ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]

Capítulo 33

Los dos chicos caminaban en silencio por las callejuelas de Gangdong-gu, la niebla cubría el cielo dando un tono mucho más fantasmagórico al lugar cuando las luces de fluorescencia azules trataban de traspasarla formando líneas blancas en medio de las calles, las aceras y el asfalto estaban cubiertos por una fina capa de agua debido al frío que los últimos días de diciembre aportaban al invierno. Los edificios que allí se encontraban no tenían nada que ver con la zona universitaria a la que Taehyung y Jimin estaban acostumbrados pues estos mostraban al público una faceta solitaria además de peligrosa con todas esas humedades y manchas negras en las fachadas conjuntandose con los techos de uralita translúcida o las malas hierbas acumulándose en las grietas, sin embargo era el lugar en el que Jungkook y Yoongi vivían desde hace varios años. Se trataba del barrio más peligroso de Seúl, al menos el más peligroso por el que el fatalista había caminado, las farolas de las calles estaban fundidas debido a la gran cantidad de muchachos que apedreaban las bombillas de forma constante y las que aún permanecían  en funcionamiento solían fallar apagándose durante varios segundos para encenderse tras la pausa, la penumbra era aliada para la gran cantidad de pandillas que habitaban las estrechas avenidas del barrio.

Jimin observaba con precaución todo aquello que lo rodeaba, sus ojos se habían acostumbrado a la poca iluminación después de varios minutos caminando. Le hubiera gustado poder entrelazar sus dedos con los de Jungkook en busca de algo de esa confianza que el chico suicida siempre lograba aportarle pero este le había explicado en gran cantidad de ocasiones que revelar su naturaleza homosexual en un sitio como ese era poner la carnaza sin trampa para todos los muchachos que se escondían en los callejones esperando la oportunidad de obtener la presa adecuada. Al fin y al cabo seguían en Corea, para ser exactos en uno de los barrios con fama de conflictividad más elevada. La gente ahí no los aceptaría fácilmente.

—En Gangdong-gu las bandas callejeras están formadas únicamente por hombres — dijo Jungkook — los niños que crecen aquí saben desde que nacen cuál será su destino. Son fieles a la banda que les da de comer, de alguna forma siguen el legado de sus padres y se lo transmiten a sus hijos. La oscuridad les gusta — a esas alturas Jimin ya estaba jugueteando con sus manos tremendamente asustado a la par que nervioso, sus pies chocaron con una baldosa levantada levemente en el suelo y Jungkook lo ayudo a equilibrarse antes de que cualquier zona de su cuerpo rozara el más mínimo pedazo de asfalto — de esa forma pueden asesinar, pegar o intercambiar droga sin demasiado riesgo de ser reconocidos. No hay una sola noche en que no se den peleas o tiroteos en alguna zona. La gente que está aquí daría  lo que fuera por moverse hasta el norte del río Han, yo sin embargo le encuentro cierto atractivo al lugar. Es artístico, cultural... Aquí se reúnen personas de todo tipo de nacionalidades, cuando caminas por la calle las discusiones se dan en multitud de idiomas distintos, los acentos están hasta en la más escondida esquina. Por no hablar de las paredes decoradas con increíbles dibujos. No es la primera vez que veo a un fotógrafo inconsciente perdiendo su mirada a cada paso, suelen terminar sin cámara cuando entran aquí. Este no es un barrio malo Jiminie, es un barrio sobreviviente. A pesar de las malas personas que puedas encontrarte escondidas la gran parte llevan toda su vida viviendo de la miseria y soñando con cambiar Gangdong-gu por Gangnam. Pero siempre ha sido así, al sur los pobres y en el norte los de clase acomodada. La cima de estas personas es Yeongdeungpo-gu, ni siquiera las zonas universitarias de la parte sur. Se conforman con habitar un barrio para personas de clase media, peligroso pero no mortal.

—¿Por qué elegiste este lugar para vivir? — Jimin miro hacía el suelo, sus manos se enterraban en los bolsillos delanteros de sus Levis de segunda mano rajados por las rodillas por él mismo.

—Te lo he dicho bebé. Este sitio es artístico. Me inspira — Jungkook río ante el ceño fruncido de su pareja — ¿Prefieres que te construya un castillo de mentiras sobre dinero, relojes Rolex y tiendas de Chanel?