El fin de semana pasó normal, evitando el hecho de que había tenido sueños húmedos con Natalia, sin poder mirarla a la cara.
Ella se había encargado de traer todas mis pertenencias, aún sin tener mi celular, queriendo saber algo de mi familia, mientras que ella simplemente me decía que todo estaba bien.
Subimos en su auto, mientras que simplemente me observaba en algunos momentos, concentrándose en el camino.
Tomó mi mano, mientras nos adentrabamos en el edificio. Quizás me había comportado diferente la mañana siguiente, pero no me animaba a aceptar que ella causaba ciertos sentimientos en mí, evitando mirar el labial que se había puesto.
- Señorita Afanador, la está esperando Esguerra en su despacho.- Dijo una pelinegra, mientras que ella tiraba de mí, sin permitirme observar demasiado el lugar, dejándome en una pequeña oficina.
Encontré una pila de libros, comenzando a hojear el primero, sin entender de que se trataba.
"Que el destino cumpla con su parte"
Gran título, de esa forma nadie lo compraría. Era un muy buen libro, pero sería bueno acompañarlo con un buen cambio de imagen.
Natalia parecía leer mis pensamientos, entrando tranquilamente por la puerta, sonriendome suavemente.
- No hagas nada extraño.- Me entregó mi celular, mirándola con cierta felicidad anticipada, abrazandola fuertemente, mientras ella solo hacía una mueca.
Ante su atenta mirada, decidí llamar a mi madre, quien contestó rápidamente.
- María Cristina, me tenías preocupada, Federico parece estar muy enojado porque lo dejaste de un momento para otro sin dar ninguna explicación. Yo no te eduque así.- Su regaño hizo que mire atentamente a la muchacha que revisaba el mismo libro que yo estaba viendo, culminando la charla con mi madre con el clásico "Te amo, pronto nos vemos."
- Literalmente me secuestraste?- Pregunté molesta.
- Makis, tranquilízate.- Susurró con sus manos fijas en mis hombros.
- Si no quiero tranquilizarme, qué? Vas a atarme otra vez a esa cama? Vas a obligarme a tener sexo contigo? Vas a abusar de mí como él lo hizo?- Lancé, mientras ella negaba suavemente a cada una de mis acusaciones.
- Te estoy dando la oportunidad de ser gentil y llevarnos bien por las buenas. Porque yo no voy a ser gentil, lo que yo te pida, lo harás.- No iba a dejarme ganar. No ahora.
- Tendrás que comenzar a hacerlo, Natalia, porque si me mientes no va a funcionar.- Escupi tomando cierta distancia, pero ella no parecía querer quedarse atrás.
- Sos mía y vas a obedecer mis órdenes porque...- No medí mi impulso, golpeando fuertemente su nariz, haciendo que retroceda rápidamente.
- No soy un objeto.- Grité antes de que me alzara sin ningún problema, dejándo mi pecho sobre el escritorio de roble, con mis piernas colgando.
- Te dije podíamos llevarnos bien o podría obligarte a entenderlo.- Dijo levantando mi pollera.- Vas a terminar por aceptar que sos mía.- Sentí como lentamente bajó mis bragas, intentando moverme, siendo algo imposible ante sus fuertes manos.
- No te atrevas a hacerme nada.- Grité removiendome, notando como dejaba su blazer a un lado.
- Cállate.- Ordenó dándome la primer nalgada, lanzando un gemido ahogado.
- Por favor.- Supliqué luego de la décima, pero Natalia no parecía querer parar.
Me giró sintiendo el ardor en mi trasero, antes de que tome mis mejillas con cierta presión.- Empieza a comportarte, porque la próxima te dejaré una semana atada en mi cama y no tendré ni un poco de piedad.- Se arregló antes de salir, dando un portazo, intentando entender sus cambios de humor que tanto comenzaba a molestarme.
》Narra Natalia《
No podía ser tan insolente. Enamorar a alguien no era tan difícil y doloroso como lo pintaban.
Pero ahí estaba, terminando el segundo vaso de whisky, mientras que Makis ya se encontraba en la casa.
Por qué aún no cumplía con lo que tanto quería? Por qué con ella tenía tanta paciencia? Por qué no me importaba tomarla a mí antojo?
