5. Parte 1

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Había un ruido molesto irrumpiendo su sueño.

—Hmmm…

Do Kyungsoo se quejó adormilado, efectuando que se moviera en la cama, luego, rascó su frente y soltó un sonido extraño de sus labios como si hubiese masticado algo. Por último, dejó caer su brazo al terminar de rascarse y dió media vuelta para seguir durmiendo, y un momento después, se escuchó el suave ronquido proveniente de su respiración, mientras su pecho subía y bajaba a un ritmo pausado.

Estaba cansado después de un sábado de limpieza y hacer tareas de la escuela, cuando en la madrugada del domingo —horas atrás—, se quedó estudiando porque en la semana entrante tendría sus exámenes a deber. Con todo lo ocurrido con su salud y los despistes, se le habían acumulado las cosas, por lo que tenía el propósito de rendir bien para no pasar el verano estresado… O por lo menos, ese es su estimado plan y equilibrado deseo.

Un fuerte y repentino ¡TOK, TOK! en la puerta, lo hizo sobresaltarse, abriendo de par en par los ojos. Su corazón se aceleró creyendo que la puerta sería echada abajo, dejándose ver abrumado con sus cabellos alborotados, picos en alto que llegaban a parecer una peluca.

—¡¿Qué quieres?! —le gritó a quien sea que esté en la puerta.

Un despreciable individuo que se atrevía a interrumpir su bendito sueño.

—¡¿Ahora si estás despierto?!

Rayos. Su noona Jinsoo.

—¡Niño mimado, papá dice que bajes a desayunar...! ¡Ahora!

Maldición.

Como Kyungsoo solía tener sueño pesado, y más cuando dormía a horas tardías de la noche, Jinsoo había estado tocando la puerta reiteradas veces con los nudillos en alto para lograr despertarlo, pero debido a que no escuchó ninguna respuesta, decidió golpear a puño firme la madera.

Con un suspiro y frotándose el ojo, respondió: —En unos minutos bajo.

—Okey~ ¡Pero date prisa porque debemos ir al mercado por las compras!

Ugh.

Las benditas compras de los víveres. Que fastidio. ¿No podían ir ella y Seungsoo que eran los mayores?

No. El acuerdo era que sus padres harían las compras en la semana, y si faltaba algo en la despensa, él y los mellizos tendrían que reponerlo los fines de semana. Por lo tanto, mientras se levantó refunfuñando y se cambió de ropa, fue al baño a lavarse la cara y los dientes, y se mojó un poco el cabello para aplastar esos condenados picos que lo hacían ver como un loco.
 
Un rato después, bajó al comedor y sus familiares estaban sentados en la mesa de granito con sus respectivas preferencias de desayuno. Conversaban entre sí con una que otra risa ligera.

—Buenos días —se limitó a decir Kyungsoo con voz ronca.

Todos le saludaron a la brevedad. Se sentó junto a ellos y su madre le acercó una taza para que se sirviera las opciones de té, café, o leche chocolatada. Sin embargo, Kyungsoo le agradeció disculpándose, que por hoy no le apetecía ninguno. Prosiguió a servirse un vaso con agua debido a su garganta seca, la bebió toda y agarró un tazón para llenarlo con un poco de leche con cereal. Sus movimientos en silencio demostraron que estaba demasiado perezoso y con sueño, dejando ver que ni siquiera tenía ganas de hablar.

Era de esos domingos en el que se despertaba con cero ganas de vivir. 

—¿A qué hora te dormiste? —preguntó su madre con tono leve de regaño, mirándolo con preocupación pero desapruebo.

—Muy tarde.

—No es conveniente que sigas haciendo eso —agregó su padre—. Debes descansar bien, sino deterioras tu sueño...

El Hermano de Sang Joon © || EXO/KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora