MARIONETAS DEL DESTINO

FINAL

FINAL.

Ingrid y Luis estaban preocupados por Alexa, ella no estaba nada bien, no quería saber nada de su matrimonio.

Orlando estaba muy entusiasmado con su matrimonio.

—Alexa Ximena, tenemos que ir por las invitaciones hoy nos las entregan.

—Orlando, yo llamé, ya hablé con la litografía, no me gusto ningún diseño. Todavía no las han hecho.

—Tenemos que ir, las tarjetas se reparten quince días antes del matrimonio.

—Orly y si los aplazamos. Yo estoy terminando el semestre.

—Alexa no te veo tan entusiasmada, que pasa.

—No... Orlando yo no estoy segura que debamos dar este paso, yo jamás soñé con casarme. Te pido un tiempo. Démonos un tiempo.

—Alexa tu indecisión no me gusta, si lo mejor es que paremos esto. el único enamorado soy yo.

—Orly yo agradezco todo lo que me has ayudado. Que quieras a Bruno Alejandro. Lo único que me hace dudar es que tu dices que amas a mi hijo, pero tienes abandonado al tuyo.

Orlando no se esperaba esto.

—Un hijo estas equivocada. Orlando se paro y trato de tomarle las manos a Alexa. Pero ella se dio la vuelta. Dándole la espalda le dijo

—No yo hable con tu expareja y ella me lo conto, no le respondes por él bebe.

—Ese bebe no es mío, le he pedido la prueba de ADN. Dijo Orlando

—Ella dice que es tuyo, que tu no has querido responderle, que el caso está en los juega dos.

—Alexa este no es problema tuyo. Mira piensa muy bien las cosas, démonos el tiempo que dices.

Orlando decidió apartarse un poco de Alexa, Bruno siguió visitando a su hijo.

Alexa lo amaba y no soportaba el rechazo de Bruno. Se dio cuenta que Bruno había empezado a salir con una colega de él. Una joven sencilla.

Decidido ir a la carrera de motos ilegales para ello le robo la moto a Bruno. Fue al parqueadero y se la llevo. Le envió un mensaje a Bruno

—Bruno tu dices que lo que mas amas es esta moto, tu moto y tu son solo uno. Vamos a ver que vas a hacer sin tu moto. Me la llevo. Te estoy avisando para que no la reportes como robada. Si la quieres ven a la carrera que hay hoy de motos ilegales.

Bruno le marco a Alexa, pero como era de esperarse no le contesto.

En la madrugada fue a los piques ilegales. No vio a Alexa. Decidido esperar. De pronto vio llegar su moto, no sabía si era Alexa la que la manejaba. Vio como su moto se incorporó en la zona de partida. En cuestión de segundos salieron a correr. Su moto iba delante llevaba la delantera. Gano el conductor estaba desenfrenado. Dio la vuelta y giro hacia el puente seguido de varios fans que la seguían. Llegando al puente se quito el casco todos vieron a Alexa, esta cogió impulso, alzo los brazos en son de victoria, no pudo controlar la moto y esta se abalanzo hacia el precipicio.

Bruno corrió hacia el puente y vio como se incendio su moto.

En medio de la comisión llamo a Alejandro

—¡Alejandro, Alexa está muerta!

—¡Te enloqueciste, como dices eso!

—Si vi como se tiro con mi moto por el precipicio. De la moto no quedo nada. Llama a Ingrid y comunícaselo. Yo voy a estar aquí pendiente. No esto me esta matando. Nooo.... lo puedo creer. Lo dijo arrodillándose. Se dejo caer al piso se cogió la cara con sus manos y lloro desconsoladamente mientras gritaba.

—¡Ale noooo... Por favor no. esto es imposible!

Ingrid y Azucena no lo podían creer, como la dejaron ir, como la descuidaron. Su dolor era inmenso. Cuando se pierde un ser querido. Siempre vienen los por qué. Las culpas y las lamentaciones.

Bruno lloro, el amaba a Alexa, él siempre estuvo allí para ella. No tuvieron un cuerpo que enterrar solo quedaron cenizas. Al estallar la moto, cayó encima de árboles secos, esto sirvió como combustible, los bomberos duraron varias horas apagando el incendio.

—¡No! Ale. ¡No puedo aceptarlo!, Alexa no merecía una muerte así. Mi mama va a enterrar a un actual vacío. Dios como puede ser.

—Amor no se que decirte. Ale era como una hermana para mí. Mi dolor es inmenso. Lo dijo abrazándola. Se abrazaron y lloraron los dos.

Azucena no se resignaba, lloro, Luis la ayudo a alistar para ir al funeral. Las pocas personas que fueron al funeral, estaban conmocionadas con la noticia. Luis y Ingrid le llevaron flores rojas, no querían flores blancas. Alexa era muy alegre, espíritu libre.

—Vuela hermanita, se libre, ya no serás manejada por nadie. No te entiendo. Descansa en paz. Yo cuidare tu hijo. Ingrid se derrumbó. Alejandro la abrazo y la sostuvo para no dejarla caer.

El abuelo también estaba muy triste siempre desde pequeña secundo todas las locuras de Alexa. Se sentía culpable al cumplir el mínimo de sus caprichos. LA muerte de Alexa salió en los periódicos y por honor a su familia dijeron que la joven Alexa había muerto en un accidente al venir manejando y un reguero de aceite el saco de la carretera lanzándola al abismo. En el terreno baldío que callo Alexa, Alejandro le construyo una tumba. Arreglo el puente y sembraron Arboles para mejorar el caudal del rio.

Bruno decidió viajar con Bruno Alejandro hacer su vida fuera del país.

Alejandro y Ingrid Se dedicaron a su empresa. A cuidar a su abuelo. Luis se dedico a su madre. Azucena arrendo la pastelería. Se dedico a hacer obras de misericordia, quería encontrar la paz en su corazón.

Días después

Ingrid y Alejandro bautizaron a Sara Ximena. Alejandrito tenia tres años. Bruno Alejandro tenia dos años. Se reunieron toda la familia Luis llego en moto vestido de negro similar a como vestía Alexa la última vez que la vieron. Ninguno en la familia pudo superar la trágica muerte de Alexa. Continuaron con sus vidas, pero con un vacío enorme. Cada año se reunían en el cementerio a llevarle flores a la tumba de Alexa.

—Hermanita ya no eres una marioneta como decías. Ahora vuela libre. Para mi tu nunca fuiste una marioneta, tu siempre manejaste los hilos de todos. Jamás me cansare de dar gracias a Dios por permitir reunirnos. Conocerte fue un regalo para todos en la familia. En su epitafio colocaron un poema de Mary Elizabeth Frye.

No te detengas ante mi tumba y llores
No estoy aquí, no estoy durmiendo
Soy miles de vientos que fluyen en el horizonte
Soy los diamantinos copos de nieve de gran esplendor
En los verdes campos, yo soy la luz del sol
Y en otoño, la delicada y suave lluvia soy yo
Cuando despiertes en el silencio matutino
Soy el trino de las aves que cantan a tu alrededor
Soy las tenues estrellas que brillan al anochecer
No te detengas ante mi tumba a llorar
No estoy ahí, No estoy muerto.