Capitulo 6

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Donghae despertó a las seis de la mañana, la llovía aún se escuchaba golpear el techo con fuerza. Cerró los ojos y se estiró a los largo de la cama desperezándose, se sentía tan cómodo y cálido, casi como en su cama propia. Se quitó las mantas de encima, las hizo a un lado y bajo de la cama, fue al baño a hacer sus necesidades para después regresar a dormir.

Sin embargo, cuando estaba a punto de meterse a la tibia cama el olor a comida llegó a sus fosas nasales, su estómago hizo un sonido de protesta. Donghae recordó que el día de ayer no terminaron su cena por ciertos inconvenientes y en la casa solo tomaron chocolate. Debatió seriamente si era mejor dormir o comer, al final se decidió por la segunda ya que aprovecharía el estar de pie.

Abrió la puerta hacia el corredor y salió algo titubeante, cerró tras él y camino, no sin antes hecharle un vistazo a su futura casa, era hermosa, los colores sobrios no eran mucho de su gusto pero ahí encajaban, tal vez tendría que agregar su toque después. Se encogió de hombros y bajo los escalones hacia la sala de estar, el sonido del sartén era lo único que se escuchó, después los pasos y el tintinear de los cubiertos.

El pelinegro atravesó la sala hasta la puerta de la cocina, se asomó y vio a Hyukjae echándole miel y plátano a dos platos con hot cakes esponjosos, la mantequilla se derretía sobre ellos. A Donghae se le hizo agua la boca solo de verlos, se relamió los labios caminando hacia el hombre de pie al lado de la isla de la cocina.

—Hyukjae.- Llamó él omega, haciendo que el mayor se girara a verlo.

Cuando los ojos oscuros del alfa se posaron en él una sonrisa apareció en sus labios. A Hyukjae le pareció tan adorable ver a Donghae vestido con ese mameluco de tigre, el rostro adormilado mientras se frotaba uno de sus ojos, sumándole que traía la capucha puesta, sobre sus cabellos oscuros. El alfa tomó uno de los platos, lo colocó frente al chico, le sirvió un vaso de leche y depositó un beso en la cabeza sobre la tela.

—Realmente siento lo de anoche, fui algo...- Hyukjae comenzó a disculparse pero el otro rápidamente lo detuvo.

—Está bien, no me molesto en absoluto.- Una sonrisa juguetona adorno los labios del pequeño tigrecillo.

—Lo pude notar.- Dice el alfa, regalándole una sonrisa y una mirada cálida. Es como si ambos se entendieran por las miradas, de una rara forma, claro.

El pelinegro suelta una risita divertida, se encoge de hombros y se sienta en la silla alta de madera, es bastante alcochada. Toma su plato y el cubierto al lado de éste, lo encaja en los hot cakes y se los llevó a los labios, eran de plátano y sabían delicioso.

—¿Te gustan? Mis habilidades culinarias no son demasiadas pero lo poco que hago me sale delicioso o eso dice Sora cuando la prueba.- Dice Hyukjae apagando la estufa y sentándose a la cabecera de la mesa. Toma su plato y comienza a vaciar el jarabe. La lluvia aún resuena en el techo y las ventanas, las gotas gruesa se estampan en los vidrios a escasos metros de ellos, mientras no caigan rayos o truene demasiado fuerte Donghae estará bien.

—Son deliciosos, y te lo dice un pastelero con tres años de experiencia.- Dice el pelinegro metiendo otro pedazo de comida en su boca, disfruta de lo suave y esponjoso que está.

—Muchas gracias, pastelero. Aunque vestido tan tiernamente no puedo tomarlo enserio.- Se burla el alfa con una risa juguetona, comienza a comer pero en cuestión de segundos Donghae se defiende.

—Estas pijamas son realmente cómodas y perfectas para los inviernos, no me pidas que te abrace cuando nos casemos y estés titiritando de frío.- Se defiende el más joven, levanta la barbilla con suficiencia y bebé de su vaso de leche. A Hyukjae solo le parece más tierno.

—Por supuesto, mis disculpas.- El alfa sigue comiendo con tranquilidad mientras ve a su prometido mirarlo de reojo.

—Aceptó las disculpas solo por que hizo, hiciste hot cakes.- Donghae le sonrió, siguieron desayunando en silencio, con calma entre comentarios comunes sin intención o relevancia.

Estaban casi por terminar cuando un celular empezó a sonar bastante fuerte. Hyukjae se puso de pie con calma sacó el suyo de su bolsillo y negó. El omega tardo tres segundos en reaccionar y darse cuenta porque el gesto del otro. Corrió a la sala en busca de su celular, el cual estaba sobre la mesilla boca abajo. Lo tomó y vio que era su mamá ¿Regreso tan pronto?

—Madre.- Responde realmente curioso por el motivo de su llamada.

—Cariño ¿Estas bien?- Cuestiona la mujer algo alarmada.

—Si, ¿Por qué no lo estaría?- Pregunta algo extrañado por la repentina llamada de su madre, ya se había quedado solo en la casa anteriormente, había ocasiones que se iba a dormir con Jungsoo y su madre no sonaba tan inquieta.

—Porque llame a la casa y no respondiste, se que es temprano pero quería decirte que no podremos llegar hoy debido a la lluvia. Se inundó el camino de regreso, no se como se les ocurrió hacer una carretera que bajara al río que rodea al pueblo, en lugar de un puente.- Explica la señora Lee con cierta exasperación en su voz.

—¿Y cuando regresarán?- Pregunta el pelinegro empezando a formar una idea en su cabeza.

—No lo se, espero que en unos días, tu boda es en menos de dos meses, como vamos a organizarnos si no estoy ahí.- Se lamenta la mujer.

—Ya nos arreglaremos, no te preocupes por eso. Disfruta de la estadía con tus consuegros, dijiste que eran agradables.- Recalcó Donghae sonando inocente.

—Si, lo son al igual que ella. Pero no quiero que estés solo...

—Estoy con Hyukjae, en su casa.- Le dice de la nada el más joven. Se sienta en el sofá donde ayer ellos...sacude la cabeza y se levanta yéndose al sofá individual para no recordar eso mientras habla con su madre.

—Si tonto no eres.- Dice la señora Lee.

—¡Mamá!- Exclama Donghae con un puchero en sus labios.

—Usen protección, no quiero que quedes en cinta antes de la boda ¿No podían esperarse hasta noviembre?- Pregunta la mujer sin esperar una respuesta del todo.

—Madre, yo no lo tenía planeado...- Se defiende con la mirada perdida en el cuadro grande con el marco amarillo, unas figuras extrañas y de colores había a lo largo, se podría decir que era bonito.

—Haré como que te creo. Las cámaras de seguridad de la casa están activadas al igual que la alarma, no olvides ir a la repostería mínimo cuatro veces a la semana, además de tus clases.- Le recuerda ella minuciosamente.

—Está bien.- Responde Donghae. Ambos se despiden y cuelgan. El pelinegro se pone de pie y regresa hacia donde está su prometido lavando los platos sucios, camina de puntillas alrededor de la isla y se abraza a Hyukjae por la espalda, absorbe el olor del mayor.

—Eres un tigre muy cariñoso ¿Cierto?- Dice Hyukjae con la diversión en su voz.

—Sip, y sabrás porque no es buena idea darle miel a un tigre, y menos a las seis de la mañana.- Donghae mordió con fuerza el brazo de su prometido antes de salir corriendo, con el hombre pisándole los talones. Ambos riendo y divirtiéndose como si fuesen niños pequeños.

Dulce y Descarado [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora