Jimin estaba sentado en una de las sillas de la sala de terapia, mirando hacía la ventana, la lluvia comenzaba a caer de nuevo empezando lentamente. Sin prisa por precipitarse.
Bostezo, había dormido solo un par de horas y se sentía cansado pues aunque el insomnio lo frecuentaba cada cierto tiempo su cuerpo no estaba acostumbrado a pasar horas fuera de casa durante la noche. Y ayer definitivamente se durmió tarde tras despedirse de Jungkook.
Por su parte Jungkook estaba entrando en el edificio con pereza, caminaba por los pasillos arrastrando los pies como hace un perro domestico cuando la calle esta mojada y sus patas tocan los charcos. Le dolían algunas partes del cuerpo que ayer simplemente no sentía. Su mano vendada parecía agarrotada después de forzarse a usarla para pelear y conducir. En general se sentía exhausto.
—Buenos días — saludo con una sonrisa forzada a las personas presentes en la sala.
Todos le saludaron excepto Jimin, este tenía la mirada perdida en la lluvia. Un comportamiento que Jungkook ya había observado en el chico varias veces y que casi podría clasificarse como frecuente.
—¿No vas a saludarme? — poso su mano sobre el hombro de Jimin asustándolo en un primer instante. Le llevo unos segundos pasar de la cara de confusión a la de felicidad.
Jimin sonreía abiertamente, contento de ver a la persona que empezaba a gustarle. Se sentía como esos adolescentes que persiguen con la mirada a la persona que les atrae siempre que pueden. Tratando de disimular pero sin saber realmente como hacerlo. Moviéndose hacía los lugares que suele frecuentar esa persona especial, intentando llamar su atención sin ser del todo obvios...
En cambio Jungkook, escéptico en todo lo que llevara la palabra "amor" o similar, solo miraba a alguien que le caía bien y a la vez le parecía atractivo.
Dos personas viendo la misma situación desde perspectivas diferentes que decidieron sentarse juntos en lugar de uno frente a otro como había sido habitual desde que comenzaron la terapia.
—Pareces cansado — hablo Jimin permitiéndose posar la mano cerca de una de las heridas recientes en la cara de Jungkook. Este hizo una mueca al sentir dolor así que Jimin aparto la mano rápidamente, avergonzado por no haber pensado en que podría dolerle, molestarle...
—Bueno, tú también lo pareces — Jungkook se apoyo perezosamente en el respaldo de la silla mientras pasaba su brazo sobre los hombros de Jimin. Una postura que a este último le recordó a la noche anterior, antes de la pelea. — Aunque las ojeras parecen ser parte de tu rostro, son pocas las veces que no las tienes.
Jimin asintió comprendiendo a lo que Jungkook se refería. Casi nunca dormía bien y cuando lo hacía le duraba menos de una semana. Su rutina nocturna se basaba en intentar dormir durante unas horas, caer en los brazos de morfeo un máximo de cuatro y despertarse cuando el sol aun no se apreciaba en el cielo. Sus mañanas escondían horizontes oscuros y cafés muy cargados.
—Bueno chicos vamos a empezar con algo simple — Susan entro por la puerta con su habitual prisa. Vistiendo ropa de colores llamativos que nada tenían que ver con el día gris que comenzaba a formarse fuera de esa sala — Quiero que hablemos de lo que nos hace sentir bien a gusto, en harmonía. Centrémonos por un día en las emociones positivas.
Como en cada sesión los asistentes a la terapia comenzaron a hablar en orden, de vez en cuando Susan preguntaba algo para darle énfasis al asunto y después seguían con normalidad.
Un Jungkook aburrido decidió posar la mano en el muslo de Jimin y probar a subirla hasta donde pudiera. Clavo su mirada en el chico, lejos de llamarle la atención se limitaba a mirarlo incrédulo. Jimin sentía un cumulo de sensaciones a medida que el tacto del chico avanzaba sobre su pantalón, cada vez más arriba, con lentitud, casi quemando sus instintos y deseos. Poso su mano sobre la de Jungkook cuando esta ya estaba cerca de su pelvis. En otro lugar no le hubiera molestado que el chico suicida siguiera con lo que había empezado pero la terapia no era precisamente el sitio más discreto. Por no hablar de las diez personas que podrían percibirlo.
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ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]
Fiksi PenggemarJimin portaba un corazón repleto de tristeza y miedo, tan lascimero que la vida le resultaba un castigo. Seguía respirando. Moviéndose. Permitiéndose soñar despierto pero con el alma siempre en un puño de alambre afilado. Su corazón estaba repleto d...