Era Makis, ella y su estupido modo de ser, que hacía querer cuidarla y respetarla, pero no me veía capaz de aguantar una pelea más. No me veía capaz de seguir escuchando sus quejas.
Llegué tambaleante a casa, encontrando todo a oscuras, sabiendo que eran altas horas de la madrugada, arrastrándome hasta el despacho, encontrando rápidamente otra botella, dejando mi blazer y mis zapatos a un costado, para que cuando dejé caer mi cinturón, el muy idiota hizo que caiga la hebilla en mi pie, intentando no hacer demasiado ruido mientras me quejaba; muchas veces lograban agobiarme intentar ser tan prolija.
- Natalia.- Ahí estaba la dueña de mis pensamientos, con un short que debía ser ilegal, en conjunto con una camiseta que (con suerte) llegaba a cubrir su vientre.- Estás ebria?-
- Te importa?- Pregunté sirviendo en un vaso. "No hay que perder la elegancia frente a los demás."
- Demasiado.- Se sentó a mi lado, arrebatamdome la botella, tirandome sobre ella en ese intento de que me devuelva lo mío.
- Dame esa botella si no quieres que...- Golpeó mi mejilla, aumentando mi desesperación.
- Vas a escucharme.- Dijo decidida tirandola, notando como se rompía en miles de pedacitos.
Colmó mi paciencia.
Tiré de su brazo, intentando no caerme mientras daba torpes pasos para subir las escaleras, notando como Makis intentaba oponerse, cayendo torpemente sobre ella en el medio de la sala, antes de que cambiara de posiciones, sentándose en mi regazo, mientras tomaba mis muñecas, dejándolas fijas en el frío piso de madera.
- Vamos a hablar.- Negué, intentando separarme de su agarre.- Quieres atarme?- Asentí.- Y si yo lo hago antes?-
- No serías capaz.- Me burlé, antes de sentir como se separaba de mí, subiendo rápidamente las escaleras, atando mi muñeca al cabezal de su cama, tirando la llave al medio de la habitación. Donde no podía llegar.
Sin entender, ella hizo lo mismo, atando su muñeca a la otra muñequera de velcro que se encontraba en el otro extremo del cabezal de la cama, haciendo lo mismo con su llave, ambas estábamos atadas.
Me recosté, imitando su acción, dejando mis pantalones a un costado, cayendo rendida ante el sueño que podía tener, sin importarme que ella me vea como una idiota.
- Makis, tengo que ir al baño.- Susurre intentando aguantar las ganas, sintiendo el sol chocar con mi rostro, despertandome a la fuerza.
- Tendrás que aguantarte.- Se sentó en la cama, mientras que yo suplicaba que me ayude.- Pusiste estas cosas aquí, deberías saber como soltarte.- Rebatió alzando una ceja. Estaba matándome.
Intenté safarme del agarre, pero solo hizo que comenzara a dolerme, notando como la cama se movía. Era imposible llegar hasta las llaves intentando moverla.
Para ese momento, ni siquiera sentía resaca, metiendo mi mano dentro de la cabecera, encontrando el tornillo que tanto se aferraba a la madera, sin poder sacarlo.
- Tendrás que encontrar la forma hacer tus necesidades aquí.- Se burló.
- Celia.- Susurre más para mí, notando la sonrisa de satisfacción del pequeño demonio, quien se había liberado fácilmente de la muñequera. La muy estupida no había cerrado con el candado, notando como se adentraba en el baño.
El ruido del agua cayendo empeoró todo, necesitaba ir y ella insistía en hacerme esto.
Salió con una diminuta toalla cubriendo su cuerpo, notando como mi miembro se despreocupaba por vaciar mi vejiga, notando como su trasero sobresalía. Se removió inquieto, volviendo a tirar de la muñequera, pero no para ir al baño, quería ir a ella.
- Voy a liberarte.- Dijo mostrando el juego de llaves.- Sólo si hablamos.-
Asentí efusivamente, sabiendo perfectamente las maneras en las que podríamos hablar...
![](https://img.wattpad.com/cover/232072964-288-k119339.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Déjame Ir- (Ventino) [Makia]
FanfictionLo que para Makis fue un simple choque, para Natalia fue la decisión definitiva, esa que cambiaría la vida de ambas, con sus altibajos, con sus peleas y sus malos momentos, para terminar fundiéndose en el amor que tanto se tenían escondido la una ha...