Capítulo 32

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Por alguna razón que ni él mismo entendía, Jimin hubiera seguido a Jungkook a casi cualquier lado con los ojos cerrados y las manos atadas con alambre. Daba igual lo mucho que su mente lo reprendiera con cada una de sus decisiones poco seguras y faltas de confianza o el miedo que experimentaba de vez en cuando debido a las ideas descabelladas del chico suicida.

Esa noche no fue la excepción pues Jimin no dudo ni un solo segundo en seguir los pasos rápidos de Jungkook cuando esté le pidió que lo acompañará a un lugar que todavía no le había revelado. Para Jungkook era tremendamente sencillo convencerlo o llevarlo a su terreno, bastaba con un sencillo beso acompañado de alguna palabra cariñosa, el fatalista se derretía ante tales actos y en consecuencia su cuerpo se movía de forma casi automática hacia donde sea que su novio quisiese ir.

—Deja de juguetear con tus manos, te gustará el lugar — Jimin levantó la mirada y poso los ojos sobre los de su pareja. No comprendía el porque del ritmo acelerado de su corazón. Incluso si habían sido amigos antes y ahora eran mucho más no lograba librarse de ese traqueteo en su pecho en cada ocasión que sus miradas se cruzaban.

—¿Por qué presiento que no entraremos por la puerta delantera? — Jungkook río en alto.

—Porque me conoces Jiminie — su mirada se paró sobre el instituto cercano al lugar por el que ellos caminaban — quiero ir a la piscina.

Jimin dio un paso atrás, no sabía nadar. Nunca lo había intentado y definitivamente no quería intentarlo.

—Kook no sé nadar — susurro asustado — No entraré ahí.

—No necesitas nadar si no quieres, tan solo acompañame. Venga, nadie sabrá que hemos estado en la piscina. No hay cámaras — Jungkook jalo a Jimin de las evillas de su pantalón vaquero y lo acerco a su cuerpo haciendo que sus cinturas chocaran — Lo disfrutarás, siempre disfrutas lo que te hago, lo que hacemos — su aliento chocaba contra los rosados labios del fatalista mientras una de sus manos acariciaba bajo su camiseta la costura del boxer de este — Vamos bebé, valdrá la pena.

Jimin suspiro en alto y rompió la distancia que los separaba besando los labios de Jungkook con rudeza. Sus lenguas parecían estar sumidas en una pelea, entregándose, chocando y saboreandose. La respiración era dificultosa para ambos a medida que la intensidad aumentaba y los sonidos de piel contra piel se hacían evidentes en la calle vacía.

—Esta bien — susurro cerca de los labios de Jungkook cuando se separaron.

El cielo tenía un color rojizo, casi naranja mientras las nubes se movían lentamente difuminando el azul turquesa. El viento de diciembre era lo suficientemente frío como para hacerlos temblar incluso con los abrigos cubriendo sus cuerpos. Estaba atardeciendo y el sol débil prácticamente había desaparecido dejando que las farolas actuasen como grandes luciérnagas a lo largo de las calles de la ciudad. La luz anaranjada hacía juego con el paisaje mientras que los neones comenzaban a encenderse poco a poco marcando el final del día y el comienzo de la noche.

Ambos caminaron cojidos de las manos hasta el muro de piedra gris que rodeaba la escuela, Jungkook ayudo a Jimin para que este pudiese escalar la pared sin problemas. No era demasiado alta pero el fatalista solo lograba pensar en lo poco segura que se veía desde su posición, de pie sobre el muro mirando hacía abajo mientras el chico suicida rompía la distancia rápidamente para colocarse a su lado y saltar hacía el suelo cercano a la piscina.

—Vamos, no está alto Jiminie. Te ayudaré — Jimin suspiro en alto, se había convertido en una costumbre para él hacerlo cada vez que se encontraba a punto de realizar algo que iba en contra de su propio sentido común — Inténtalo.

Jimin se sentó sobre el muro y con las manos puestas sobre la parte plana de la zona alta de este trato de deslizarse hacía abajo sin rascarse. Sus tenis rozando la piedra de cemento del muro mientras se estiraba. Jungkook poso sus manos sobre la cintura del fatalista en cuanto le fue posible alcanzarlo y con una sonrisa lo alzó haciendo que este envolviese las piernas en su cintura. Entonces lo apresó contra la pared con la sonrisa retadora que tantas veces conseguía volverlo loco en cualquiera de los sentidos.

ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora