La lluvia chocaba con fuerza sobre el asfalto de una vieja calle de Seúl. Algunas personas comenzaban a esconderse bajo los toldos de las tiendas mientras los suspiros creaban una canción tristona, otras corrían intentando que el viento no destrozase sus paraguas. Los trabajadores de las empresas cercanas charlaban en los bares escondiendose del chubasco bajo un techo cálido y dejando escapar el humo espeso de sus cigarros mientras sostenían sus maletines de cuero al lado de la barra. Todos ellos llenos de prisa, ya fuese por la necesidad de llegar a casa para darse una ducha caliente, por el deseo de reencontrarse con esa persona que los hacía sentirse especiales incluso bajo la mayor tormenta del año o simplemente porque llegaban tarde.
Nadie se paraba a fijarse en la preciosa imagen que creaban las luces de los edificios sobre los charcos del suelo mientras el viento las removía en mil diminutas ondas. Todo seguía su ritmo habitual, incluso la lluvia parecía apresurada por humedecer cada parte de la ciudad. Todo sucedía rápido, tanto que los mejores detalles quedaban opacados, las risas se perdían en el viento... los susurros serían olvidados al igual que el apasionado beso que una pareja de chicos totalmente confundidos se daba en el callejón más escondido, con las gotas de fría agua esparciéndose por su piel y ropa, mientras el sentimiento de excitación los hacía presos de algo etéreo, momentáneo, prohibido, de algo que se perdería con el paso de los días.
"Malgaste el tiempo y ahora el tiempo me malgasta a mi" .
Mirando hacía el cielo, viendo la lluvia caer en mil tonos derivados de las distintas luces que cubrían cada una de las callejuelas de Seúl, se encontraba un chico de media altura, de tez pálida y rostro cansado. En su cabeza se repetía la idea de que le gustaría volverse de mentira para así olvidar cada resquicio de sufrimiento que pudiera atacarle sin previo aviso.
Sacudió la cabeza y siguió con su tarea, Jimin era un chico poco común. Casi desperdiciado. Sabía hacer muchas cosas bien pero no había nadie a su lado para animarlo a desarrollar cada una de sus habilidades, quizás por eso siempre abandonaba sus sueños. Ni siquiera podía terminar series o películas pues antes de que acabaran su instinto lo hacía pensar en que le dolería demasiado no tener más capítulos, mas mínuto que observar. Le tenía miedo a los finales y a las despedidas. Le tenía miedo a la añoranza.... le tenía miedo a tantas cosas que su mundo debió haber estado cubierto de algodón desde el momento en que sus pulmones respiraron por primera vez.
Su personalidad simulaba ser extrovertida pero eventualmente se tornaba miedosa cuando hablaba por más de unos días con las mismas personas. Solo tenía un amigo pero ni siquiera a este le confiaba sus secretos e inquietudes más profundas o eso le parecía de vez en cuando.
Por otra parte el haber reconocido desde temprana edad su homosexualidad derivó en la depresión que desde hace años sufre. Los insultos de la gente, el creerse a si mismo un ser despreciable y anormal... Aunque si le preguntasen a su madre ella podría afirmar que Jimin nació triste, que su alma solo contaba los días hacía atrás como esperando a la muerte y no viviendo la vida.
En sólo unos años había pasado de ser el estudiante estrella a una persona estrellada , desde el día en que decidió seguir un camino diferente al que se esperaba de alguien como él.Jimin abandonó la universidad, se obligó a odiar la carrera de artes escénicas y a olvidar sus sueños.
Cada día se castigaba por no ser lo suficientemente bueno o fuerte como para enfrentarse a aquellos que lo hicieron un desgraciado, la cicatriz que cubría la piel de sus costillas era un recuerdo de su debilidad. No importaba cuantas veces reuniera el valor suficiente, porque esta siempre enviaba la electricidad suficiente a su cuerpo como para paralizarlo del miedo. Aún le dolía. Y en el fondo, sobre todas las cosas, Jimin era un masoquista del pánico y el llanto porque solo tenía el dolor, lo único que lo mantenía cuerdo, lo único que evitaba que perdiera la cabeza.
En la otra esquina de la ciudad se encontraba un chico totalmente diferente. Demasiado extasiado por la música como para percatarse de los sonidos de tormenta. Demasiado liberal para la ciudad en la que vivía, demasiado loco para su familia y demasiado cuerdo para él mismo.
A Jungkook le gustaba leer sobre filosofía, saborear el alcohol, mezclarse con mujeres y hombres para disfrutar del sexo sin importar el género de aquellos que lo hacían gemir o suspirar. Le gustaban los sonidos estridentes pero también los suaves. Él estaba enamorado de la vida, de la noche, de la piel y las manos, del arte, de los olores, de la imaginación...
Siempre ocupado con su presente como para pensar en su futuro. Demasiado perdido como para saberlo, demasiado necio como para vivir en lugar de merodear. Tan sumamente concentrado en el "vivir rápido y morir joven" que el peligro o el miedo era algo inexistente en su vida. Y eso era lo más peligroso de Jungkook, no sentía miedo, no sentía odio u amor, no sentía nada en absoluto.
O al menos eso era lo que él creía.
Hola! Aquí esta otra nueva adaptación ♡
Gracias a MelanieGerpeLen ♡ por permitirme adaptar su linda historia al Kookmin.
ESTÁS LEYENDO
ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]
FanfictionJimin portaba un corazón repleto de tristeza y miedo, tan lascimero que la vida le resultaba un castigo. Seguía respirando. Moviéndose. Permitiéndose soñar despierto pero con el alma siempre en un puño de alambre afilado. Su corazón estaba repleto d...