Capitulo 18

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Hyukjae estaba sentado en el sofá de su casa, con su prometido abrazado a él como un koala, el aroma dulce de su omega lo tranquilizaba. Abrazaba al más joven mientras acariciaba con suavidad sus cabellos oscuros y trataba de calmarlo. Acostumbrarse a la marca seria algo difícil, estaban unidos, vinculados. Su frustración y ansiedad respecto a lo del traslado fueron tan fuertes que Donghae fue quien terminó reflejándolas y exteriorizándolos echándose a llorar.

—¿Te encuentras mejor?- Cuestiona el alfa depositando un beso en la mejilla del pelinegro, éste asiente con calma antes de apartarse del hombro del mayor. Se pasa los puños por sus mejillas y asiente nuevamente murmurando "Si" con la voz ronca. Hyukjae pone ambas manos en sus cachetes y pasa los pulgares para limpiar las lágrimas.

—¿Entonces...nos iremos?- Cuestiona Donghae, sus ojos castaños lo ven expectante, sus mejillas y nariz están de un rosa profundo además de los labios un poco hinchados. Incluso hecho un desastre se ve adorablemente tierno.

—No quiero obligarte a que te mudes, se que al estar unidos será difícil estar tanto tiempo separados pero no quiero obligarte. Serán seis meses y después podré regresar aquí, podría venir los fines de semana...- Ofrece el alfa deslizando los dedos por los cabellos azabaches del más joven.

—No quiero estar lejos de ti.- Susurra el omega viéndolo con sus enormes ojos de cachorro bajo la lluvia.

—Lo se, el lugar a donde iré no es muy lejos de aquí, tiene casi el mismo aura.- Hyukjae besa la punta de la nariz recta de Donghae y le sonríe.

—Me iré contigo ¿Quieres que me vaya contigo?- Cuestiona el más joven con la inseguridad goteando en su voz.

—Caro que quiero, quiero estar a tu lado pero no deseo imponértelo.- El castaño se inclina por otro beso pero esta ocasión en los labios, es suave, rápido y tierno.

—Espero que sea bonito.- Dice con un puchero llevando la mano a su cuello para rascarse.

—¿Te da mucha comezón?- Pregunta el alfa retirando la mano de Donghae para poder ver la marca. Esta de un color rosado lo cual es normal pero no que le de comezón, no después de casi cuatro días.

—No, bueno a veces. También siento como si me picaran con una aguja ¿Eso es malo?- Indaga el menor asustado. Hyukjae puede sentir la inquietud ajena en el mismo, es raro.

—¿Cuantas pastillas estas tomando?- Pregunta el alfa deslizando los dedos por la delicada piel, trata de replicar la sensación de Donghae pero no lo logro. No es igual de fácil algo físico que las emociones.

—Las anticonceptivas, las del celo y los supresores del aroma pero llevó como dos semanas sin consumir los últimos.- Dice el más joven encogiéndose de hombros.

—Y los fuisteis dejando gradualmente...- Sugiere algo esperanzado el castaño. Una sonrisa avergonzada se desliza por los delgados labios del menor.

—O solo deje de tomarlas cuando me di cuenta que se me quedaba tu olor uno hacía falta.- Dice Donghae mordiéndose los labios.

—Probablemente sea un desajuste hormonal, mañana vendrás conmigo para que te revise pequeño irresponsable.- Repriende de forma juguetona el mayor como si hablara como un niño pequeño.

—No fue a propósito.- Dice Donghae acercándose más al otro, hasta que sus narices se rozan y el aliento choca. Y justo cuando sus labios se tocan...

—¡HERMANO!- El grito de Lee Sora los hizo saltar en su lugar de un susto. Él omega casi cae de espaldas pero fue sostenido por Hyukjae.

"¿Acaso quieren matarme de un susto?" Piensa el alfa sintiendo su corazón latir sin control.

—Sora.- Responden ambos sin mucho entusiasmo.

—Es verdad lo que decía el mensaje, te irás y nos abandonarás.- Dice la castaña con preocupación, cierra la puerta y avanza hasta la pareja, se deja caer contra Donghae abrazándolo para después agregar. —¿Que haremos sin ti?- Pregunta con preocupación, refiriéndose a ella y su cuñado.

—Yo iré con el.- Explica el omega algo tímido por la cercanía de la beta.

—Pero...pero ya no podré venir a su casa y comerme su comida cuando no estén.- Réplica Sora poniéndose de pie y cruzándose de brazos.

—Tu que...- Pregunta el alfa confundido poniéndose de pie.

—Pero si se van ambos me quedaré yo sola con mis padres.- La castaña se deja caer contra su hermano abrazándolo mientras finge lloriquear dramáticamente.

—Ya no vives con mamá y papá, y nosotros nos comunicamos mayormente por teléfono. No será mucha la diferencia.- Hyukjae le revuelve el cabello hasta despeinarla. Se aparta de ella y la empuja sobre el sofá a lado de su prometido. —Podrías dejarnos hablar a Donghae y a mí sobre este tema.- Pide el mayor cruzándose de brazos viendo fijamente a Sora.

Ambos hermanos se llevaban bien, pero Lee Sora era tan...impredecible. Podía estar cómodamente comunicándose por mensajes ocasionales y de la nada aparecería en su casa demandando atención, como ahora.

—Claro, claro.- Se pone de pie, pasa sus dedos por los largos cabellos castaños alisándolos. Aprieta una de las mejillas de su hermano para después girarse hacia su casi cuñado. Coloca ambas manos en los cachetes de Donghae, le besa la frente y un gruñido a sus espaldas la hace apartarse. Les sonríe a ambos y camina hacia la puerta pero la pasa de largo.

—¡Sora! ¿A donde vas?- Grita Hyukjae cuando su hermana desaparece de su vista al atravesar la puerta de la cocina.

—¡Les doy su espacio! Yo calentare algo para comer. ¡No se preocupen!- Responde la voz cantarina de la beta mientras se escucha como se desplaza por la cocina.

Hyukjae suspira derrotado, siente una caricia en una de sus manos y voltea a ver al joven pelinegro sentado en el sofá con las mejillas rojas. El alfa se inclina y lo besa con ternura antes de apartarse nuevamente.

—¿Crees que mamá se tome bien la noticia?- Pregunta Donghae mientras se abrazaba, aún sentado en el sofá, al torso de Hyukjae y recargaba su rostro en el abdomen cubierto por la tela suave del suéter.

—No es lo mismo que te mudes a mi casa, a que te mudes del pueblo.- Susurra el alfa deslizando los dedos por la espesa melena. Tratando de que el dulce aroma no lo envuelva demasiado y rezando para que su hermana solo coma y se retire. Pero la suerte parecía no estar ese día de su lado.

Dulce y Descarado [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora