ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]

Capítulo 31

"Nunca me dejes ir.
Si esta noche no es para siempre, 
al menos estamos juntos.
Sé que no estoy solo.
Sé que no estoy solo.
En cualquier lugar, en cualquier momento, 
separados, pero aún así juntos."

Alone - Alan Walker

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Para Jimin era difícil empezar algo sin pensar en las mil posibilidades de que saliera mal, por eso cuando se adentraba en la cama por la noche sus ojos permanecían abiertos mirando hacía un techo teñido de sombras negras. A veces pensaba en que su pánico comenzaba a desvanecerse pero después comprendía que solo era un efecto temporal. Cuando se libraba de un miedo otro ocupaba el lugar que se había quedado vacío, haciendo que su cabeza se convirtiese en una bomba a contrarreloj.

¿Alguna vez has visto un juego de Tetris? Pieza por pieza rellenando hasta el más pequeño hueco, al menos ese es el objetivo a pesar de los fallos. La mente de Jimin era similar, sus pensamientos, miedos, sentimientos e ideas encajandose a cada instante. Sin dejar espacio. Ni siquiera el aire podría abrirse camino entre la gran masa de cemento que complementaba la pared de su inseguridad y pesimismo.

Le gustaba pensar que había avanzado lo suficiente como para querer tener una relación de verdad, quizás sabía desde el inicio que Jungkook y él eran como agua y aceite pero por fin le daba igual. Estaba cansado de pensar tanto, necesitaba esos actos automáticos que el chico suicida le empujaba a realizar. No era necesario que se mezclaran, bastaba con que se hayasen en contacto. Agua y aceite o no, al fin no le suponía un dolor de cabeza. Estaba centrado en lo que quería o al menos en lo que su instinto le obligaba a hacer.

—¿Sucede algo? — preguntó su hermano tomando asiento en una de las sillas blancas que rodeaban la mesa de la cocina.

El sol anaranjado se colaba por las ventanas chocando contra los muebles de la pequeña cocina y dejando una línea de sombras alargadas, incluso si aún era diciembre el tiempo mostraba señales más propicias de la primavera.

Jimin había comprado algunas plantas como metáfora de la necesidad de imponer la constancia en su vida, Jungkook menciono que tal vez se marchitarían al ser olvidadas día tras día o al no recibir la agua necesaria para sobrevivir. Una prueba más de la diferencia entre el fatalista y el chico suicida. Jimin ponía atención a los vegetales, cambiaba las macetas cuando era necesario, colocaba las bolitas de abono color azul celeste entre la tierra, las movía hacía la zona más  soleada de la cocina y las regaba cada día al punto en el que habían florecido con fuerza, estaban repletas de belleza al contrario que su vida, eso le dio a Jungkook una idea muy cercana de lo mucho que Jimin se esforzaba por lo demás y lo poco que lo hacía por sí mismo.

—Creo que conocer a Jungkook me ha ayudado a entender que no puedo pensar tanto las cosas. Ayer me vino a la cabeza el recuerdo de mi padre — Taehyung poso su mano sobre la espalda de su hermano en señal de apoyo. Sabía lo mucho que le dolía ese tema, Jimin seguía culpándose por dejar morir a su padre de una manera tan egoísta y cobarde — Él me dijo que no lo pensara, automáticamente reaccione diciéndole que no era un pensamiento que pudiese controlar. Mi mente siempre gana las batallas. Incluso cuando no quiero poner mi atención sobre lo que me lastima acabo metido de cabeza en el dolor, trato de no darle importancia y eso aumenta mi ansiedad — Jimin se sentó a un lado de Taehyung llevándose una taza de café a la boca — Entonces Jungkook me dijo que sólo tenía que buscar un sentimiento bueno para sustituir lo malo, crear una especie de rutina para que cuando no pueda evitar sentirme mal tenga algo con lo que dejar apartado el maldito recuerdo o lo que sea que me moleste. Lo llamó ancla. Algo que me sostenga, sin embargo se mostró reacio cuando le mencioné que quería que fuese la mía.