Capítulo 79- Hospital

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》Narra Natalia《

- El bebé puede escucharte ahora.- Escuché a Makis a mi lado.- Tienes que despertar para poder hablarle.-

Qué había ocurrido? Federico se había vuelto a escapar y se las apañó para llegar hasta la puerta de nuestra casa y apuñalarme como si así tendría el camino fácil, solo que llevaba más de dos meses sin despertar.

Su mano tomó la mía, ella sabía que yo la sentía, era como si estuviéramos conectadas, pero ella parecía decaer cada vez más.

- Abre los ojos, por favor.- Lo intentaba, pero no podía y la desesperación conseguía hacer que la máquina a mi lado sonara más.- Entiendo.- Ella no entendía.

Su mano llevó la mía hasta su vientre y por más de que lo intentaba, no podía moverla, no podía hacer nada.

Tengo que despertar, tengo que hablar con mi bebé.

- Despierta por favor.- Estaba llorando.- No quiero perderte, no puedes dejarme así.- Mi dedo consiguió secar su lágrima.- Nuestro bebé tiene forma de choclo.- Susurró escuchando su risa.- Nati, mi amor, tienes que despertar, la próxima semana veré el rostro del bebé y quiero que me acompañes, pero para eso, necesito que despiertes, como sea.-

Mi cuerpo reaccionó a su tacto, sentía como comenzaba a doler.

- Despierta.-

Busqué la forma de quitar la máscara de aire, haciendo esfuerzos sobrehumanos para abrir mis ojos, sin verla a ella, hasta que salió del baño.

Intenté sentarme, pero fue imposible, ella ya me había abrazado.

- Despacio.- Susurre a duras penas, mientras se alejaba, conectado nuestras frentes.- Necesito que llames a ese doctor para que yo pueda hablar tranquila con mi bebé.- Makis sonrió, posando un pequeño sorbete en mis labios, consiguiendo recuperar la sed que tenía en el momento.

- Hola.- Tomé con una de mis manos su mejilla, mientras la otra apretaba el botón a mi lado.

- Hola.- Repetí tomando ambas mejillas.- Cómo te sientes?-

- Yo estoy bien, el bebé está sano y Celia me da demasiada comida.- No podía creer que yo había despertado, podía notarlo perfectamente en sus ojos.- Cómo te sientes?-

Un ejército de médicos entró y tuve que usar patrañas sucias para que Makis pueda quedarse, hablando con ella, mientras me hacían el clásico chequeo.

- Y Zeus cómo está?- Me miró incrédula, mientras yo sonreía.

- Comió demás y ahora conseguí una dieta para él.- Sus manos estaban hinchadas.- Es normal, mis pies también lo están.- Susurró formando una mueca.- Hago mis ejercicios, pero igual estoy hinchada.-

- Estas hermosa.- Se sonrojó, mientras que todos sonreían a pesar de saber que traían sus barbijos, sintiendo como me liberaban de tantos cables.

Cuando todos salieron, busqué tomar sus mejillas, pero solo recibí un fuerte calambre en mi zona lastimada, consiguiendo alarmarla.

- Quédate quieta.- Susurró intentando dejarme una vez más en la posición anterior.- Perdiste mucha sangre, la herida era profunda, tienes que quedarte quieta.- Lancé un pesado suspiro.- Qué quieres?- Preguntó suavemente, buscándolo sola, pero no lo conseguía, la punzada era mayor.- Dime lo que quieres, porque te estás haciendo mal solita.- Cortó con su mano fija en el paño que cubría la herida.

- Un beso.- Susurre mirando directamente sus labios.- Quiero un beso.-

Cuando no se movió, volví a intentarlo, pero solo conseguí que sus manos se fijen en mis hombros.- Deja de moverte.-

- Bésame.-

- Si no te quedas quieta, no te besare.- Yo quiero un beso, sus labios con los míos y terminar repartiendo besos en su barriga.

- No me estoy moviendo.- Susurre a la espera.

- Hasta recién lo estabas haciendo.- Se estaba burlando?

- Un beso.- Me quejé tirando de su blusa, notando su sonrisa, antes de besarme suavemente, apurandome a dejar mis manos en su nuca, para lograr profundizar el beso, hasta que un gemido de satisfacción se escapó de mis labios.

- Te extrañé demasiado.- Susurró con su mano fija en mi pecho, sabiendo que iba a querer otro.

- Yo también.- Había encontrado la forma perfecta, pude tomar su mejilla y pude besarla sin sentir dolor. Me encontraba sentada y ella simplemente intentaba hacer que yo me quede quieta.

》Narra Makis《

- Puedo hablarle ahora?- Negué enviando un correo, mientras que ella se quejaba por lo bajo, haciendo sonar el juguete de Zeus, quien corrió rápidamente a su encuentro.- Sentado.- Estaba sentado en mi lado de la cama, mientras que ella le pedía su peluda pata, sabiendo que debía hacer reposo.

Dejé la computadora a un lado, caminando pesadamente hasta el baño, sabiendo perfectamente que debía ir apenas tenía ganas, para evitar infecciones y cosas de las que termino entendiendo menos de la mitad.

- Aún no sabes buscar hamburguesas.- Escuché del otro lado de la puerta, escuchando perfectamente el ladrido estridente.- Vas a hacer que mamá te saqué de aquí.- Susurró pidiendo silencio, justo cuando yo salía, rascando la oreja del can, quien movía su rabo.- Con él no peleas pero conmigo sí.- Formó un puchero y yo solo podía reír.

- Él es obediente.- Rodó sus ojos.- Su madre siempre busca que la regañen.-

- Estoy aburrida.- Alcé mis hombros.- Y si damos un paseo?- Negué rápidamente.

- Tienes que hacer reposo y yo tengo que cuidarme.- Besé su puchero.- Traeré hamburguesas.- Su rostro cambió.- Y vamos a encontrar la forma de que hables.- Su sonrisa aumentó.

Luego de que le lanzara su juguete al perro y el mismo salga corriendo, conseguí cerrar la puerta, notando su sonrisa ancha, mientras me hacía un lugar, entregándole su hamburguesa, mientras que ella comía rápidamente, haciendo mis clásicos ejercicios.

- Hola.- Sus manos se posaron en mi vientre.- Podrías despertar? Será rápido.- Tocó en algunas zonas, notando como dónde su mano estaba posada, el pequeño dio una patada, notando sus ojos brilloso.- Hola.- Repitió acariciando esa misma zona.

Noté como volvió a moverse, lanzando un quejido, sintiendo como ella intentaba relajarlo otra vez.

- No molestes a mamá.- Pico una vez más.- Solo yo puedo molestarla.- Lancé una carcajada.- Estoy esperando el día que salgas de ahí para que juguemos juntas y que te llenemos de amor.- Su voz era demasiado suave.- Ahora, vamos a dormir, así acortamos tu espera.- Besó suavemente mi vientre, intentando volver a acomodarme.

Si Natalia había sido tierna y cuidadosa con Zeus los primeros meses, no me quiero imaginar como va a serlo con el bebé.

- Qué nombre le podremos?-

Déjame Ir- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora