2. Parte 1

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A pesar de recibir la llamada de sus padres para verificar su bienestar, la visita hacia la ciudad fue una grata oportunidad para olvidar sus propios dilemas familiares.

Un castaño Kim Junmyeon lo esperó en la salida de la estación, recibiendolo con su típica amabilidad y porte discreto para ir a "su posada"; comprensivo por la graciosa situación a su parecer, ya que desde que conocía a los hermanos Do, se lo tomaba con más calma.

Junmyeon se encontraba estudiando el primer año de Arquitectura, y pese a la dificultades para ir a las clases, de milagro podía pagarse una estancia donde vivir; un departamento que el mayor compartía alquiler con un roomate llamado Luhan.

—¡Hola! ¡Tiempo sin verte Ojitos!~

Cuando Kyungsoo entró junto a Junmyeon, el mencionado saludó con boca llena desde el sofá, comiendo un sandwich con una soda, mientras veía televisión, y Kyungsoo le devolvió el saludo.

Aquel era un joven rubio alto, flaco y esbelto, procedente de China, un simpático espécimen de veintitrés años, dado con la gente por su fluidez en el idioma; haciendo un muy buen trabajo en ponerle chispa al ambiente.

—¡Has llegado en el momento perfecto, Kyungsoo! —se limpió el borde de la boca con el puño de su camiseta, bebiendo un sorbo de su soda y dijo: —Debes estar hambriento, ¿no? Yo muero de hambre… Jun, ¿qué tal si pedimos pizza?

—Si, pero si lo pagas tú. Yo prefería cocinarle algo consistente para que pueda cenar rico, y no un poco de sándwich de huevo frito y tomate —respondió Junmyeon, con un movimiento de cejas y los labios formando en mueca lineal.

—¡Ugh! Qué quisquilloso eres…

—Llevaré tu bolso al cuarto —le dijo Junmyeon a Kyungsoo y este asintió.

—¡Está bien, pediré pizza con anchoas! —Luhan continuó tomando su celular, oyendo una ligera protesta de Junmyeon a lo largo—. ¡Tendrás que comerla sin protestar, de lo contrario, haz de tu platillo culinario! Ojitos, ¿tú de qué quieres...? ¿Con provenzal? ¿Cebolla y queso? ¿Morrón y jamón? ¿Huevo y tomate? ¿Pepperoni? Dime. Cualquiera que gustes la compraré, luego, ¿que tal una partida de videojuegos? ¿ah? —le propuso guiñandole el ojo.

Kyungsoo rió bajito, tímido por semejante confianza que aquel le brindaba, pues, solo había visitado a Junmyeon en dos ocasiones y esta sería la tercera; Luhan era un Hyung muy suelto.

—¡Sí! Uhm, cebolla y queso. Estaría bien.

—¡Perfecto! De acuerdo. Cebollines con anchoa y picantes, serán.

—¡Ni se te ocurra…! —se oyó al otro desde la habitación—. ¡Pide jamón y morrón!~

Luhan soltó una ligera carcajada negando la cabeza, mientras esperaba a que alguien en la marcación, le respondiera.

—Ese quisquilloso~ Se piensa que le haré caso... —comentó a modo de broma—. Ojitos, ven. Siéntate. Que milagro que tú no eres así, incluso, a veces creo que padece de un toc y no lo quiere admitir~

—Ah, ¿si?

—Si. Tu que lo conoces de hace-… Oh, disculpa… Buenas noches. Si, quisiera hacer un pedido…

Si había vacilado fue para seguirle el royo. Kyungsoo conocía a su Hyung y este siempre había sido un tanto meticuloso con la comida debido a su salud; solía ser alérgico a ciertas cosas, por ejemplo, las nueces, aparte de ser intolerante a la lactosa.

Cuando llegaron las cajas de pizza, esa primera noche disfrutó de la comida con un par de sodas, en medio de una amena y entretenida charla, a base de anécdotas y chistes malos por parte de ambos mayores, porque si, pese a que de Junmyeon estaba acostumbrado, Luhan iba casi a la par, pero luego decía: —¿¡Ahora, que esperan?! ¡Ríanse! No me miren como si me hubiese salido una segunda cabeza~ —. Y pues, la verdad es que con esas repentinas reacciones, daban mejor gracia que contando un chiste. Por último, se apuntaron a la consola de Luhan, para jugar "Street Fighter IV", en donde ahí rompió traseros.

En el plazo de los siguientes días, en momentos se dedicó a hacer su tarea mientras los otros también se ocupaban de sus asuntos de estudio y el trabajo. Sin embargo, variaron con sus charlas respecto a los cambios drásticos de la rutina.

Junmyeon y Luhan no eran la excepción de adultos jóvenes que echaban de menos la escuela, porque a decir verdad, parecía que todo les parecía una mierda —y Kyungsoo meditó por un instante eso—, ya que si bien terminabas la escuela, creyendo que cumplirías tus propósitos en el trayecto de estudiar una carrera, había muchos baches que llegaban sin que los imaginaras. Caías en la realidad en el desafío de quién podría ser más responsable que tú, a pesar de la libertad de hacer lo que quisieras —lo cual, aquí le hizo un tanto de ruido—; como beber, fumar, ligar —según, en el caso de Luhan—, y conseguir un cantidad accesible de dinero con un trabajo de medio tiempo.

Debido a eso, algún que otro consejo no estuvo demás por parte de ambos hacia Kyungsoo.

Vieron películas de acción y terror, incluso de contenido romance erótico, Luhan quiso hacerse el chistoso al decirle a Junmyeon que se estaba perdiendo un buen par de pechos por ser homo, y Kyungsoo solo rodó los ojos a la par que su Hyung, quien le respondió al otro: —Yo aprecio a la mujer de otro modo, estúpido —. Si, Junmyeon a veces podría mostrarse como un santo palomo, pero cuando lo encontrabas, él ya había ido y vuelto antes que tú.

Por otro lado, jugaron UNO y en una sola partida ganó, las demás perdió, teniendo que obtener "un castigo" en el que recibió bofetadas en su mano. Según Luhan, quiso ser generoso, porque Junmyeon era un sobreprotector de pacotilla.

A pesar de cumplir con su responsabilidad, gracias a que no se animó a indagar, la oportunidad de hablar a solas con Junmyeon, llegó en la noche del lunes antes de partir a la mañana siguiente. Supo de él que había hablado por teléfono con Jongdae, y aunque su rostro amable no había hecho un cambio, intuyó la incomodidad que deambulaba por allí; cuando se tomó de valor para hablar, Kyungsoo no perdió la oportunidad de preguntar si estaban bien, llevándose la sorpresa de unas palabras relativamente inesperadas.

—Creo que no. Hay ciertas cosas con las que no puedo lidiar, Kyungsoo —confesó un tanto apático.

Esos días el mayor había dormido en el sofá, mientras el menor utilizaba su cuarto, porque a pesar que Kyungsoo le repitiera que estaría bien, Junmyeon insistió que durmiera en su cama; era su invitado.

—No quiero hacerle daño, pero llegamos a una etapa en la que no sé qué pensar. Tengo otros asuntos en la cabeza que implican trabajar y estudiar, principales responsabilidades para llevar a cabo mi meta con la carrera. Y Jongdae no ha entendido eso...porque no lo experimenta día a día. Tampoco quiero hacerlo de menos solo porque es un estudiante de secundaria y tiene menos responsabilidades, él ha sido un poco histérico últimamente y eso no lo toleraré… No tengo la culpa de que nuestros horarios no coincidan, de hecho, si sus padres no hubiesen organizado ese viaje para este fin de semana, él podría haber venido contigo… —tomó un respiro, pensante—. Sin embargo...yo, hay días en que me desconozco a mi mismo, me siento cansado y no tengo ganas de repasar siquiera los apuntes que debo estudiar, solo para hacer otras cosas de menor importancia… Aunque Luhan me recuerda mi propósito, ayudándome con algunos temarios porque sabe ingeniárselas, está tan bien manejado que no hay día que le agradezca por su buena voluntad conmigo.

—...Vaya. Si, se nota que él lo lleva todo con humor sin importar qué.

—Seh, él mismo se recuerda que le queda este último año —comentó con una sonrisa negando cabeza y el menor se limitó a asentir en comprensión—. Pero volviendo al tema; debido a esto, mi punto es que no quiero generar posibles problemas entre Jongdae y sus padres por mi, de milagro ellos aceptaron nuestra relación hasta considerarlo pasajera. Él aún es menor de edad y es entendible que ellos terminaran pensando eso. Un pensamiento considerable comparado con el de mis padres, ¿no crees?

Y Kyungsoo asintió.

“19 de Agosto — Primera vez que vi llorar a un chico que no era mi hermano. Junmyeon hyung es gay y sus padres lo odian. Personas crueles

El Hermano de Sang Joon © || EXO/KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora