ᴅᴏ ʏᴏᴜ! ✽ᴊɪᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✽ [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ]

Capítulo 7

Diario de terapia — Jungkook
Sabado.  1AM

A veces necesitamos pararnos a pensar, sentarnos, poner música y mirar hacía la nada, hacía el techo, o hacia el suelo. Sentir el ritmo atacando la garganta hasta que las cuerdas vocales comiencen a cantar por felicidad, o por desahogo, o por tristeza… da igual el porque.
A veces necesitamos romper con los “quiero ser” para empezar con los “yo soy”. A veces necesitamos aprender a volar con los pies sellados al suelo y la mente en el espacio sideral. Un poco más de Nevernow y no de Nevermind.

A veces necesitamos comprendernos, conocernos y querernos como deseamos que los demás lo hagan.  Pero no podemos. Es una regla no escrita el odiarse en silencio.
A veces necesitamos ver lo que parece oculto en la oscuridad más infinita y no percibimos la linterna que hace tiempo llevamos en la mano. Funcional. Nueva. Con luz infinita, la olvidamos.

A veces necesitamos ese resquicio de latido fuerte apretando el pecho cuando hemos sido malos, delincuentes de nuestra alma. A veces necesitamos sentirnos vivos aun estando muertos. Y a veces necesitamos gritar con fuerza hasta destrozar nuestras cuerdas vocales,  recibir golpes hasta besar el asfalto, correr hasta terminar en llanto.
A veces necesitamos tantas cosas que nos olvidamos de las que ya tenemos y acabamos perdidos en un bucle interminable.

A veces no necesitamos nada pero lo queremos todo.

Diario de terapia — Jimin
Sabado. 4AM

Sueños, yo no sé nada acerca de lo que significa soñar.

Jamás me lo han inculcado, jamás me han dicho eso de “lucha por lo que quieres” o “no te rindas”. Yo nací triste pero no con miedo pues este solo fue creciendo en mi a medida que la tristeza se camuflaba con la sonrisa. Esa que aprendes a dibujar en tu cara con el paso de los años, para complacer, para que no pregunten, para que te dejen vivir en paz o para que crean que realmente vives de esa manera cuando en realidad hay veinte guerras en tu cabeza.

Me siento solo me ha costado demasiado tiempo admitirlo, mientras me mentía a mi mismo diciéndome que en la soledad hay un atractivo indescriptible. Pero lo cierto es que por mucho que se empeñen los poetas la soledad esta lejos de ser poesía, ni mi vida es el más carismático poema.

A mi no me gusta la soledad. Ni despertarme solo cada día, entre infinitos imposibles que las paredes esconden.

Y no, tampoco me gusta sentir esa fuerza que me oprime el pecho cuando la ansiedad se hace dueña de mi vida. Lo cierto es que tampoco me gusta mi vida.

Miedo, yo sé acerca del miedo, eso tampoco me lo han inculcado. Se ha ramificado a partir de una sola semilla. Y ahora tapona las entradas, obstaculiza las salidas