La navidad comenzaba a acercarse y aunque las calles desprendían colores brillando ante el encanto de los ornamentos de la época tanto para Jungkook como para Jimin sería una época mucho más fría de lo que marcaban los termómetros. Las primeras semanas de diciembre habían estado caracterizadas por días monótonos, rutinarios y llenos de aburrimiento. La predecible vida que Jimin solía buscar ya no era de su agrado, se encontraba muchas veces suspirando cansado o totalmente vago ante la idea de levantarse de cama. Jungkook ya no encontraba diversión con facilidad. Daba igual cuantas cosas peligrosas hiciera al cabo del día, la adrenalina no crecía en su cuerpo al punto de hacerlo temblar. Echaba de menos a esa persona a su lado pidiéndole que tuviera cuidado y uniéndose a sus locuras menos arriesgadas en el último instante. Hoseok cubría bien ese papel pero lo que necesitaba era una voz concreta, unos ojos sorprendidos y unas manos cálidas que su amigo no tenía. Echaba en falta al fatalista.
Ambos estaban en la misma sala, uno al lado del otro, sin embargo parecían separados por el Océano Índico. No se dirigían la mirada. Ni las palabras salían de sus bocas a borbotones como en otras ocasiones. Eso dolía. A los dos les dolía incluso si fingían estar del todo bien. Los días pasaban, Jungkook no lograba sentirse culpable aunque la ansiedad palpase en su pecho ocasionalmente. No quería una relación y que Jimin no lo pudiera entender lo enfadaba.
Nunca admitiría en voz alta que echaba muchas cosas de menos de Jimin. Las últimas palabras que este le dijo seguían recorriendo su cabeza, repitiendo la escena una vez tras otra. Ojala fuera más fácil dejarse llevar en los temas personales, no quería empezar nada que conllevará sentimientos sabiendo que estropearía su amistad con Jimin pero a la vez el fatalista no podía limitarse a ser solo un amigo para él. De las dos formas lo perdería, rechazándolo o aceptándolo.
—Voy a dejar esta mierda — hablo Jungkook. Sus ojos miraban hacía Susan, la psicóloga, pero su atención recaía en Jimin. Lo noto removerse incómodo en la silla por el rabillo del ojo.
Necesitaba escuchar al chico que conocía, a ese que le diría que no perdía nada intentándolo unos cuantos días más. Al mismo que le pediría que se quede. Echaba de menos un amigo al que cuidar. Seguía teniendo a Hoseok y aun hablaba con Taehyung pero de alguna forma era diferente.
Jungkook no tenía ni la menor idea de que Jimin estaba entrando en pánico por el miedo a perder el ultimo resquicio que le quedaba del hombre que había comenzado a querer. La única escusa para verlo sin que Jungkook pensase que lo acosaba. De forma equivocada Jimin creía que él lo odiaba. Por olvidar que no le gustaban las declaraciones de amor o las relaciones. Por olvidar que podía soportar ser solo un amigo si con eso lograba mantenerse a su lado. Por no recordar que Jungkook estaba ocupado curándose a sí mismo mientras arriesgaba su vida y argumentaba no tener problemas. Cometió el error de pensar que tal vez era especial para Jungkook.
—Eres un mentiroso — dijo sin saber lo que hacer — Dices que no tienes miedo pero en el instante en que alguien te pide que pongas un poco de tu parte te escabulles. En realidad eres un cobarde.
Jungkook estaba complacido con la intervención del fatalista pero las duras palabras utilizadas por este le quemaban. Jimin lo conocía lo suficiente como para saber los puntos que tocar. Tres meses. Eso le basto al fatalista para meterse en su cabeza. No podía dejar de regañarse mentalmente, Jimin lo conocía muy bien pero él no sabía nada acerca del muchacho además de algunos datos sueltos y mal ordenados acerca de su vida actual en Seúl con Taehyung. Sabía que está no era su ciudad natal debido a una conversación que Hoseok tubo con él durante uno de sus almuerzos en el bar situado cerca de la Academia del bailarín, sin embargo no le dio importancia. Ahora se preguntaba cómo era el lugar en el que Jimin paso su infancia.
—Se supone que en una terapia te ayudan a mejorar. Yo no tengo ningún problema pero incluso si lo tuviera dudo que haya evolucionado. — Jungkook miro hacía Jimin, este aun se negaba a hacer contacto con sus ojos — No es mi culpa que tú necesites a alguien que se pegue a tu culo para solucionarte los problemas.
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ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]
FanfictionJimin portaba un corazón repleto de tristeza y miedo, tan lascimero que la vida le resultaba un castigo. Seguía respirando. Moviéndose. Permitiéndose soñar despierto pero con el alma siempre en un puño de alambre afilado. Su corazón estaba repleto d...