Enamorada del diablo [Demi Lovato y tu]

Capítulo 42

Al Niall desaparecer me concentre en apartamento sola otra vez y confundida, tenia que llamar a mi madre y contarle todo lo que estaba sucediendo pero no sabía como, así que tome mi teléfono y empecé a llamar a mi madre.

En el teléfono...

—Hola cariño ¡Que alegría saber de ti! —dijo mi madre contenta al teléfono.

—Hola mamá —dije dudando en mis palabras —Necesito que vengas.

— ¿Éstas bien cariño? —dijo mi madre preocupada.

Naturalmente no invito a mis padres a casa y mucho menos solo a uno de ellos.

—Necesito hablar contigo —dije angustiada y un poco asustada — ¿Podrías quedarte a dormir?

— ¡Voy a preparar mis cosas y saldré para allá! —dijo mi madre emocionada.

—De acuerdo, adiós.

Fin de la llamada...

Tenia miedo, no por mi madre sino por los sucesos que empezaban a cambiar mi vida totalmente.

Empecé a dar vueltas por todo el salón pensando en como distraerme hasta que llegara mi madre. Subí corriendo las escaleras y encendí mi portátil. Si para algo inventaron el internet fue para investigar no solo para fines propios.

Entre en google y busque “Brujas de siglos pasados” y vi imágenes escalofriantes de como mataban a las brujas cuando las descubrían. Me levante de el asiento del escritorio y puse mis manos en mi cabeza.

¿Cómo diablos evitaron que las descubrieran? ¿Qué es lo que en realidad debo hacer?

—Liam se que te ríes de mi —dije con voz firme —Muestrate ante mi.

Una niebla negra formando una figura junto a mi escritorio apareció y al despejarse la niebla pude ver a Liam con esmoquin.

— ¿Qué quieres de mi? —dije colocandome frente a él.

—Ya te lo dije antes —dijo sonriendo —Que cierres el portal.

—Y ¿Cómo pretendes que yo haga eso? —dije empezando a enojarme.

—Eso lo decides tu, no yo —dijo mostrando unos perlados dientes.

La niebla empezaba a formarse a su alrededor nuevamente y desapareció. Me senté en el borde mi cama agobiada por que no sabia lo que estaba haciendo y no quería arruinarlo.

Podrían matar a mi familia posiblemente, no podía meter la pata por que podría causar un desastre.

Tocaron la puerta y baje despacio las escaleras suponiendo que es mi madre quien me saca de mis pensamientos. Abrí la puerta para confirmar mis sospechas.

—Hola mamá —dije esforzándome en sacar una sonrisa que parecía más una mueca.

—Hola cariño —dijo y me abrazo con fuerza.

—Por favor pasa mamá —dije y tome la enorme maleta que traía.

—Me sorprendió mucho tu llamada, cariño —dijo sentándose en el sofá.

—Se notaba en tu voz —dije sin emoción.

—¿De qué quieres hablar? —dijo sonriendo tiernamente.

Dudaba la idea de decirle y que se sintiera ofendida, tampoco soy tan buena que digamos y a mi me va lo directo pero era mi madre no quiera ser tan bruscas.

—Mamá hay un secreto que no me haz dicho ¿Verdad? —dije intentado ocultar el miedo que se asomaba por mis ojos.