Capítulo 36

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El tiempo que Jungkook tardo en romper la promesa que le había echo a Jimin fue de aproximadamente dos semanas. Cuando comenzaron esa relación él sabía que sería el único motivo existente para finalizarla, tal vez no lo había pensado las suficientes veces o quizás le daba igual en el fondo pero lo cierto es que ahora se encontraba situado frente a un Kim NamJoon muy preparado mental y físicamente para destrozarlo, bajo el puente de Gangdong-gu dispuesto a iniciar una pelea ilegal de esas que tanto le gustaban. Sabía que NamJoon estaba furioso, la ira aún recorría las venas del más joven con las ansias de venganza, esas mismas venas que recorrían sus brazos señal de horas de ejercicio y acumulación de fuerza malgastada en peleas de callejuelas pobres a la par que mugrosas. Hace varios meses Jeon golpeó hasta dejar casi en coma a JN y ahora la pareja, mejor amigo con derechos o lo que sea que fuese Kim de este quería devolvérsela. Dejar de pelear era una cosa pero permitir que faltasen a su orgullo llamándolo cobarde era otra totalmente distinta.

Jamás le prometió a Jimin dejar de ser quien era o olvidar su modo de vivir, quizás uno de los motivos por los que decidió darle una oportunidad a sus sentimientos fue el pensar que Jimin le dejaría vivir su vida. Y aunque sin duda ahora sabía con certeza que lo quería seguía sin poder apartar esa parte de sí mismo que ruega por adrenalina para respirar.

Hoseok permanecía de pie a unos pasos de Jungkook, observaba la escena ante sus ojos con desaprobación. Los brazos cruzados, la espalda recta y una expresión que cualquiera sabría definir, enfado. Estaba enfadado consigo mismo por permitir que Jungkook jodiese la única relación de verdad que hasta el momento había tenido, si bien le había advertido a su amigo sobre la decisión que estaba a punto de tomar y las consecuencias que esta podría traerle, él había echo oídos sordos. Jungkook era orgulloso, si lo retaban llamándole cobarde simplemente se tiraba de cabeza sin pensar y Jung Hoseok, su amigo de toda la vida, sabía que se arrepentiría. Por supuesto que Jungkook no sabía lo que significaba perder a una pareja, jamás sintió amor real por nadie que no fuera él mismo, sin embargo ahora que Jimin estaba en su vida el psicólogo solo podía pensar en que el chico suicida pasaría por primera vez por una situación difícil y ni siquiera lo sabía o directamente no le creía cada vez que le contaba el dolor que podía llegar a provocar en un corazón la perdida de un primer amor.

—No hay reglas, no hay árbitro, no hay denuncias. La pelea acaba cuando uno de los dos se rinda, no logré levantarse o pierda el conocimiento. Podéis empezar las apuestas — la voz de Jackson se coló por los oídos de Jungkook logrando que todo su cuerpo se preparará para la pelea que estaba a punto de desencadenarse.

La gente hacía un corro a su alrededor con los billetes en las manos y las miradas inyectadas en sangre clavadas en los dos muchachos.

—Hasta que el primero pierda el conocimiento — le susurró NamJoon antes de que Jackson iniciará la pelea. Jungkook acepto rápidamente el reto, quizás ese fuera su mayor defecto, no sabía frenar cuando se trataba de defender su valentía u orgullo.

Los dos se posicionaron dentro del círculo con los puños en alto. En cuanto comenzó la pelea Jungkook supo que había perdido, Kim NamJoon por lo general era paciente y generoso con aquellos que peleaban con él, conocía la dureza de vivir sin dinero, el buscar los trabajos más duros para llegar a fin de mes... Pero a sus ojos Jeon era solo un idiota sin planes de futuro. Así que dejo fluir toda su fuerza, sus golpes eran duros, ni siquiera la altura de Jungkook le supuso un problema.

Costillas, estómago, cara, nariz, costillas de nuevo, no se detenía. Buscaba la inconsciencia del chico suicida y a pesar de que este logro propinarle buenos golpes de vuelta, la consiguió. Sonrió complacido cuando Jungkook se desplomó en el suelo.

—Puedes quedarte mi dinero, no quiero nada que tenga que ver contigo imbécil. — a continuación Kim le escupió en la cara y se volteo para caminar hasta Jin quien mantenía la mirada baja sin atreverse a observar lo que sucedía. Una sonrisa se disperso por la cara de este cuando vio a su novio sano y salvo, ambos se fueron tan rápido como la gente se disperso. Sus manos unidas, sus miradas de complicidad y sus cuerpos juntándose en un abrazo destacaban entre todo ese ambiente de delincuencia.

ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora