•QUINCE•

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AMNESIA

—Aun no puedo creer que sea tu primer asalto—comenta Nashira—. Hace tiempo ya que fue la mía, pero aún recuerdo estar muy asustada.

—Es una sensación de miedo y emoción a la vez—expresa la pequeña Adhara, recogiendo su melena roja fuego con una moña de colores—. Era tan... Merveilleux.

—Yo si estoy algo dudosa—me detengo frente a mi puerta y me cruzo de brazos al pecho.

—Con las clases todo se te pasará, ya verás—Adhara me da un leve apretón en el hombro a la vez que me sonríe.

—Eso espero—murmuro.

—Igual vamos a estar allí, pelirroja, así que calma y ve a dormir, ¿sí? —Nashira toma a Adhara de las manos y se la lleva por el pasillo— ¡Buenas noches!

— ¡Buenas noches! —respondo.

— ¡Adiós! —grita Adhara agitando los brazos.

Entro sonriente a mi pequeña habitación, dejo el par de zapatillas a la puerta y estiro un poco mis pies, realmente estar con esas cosas era algo molesto, y ni imaginarme caminando en tacones como Nashira quería.

Por ahora solo quería mantener mi cabeza alejada de las dudas que daba este lugar y adherirme a los eventos que estaban por pasar para poder darle la información a ese tal Poh.

Sonrió para mí misma al notar que le he llamado Poh a una voz robótica.

Enciendo la luz de la habitación y me lanzo directo a la cama, astillo mi rostro un par de veces antes de cerrar los ojos y centrarme en todo aquello que comenzaría el lunes, nada más imaginarme a un tutor que no fuera Júpiter me hacía dar gracias al cielo. Entre todo el silencio de mi habitación mis oídos se agudizaron al escuchar un ruido en el baño, alguien había tirado de la cadena del inodoro, y a pesar de escucharse ahogado el ruido por la puerta cerrada, sabía que no lo estaba imaginando.

Me incorporo apoyándome de los codos y con la mirada fija en la puerta, cada vez más dudaba de la 'seguridad' que dicen tener en este lugar. Escucho el agua del lavamanos correr y acto seguido el chirrido de la puerta de madera blanca, un mini infarto hace presencia cuando la figura sale a la luz, pero bufo y vuelvo a tumbarme al notar que el sujeto es Júpiter.

—Debes dejar de hacer esas cosas, ¿sabes? —le informo, paso uno de mis brazos sobre mi cabeza cubriéndome los ojos con la parte interior del codo.

—Es divertido hacerlo.

— ¿A qué has venido?

— ¿Cómo sabias lo del asalto antes que todos? —interroga con voz queda.

Aparto el brazo de mi rostro para mirarle apoyarse del umbral y meter ambas manos a los bolsillos.

—No lo sabía—miento.

—A que eres metiche, pero lo sabias, no mientas—alza ambas cejas de una forma extraña y algo irritante—. ¿Quién te dijo de ella? ¿Y la comandante lo sabe?

Dejo salir un suspiro lento y algo cansón.

Adiós al Júpiter tierno.

¿Qué más daba? Debía contárselo antes de que lo descubriese el mismo, incluso tal vez podía saber quién era ese tal Poh. Me ruedo en la cama para levantarme y acercarme al pelinegro, si se lo terminaría contando, al menos lo haría con la cabeza en alto.

—Anoche descubrí unas fotos y un teléfono viejo, llame al único número de contacto y hable con Poh, un sujeto que quiere información. Él menciono el asalto y un par de cosas más.

AMNESIA © [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora