Los padres de Kyungsoo solían ser cercanos a los de Junmyeon cuando ellos transitaban entre los cuatro y seis años en adelante; la surgida cercanía fue lo suficiente llevadera como para que Junmyeon no tuviera problemas para relacionarse con los hermanos Do; lo que dijeran u opinaran, a este le parecería casi siempre divertido.
Su hermana mayor Shinhye, era la que bromeaba que sería su padrino de bodas cuando ella se casara en el futuro, mientras que su hermano Seungsoo, proponía que ellos serían colegas de astrología en el futuro, descubriendo estrellas y planetas. Su hermana Jinsoo aseguraba que Junmyeon algún día le pagaría una gran fiesta de cumpleaños, porque aparte de ser inteligente, él sería rico. Y por último, estaba Kyungsoo, quien no se apuntaba a suponer, ni a concluir, salvo a decir que su Hyung siempre sería un amigo a tener en cuenta.
No obstante, cuando la realidad entre las familias se distorsionó por diferencias de opinión, la persistencia inundó a los señores Do ante la demostración reacia por parte de los Señores Kim, quienes habían impuesto tan drásticamente el orgullo por encima de su hijo, al dar este a conocer su sexualidad por la relación secreta que llevaba con Jongdae. Ellos de ultimátum, exigieron que en cuanto terminara la escuela, se fuera de la casa, dejándole en claro que con lo único que podrían ayudarle, sería pagándole su carrera de estudio.
Kyungsoo se vio tan desconcertado por tal actitud, no estaba mal que ellos hicieran eso por Junmyeon, sin embargo, echarlo a plazo cumplido, no hacía más que verse como una actitud tan déspota y desequilibrada, a su pensar.
Por fortuna Junmyeon obtuvo la ayuda de los Señores Do, rentando un cuarto en el que compartía baño con algunos huéspedes hasta que consiguiera un buen trabajo. Los padres de Kyungsoo fueron tan considerados y generosos, por la estima y cariño que le tenían al muchacho, y gracias a ello, de vez en cuando en oportunidades, se detenían a preguntarle si necesitaba algo; su Hyung aseguraba que no, ya habían hecho mucho por él.
Haciendo a un lado eso, a pesar de no ser prejuicioso con sus amigos, en su momento, la noticia de la relación lo dejó tan perplejo por lo bien guardado que se había mantenido el secreto. Incluso, se planteó que era muy ingenuo y distraído como para no haberlos imaginado a esos niveles, porque solían verse delante de él y no parecían ser muy cercanos, tan breves que no aparentaba haber alguna chispa de tal tipo.
Eventualmente, un día reaccionó al verlos besándose tras el muro de las rampas de skate del parque, curioso de presenciar a espaldas, cómo compartían saliva sin ningún rastro de incomodidad, provocando un ligero rubor y latido zumbón por un gesto tan íntimo y personal.
Se querían de verdad.
—Entonces, ¿qué piensas hacer, Hyung? —preguntó después de una silenciosa pausa.
—Iré a verlo el próximo fin de semana —respondió este asintiendo para sí mismo—, así que ¿podrías avisarle a tus padres que estaré pasando la noche? ¿Por favor?
Ellos estarían encantados de recibirlo.
—Claro.
Tenía la fortuna de que sus padres no fuesen de mente tan anticuada. De lo contrario, seguro sufriría peores dolores de cabeza de los que padecía de vez en cuando por sus propias odiseas mentales hacia su imperfecta familia.
Por lo menos, hablar con Junmyeon sirvió de algún modo para prepararle a Jongdae de lo que se le estaría avecinando, pese a no saber nada con seguridad de lo que podría ocurrir.
El regresar a casa podría haber sido una grata sensación, sin embargo, debió mantenerse al margen de la obvia situación, porque ser testigo de lo disgustados que se encontraban sus padres con los mellizos, por la dichosa fiesta que habían realizado, era como querer tomar una pastilla para dormir.
A pesar de desayunar en moderado silencio con sus mayores, decidió ignorar ciertos comentarios de sus propios hermanos por aparentar ser "el angelito de la casa". Y se encerró en su habitación —que de milagro estaba intacta de entraderas—, acostándose un momento sobre su cama.
Sus hermanos podrían quejarse de cualquier estupidez, y le resbalaba, a tal grado que si él se lo proponía, podría ser peor; "hasta le podrían chupar el pie".
En el transcurso del día se limitó a leer el único manhwa que quedó en su estantería, comiendo algún que otro bocadillo y ver televisión, por la noche, luego de darle la noticia a sus padres sobre la próxima visita de Junmyeon, estos no objetaron y básicamente les cambió la cara ceñuda, interesándose por saber cómo le fue en su fin de semana allí, a la par que él quiso saber qué tal lo pasaron en Jeju con Shinhye Noona.
Gracias al nuevo puesto de trabajo que obtuvo, Shinhye no vivía con ellos, por lo que, en cuanto podía, se hacía un espacio para pasar tiempo con su familia. Kyungsoo hubiese querido ir con ellos y pasar tiempo con su hermana, pero los planes arreglados, no debían ser arruinados.
—Olvidé sacarlo esta mañana y dártelo —comentó su padre después de la cena, en cuanto le dio un cuadernillo nuevo—. Me dijo que el otro que tienes ya está viejo, a punto de terminar las hojas...
El Señor Do era un hombre a finales de sus cuarenta, un poco alto y de proporcionada musculatura, mantenía su postura un tanto erguida para su acostumbrada posición de abogado, y poseía cabello negro con ciertas hebras blanquecinas haciendose presentes, y así como en su cabeza, en las facciones de su rostro también habían destellos de la vegez haciendo estragos. Sin embargo, no perdía una buena sonrisa con sus amables ojos de tono café.
—¿Por qué no me avisaste que necesitabas uno nuevo? —continuó su mayor con un suave regaño—, te hubiera comprado un par más, aunque Shinhye me exigió que no era necesario comprar otro.
—Y tuvo razón...—respondió en voz baja, un tanto incómodo por este repentino "regalo"—. Me es suficiente con esto.
Le había caído de sorpresa el gesto, porque, precisamente, detrás de las palabras de su hermana, no era un cuadernillo para la escuela.
Si, quizá la única excepción quien sabía sobre la existencia de un cuaderno especial, era Shinhye noona, pero no sabía específicamente qué escribía y cuándo lo hacía.
Hace unos meses estando en su cuarto, tomó su cuaderno distraídamente y Kyungsoo se lo quitó de inmediato antes de que lo pudiera abrir por semejante descuido al no haberlo guardado. Y le pidió encarecidamente que no tocara sus cosas sin su permiso, a lo que Shinhye se disculpó por tal atrevimiento. Y a pesar de la inquietud que le generó a su hermana, Kyungsoo se limitó a decirle que era una clase de agenda personal en donde apuntaba recordatorios.
De igual modo, Shinhye se disculpó de nuevo y le sugirió que comprara uno nuevo, porque ese, ya estaba demasiado gastado...
“24 de Febrero — ShinHye Noona por poco descubre este pedazo de armado con letras. Creo que hubiese muerto de la vergüenza por ridículas notas como estas”
—¿Seguro? —indagó su padre—. Ya que no te hemos dado últimamente la mesada, debido a tus notas, podría darte un poco de dinero mañana si te hace falta algún otro material de la escuela.
—No. No te preocupes, papá. No me hace falta nada… Yo. Descuida. Gracias. Luego la llamaré para agradecerle también.
Aseguró con un asentimiento, mientras su padre formaba una mueca en su boca, no muy convencido.
—Está bien. Descansa.
Aún así el hombre terminó por comprenderlo, para después desearle buenas noches y retirarse del pasillo de habitaciones, volviendo al cuarto junto a su esposa.
Se podría decir que su relación de padre e hijo era un tanto plana, debían ser más cercanos por tal vínculo, pero, aunque Kyungsoo apreciara a sus padres con todo su corazón, lamentablemente, le costaba sacar su demostración afectuosa.
A veces se preguntaba por qué solía ser así, si ellos eran buenos con él, luego recordaba, que no había mucho que pensar, creía que era así desde que comenzó a tener uso de razón.
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El Hermano de Sang Joon © || EXO/KaiSoo
Fanfiction"El hermano de SangJoon", es un joven de diecisiete años que al ingresar como nuevo estudiante, se da a conocer como tal por ser el hermano menor de uno de los chicos populares de la escuela, logrando un misterio para todos tras no revelar su nombre...