo hacemos.- Me besó suavemente.

- Tienes unas semanas para pensarlo, yo solo tengo que mirarte e imaginar cosas asquerosas y ya te estoy haciendo lo que te gusta.- Volví a reír junto a ella.

- Si Emma nos está escuchando va a repetir todo siempre.- Los tres parecían demasiado dormidos, hasta que María José llegó, despertando hasta a Zeus, subiendo junto a Natalia hasta nuestra habitación, mientras su madre se llevaba a los niños de paseo junto a Daniel.

- Yo puedo bañarme sola.- Sonreí levemente.

- Quiero bañarte, porque tienes tu cabello muy largo y ya necesitas un corte.- Sonrió asintiendo, mientras mojaba su cabello, sentándome en su regazo, sintiendo su mirada fija en mis movimientos.

- Me encanta cuando cortas mi cabello.- Sonreí besandola suavemente, mientras pasaba las tijeras por las puntas dañadas, mientras me las apañaba para que mi cadera se mueva más de la cuenta y ella me diera nalgadas mientras reíamos.

La besé suavemente, mientras se sentaba en la bañera, pasando mi mano a la par del agua, tirandole agua su cara cuando mirando mis pechos más tiempo de lo común, aunque solo era para molestar.

Sus manos se posaron en los botones de mi camisa, comenzando a desabrocharlos, para luego tomar su máquina, cerrando el grifo, mientras que ella se enfocaba en rasurar su zona baja.

Era una depravada por mirarla, pero al mismo tiempo se veía tierna, demasiado concentrada en hacerlo con demasiado cuidado para no cortarse.

La besé suavemente, mientras secaba su cuerpo.

Sus labios se posaron en mi cuello, sintiendo sus manos terminar de quitar mi camisa, dejando mis manos en sus omóplatos, bajando lentamente, hasta que me recostó con demasiada suavidad, enredando mis piernas en sus caderas.

- De verdad tengo que usar preservativo?- Asentí sonriendo sobre sus labios, sintiendo un suspiro pesado de su parte.

Terminó de desnudarme, sonriendo levemente, volviendo a la antigua posición luego de que buscara la caja hasta entre mi ropa, mirándola fijamente, mientras se deslizaba dentro de mí, observando su boca entreabierta, volviendo a besarla, dejando una de mis manos en su cabeza.

Con el paso del tiempo parecía que su pene se agradaba más y de cierta manera, mi cuerpo parecía permitirle un mejor acceso, como si ella se pudiera enterrar en mí con facilidad y luego no sintiera dolor, como si me cuidara aún más.

Pasé mi mano por su marcado vientre, observando la cicatriz que había quedado en su pierna luego del disparo de Federico, estando en línea recta con la pequeña cicatriz que había quedado de la apuñalada, mirándola fijamente.

Natalia se había puesto en peligro al decirle que la apunte a ella, él dio el primer disparo en su pierna, atravesandola sin llegar a dañar nada, haciendo que luego Natalia dispare cerca de su vientre, viéndolo desplomarse a mi lado, para que en el juicio, sus padres intenten todo lo posible por ganar, pero las cámaras mostraban lo evidente de que ella se había defendido y que por más de que llamé una ambulancia, él murió casi en el acto y ella se había desmayado como reacción natural por ver la sangre que brotaba de su pierna.

- La próxima semana cumpliremos seis años de que me aguantas.- Lancé una carcajada.

- Me encanta aguantarte.- Ella rió, besandome suavemente.- Aunque nunca me molestó estar contigo, me encanta estar contigo.- Me miró fijamente.- El próximo año cumplirás treinta y cinco y estás más buena que con veintiocho.-

- Me estás tratando de vieja?- Negué rápidamente, riendo al sentir sus manos tomar mis muñecas, acorralandome.- Porque puedo tener setenta y seguir sin necesitar viagra.-

- Deberías usar viagra.- Tiró de mi labio inferior.- Y deberías ser como Christian Grey.- Alzó una de sus cejas.

- Ese tipo me roba protagonismo.- Ambas reímos.- Pero soy mejor que él, porque tengo un perro y tres hijos.- Parecía altanera.- Y porque estoy casada con una mujer aún más hermosa que Anastasia Steele y deberías tener ese papel, pero me pondría celosa, así que prefiero secuestrarte para que nadie pueda ver tu perfecto cuerpo y tu sinfonía de gemidos.-

- Tuve a la mejor secuestradora de todas.- Sonrió besandome suavemente.- Alguna vez te dije que eres el amor de mi vida? Porque si aún no lo sabes, te lo diré todos los días.-

- Hay cosas que no se necesitan decir, Makis.- Alcé una ceja, mientras se escondía en mi rostro.- Como que no hace falta decir que soy tuya y que te amo, porque ya lo sabes sin que yo te lo diga.-

- Y nunca voy a olvidarlo.-

Déjame Ir- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora