Capitulo 8

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Donghae estaba recostado en el sofá, con las piernas encogidas contra su pecho, un montón de tarjetitas y una pluma. Se encontraba escribiendo sobre lo que quería en la boda. El teléfono estaba en altavoz y su madre se quejaba continuamente de la lluvia y la mala infraestructura del pueblo, que ella no pensaba ir en una lancha remando bajo la tormenta para llegar a su hogar.

—Entiendo madre, pero la lluvia durará todo una semana sin parar.- Comentó el pelinegro mientras hacia otra anotación en su tarjetita y la agregaba al puño.

—Lo se, aunque al menos podrás mantenerte cerca de Hyukjae, más cerca que su ex novia.- Dice su madre desde el otro lado de la línea, no estuve arreglando el matrimonio por tanto tiempo para nada.

—Lo se, incluso Hyukjae se disculpó conmigo por lo que ella hizo. No es lo mismo recordarla que verla todos los días al salir para tirar la basura.- Explicó el más joven dejando caer otra tarjetita al montón.

—Tu prometido es un buen hombre, por eso le pusieron los cuernos. Solo debes preocuparte de ella, mantenerla a raya.- Sugiere la señora Lee con calma.

—Solo quiero preocuparme por los detalles de mi boda, no por si habrá boda.- Dice el más joven con un puchero.

—Claro que la habrá, me tengo que ir cariño. Recuerda que deben probar los pasteles y decidir cuáles se harán, como serán acomodados, diseñados y todo eso. ¿Ya hiciste la lista de invitados?- Inquiere su madre.

—Probablemente...te llamo luego. Tarda en llegar.- Colgó y se puso de pie, tomó las notas y las dejó acomodadas sobre la mesilla, colgó el teléfono y se estiró mientras caminaba hacia la puerta.

Se puso de pie en busca de una hoja, se quedó quieto y volteó para todos lados pero no veía ninguna a la vista, camino hacia el mueble donde estaba la televisión, abrió las puertas de éste viendo su interior, rebuscó pero no bajo ninguna. Las cerró y camino en círculos por la sala sin saber muy bien a donde ir. Se mordió el labio y frotó el cuello algo confuso.

Vio la puerta justo al frente de las escaleras, camino hasta ahí y con la abrió, había un escritorio, algunas sillas a su alrededor, un sofá largo color negro de un lado y un librero contra la pared. Camino algo dudoso hasta la mesilla, había papeles pero todos tenían algo escrito, rodeó el escritorio y abrió los cajones hasta que encontró un paquete medio abierto de hojas blancas. Tomó un puño y se puso de pie, tomó una de las plumas sobre la mesa, estaba a punto de regresar al cómodo sofá y empezar la lista de invitados cuando la curiosidad volvió a él.

Se agachó y abrió los otros cajones para saber que había, mala idea. En el primero solo había un puñado de carpetas y en otro libros viejos, se sentó en una de las sillas y se puso a hojearlos. Hasta que dio con una hoja doblada en medio de uno de ellos. La tomó curioso y la abrió leyendo el interior.

"Se que los días pueden ser tediosos y agotadores, se que puedes sentirte cansado y desanimado pero recuerda que siempre estaré a tu lado, dándote ánimos y mi amor.

-Jinsook"

¿Cómo podía ser la misma persona la que escribió eso y la que lo amenazo hace unos días? Al parecer le había dado apoyo para Hyukjae durante lo que estuvieron juntos. Se estaba metiendo donde no debía, y estaba consciente de ello pero la mujer también estaba metiéndose con el.

¿Que se supone que debía hacer? Quedarse quieto y mirar como la mujer lo hacía a un lado. Dejó la tarjeta en su lugar, tomó las hojas y la pluma dispuesto a hacer la lista de invitados. Jonsook le había dicho que Hyukjae era reservado respecto a su casa, así que debía de dejar de husmear. Cerró la puerta y regreso a su lugar, tomó una hoja y escribió:

"¿Cómo ganarse el corazón de tu prometido?" La lista de invitados podía esperar.

•••••••

Hyukjae llegó a su casa, llevaba el paraguas sobre su hombro y los pies empapados. Creyó que sería una buena idea irse caminando al hospital, después de todo estaba a un par de minutos pero no contó con la lluvia. Incluso ahora por la tarde no parecía disminuir ni siquiera un poco.

Estaba abriendo la puerta de la entrada cuando una voz demasiado conocida lo llamo, se giró a verla ahí debajo de la lluvia empapada de pies a cabezas, exactamente igual a aquel día en la que la conoció. El recuerdo de esa noche cuando los encontró regreso a su mente, doliendo en su pecho y quemando su corazón. Se giró sin hacerle caso, abrió la puerta pero ella lo detuvo tomándolo del brazo.

—Hyukjae, necesito que hablemos.- Le dice ella con la voz agitada.

—No tengo nada de que hablar contigo.- Responde el alfa zafándose de su agarre.

—Lo que hice estuvo mal, te traicione pero debes entenderme. Me dejaste sola, estaba necesitada de amor y comprensión, tú...

El alfa se giró hacia ella, aventó el paraguas a un lado y la tomó de los hombros con fuerza.

—Pudiste hablar conmigo, terminar, darnos un tiempo. Pero no, decidiste acostarte con el primer bastardo que se te atravesó y ahora te mudas a la casa de a lado. ¿Qué es lo que quieres Jinsook?- Grita él con las lágrimas cayendo por sus mejillas, se mezclaban con la lluvia.

—Te quiero a ti, te amo y se que me amas. Por favor, sólo una oportunidad. Es lo único que te pido.- Dice ella, sus ojos color miel se cristalizan, se sujeta de él con fuerza en espera de una respuesta y por un segundo la mujer cree que ganó pero no fue así.

—No quiero que vuelvas a molestar a mi prometido.- Le dice Hyukjae con frialdad, la toma de un brazo, la jala hasta dejarla en la banqueta de la calle, fuera de su casa.

—Hyukjae, sólo dímelo. Dime que ya no me amas y me iré...

La puerta golpeó con fuerza al ser cerrada. El alfa camina hacia la entrada de su casa y se queda de pie en la puerta. Por un segundo se pregunta si el no es igual que ella, casándose con un chico al cual no ama. Jinsook lo traicionó y el que le haría a Donghae. Era un chico hermoso, era listo, astuto y podía notar que realmente estaba comprometido con el, en todos los sentidos. Qué tan egoísta tenía que ser para arrastrar al pobre omega con él en todo eso.

Pero su ahora prometido lo sabía y lo acepto, su casi suegra lo estuvo acechando por meses hasta que dijo que si al compromiso. Donghae se merecía a alguien que le diera amor y él realmente se esforzaría por hacerlo, estaba encariñado con el dulce y descarado omega ¿Qué tan difícil sería enamorarse de él?

Abrió la puerta de su casa y se quitó la ropa empapada, la dejó en el suelo de la entrada y camino hacia el bulto en su sofá.Donghae dormía profundamente, una hoja con miles de nombres estaba de un lado y del otro, otra solo con el título, que le enterneció y le llenó el pecho de calidez. Se inclinó sobre él y deposito un beso en la frente.

—Nos ganaremos mutuamente, te lo prometo.- Susurra acariciando la mejilla del futuro amor de su vida.

Dulce y Descarado [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora