Alejandro llego al apartamento, Pamela (asistente de Alejandro) se encargo de Alexa. Alejandro dejo a Pamela en la portería.
—Hola querida, acompáñame. Dijo Pamela cogiéndola por los hombros y llevándola hacia la calle.
—Que te crees, como te atreves trepadora, porque te acuestas con Alejandro te crees con derechos. Le dijo Alexa dándole un golpe en el hombro
—Mira Alexa, tu ya no eres la esposa de Alejandro, tú lo engañaste, incumpliste el contrato, te vas por las buenas o llamamos a la policía. Quieres pasar la noche en una estación de policía. Ten dignidad, solo falta que todas tus amistades se enteren que ya no perteneces a la gran familia de los Banegas y para ponerle la cereza al pastel ya no eres la esposa del gran empresario Alejandro Acevedo.
—Igualada, le dijo dándole una cachetada.
Pamela sintió hervir la sangre, le dolía el orgullo, le ardía la piel de la cara. Llamo por su celular al chofer de Alejandro.
—teniente Sotomayor. habla con Pamela tengo un problema, necesito su ayuda
—Señorita Pamela, esta equivocada habla con Jaime.
—Si teniente, traiga la patrulla, y una ambulancia, si necesito ir a la clínica, fui agredida y llame también al noticiero, esta noticia le interesa a más de uno.
Alexa salió corriendo, no sabia que hacer, no quería ir al barrio de Azucena, no tenia a donde ir, no tenia dinero, Bruno no le contestaba.
Alexa se decidió a buscar ayuda de Azucena. Llego al barrio le pareció muy folclórico. Observaba aterrada cada casa, los niños jugando en la calle, cuatro niños pasaron corriendo por el pie de ella, Alexa se quedó paralizada, dejo que los niños pasaran por el pie de ella. Unos jóvenes venían fumando se le acercaron.
—El cielo abrió la puerta y se escaparon los angelitos. Dijo uno de ellos.
—Mire que mujerona, te acompaño princesa.
—Cargo maletas, te ayudo, una miradita para el cieguito
Alexa apuro el paso. Llego a la cafetería de Azucena. Se dirigió al lugar donde ella estaba.
—Hola madre, vengo a visitarte.
—Hola hija sigue, vienes de visita o te vas a quedar.
—De visita por unos días, necesito que me albergues.
—Claro hija. Luis quédate al pendiente de la cafetería voy a instalar a tu hermana.
El tomo de un brazo, subieron unas escaleras, llegaron a un apartamento limpio, ordenado modesto.
—No te preocupes no te voy a molestar, solo quiero posada y comida.
—Si claro, descansa, yo te llamo si te necesito.
Alexa se acomodó en el sofá, se dispuso a ver una serie en la tv. Se quedo dormida en unas horas sintió como le golpeaban el zapato.
—Levántate es hora del almuerzo, mi madre dice que bajes. Almuerzas y nos ayudas en la cafetería, Aquí no hay nada gratis. Dijo Luis
Alexa no dijo nada, sentía su estómago en constante movimiento tenía hambre.
Bajo a la cafetería, estaba cerrada, su madre y su medio hermano estaban cenando. Miro el plato que le habían servido.
—Siéntate come. Dijo Azucena
—No como granos, solo vegetales lo dijeron observando el plato de frijoles.
—No hay más, tu vera si comes, aquí todos comemos lo mismo.
Luis la observo.
—No vas a comer, mejor para mi Dijo Luis, tomo el plato de Alexa lo acerco así el.
—No. Suéltalo, madre tengo hambre, no he desayunado. Dijo Alexa jalando el plato de comida.
Azucena los observo, siguió comiendo, vio como Alexa devoro el plato de comida.
—Hija si quieres más, ve y te sirves. Después me ayudas a lavar la loza.
Alexa le parecía deliciosa la comida fue y sirvió más. Termino se tomo un vaso de jugo y se dispuso a lavar la losa, tomo su celular se coloco los audífonos en el oído y coloco la música de su preferencia.
—Madre, necesito guantes.
—Azucena le dio un par de guantes.
—Primero lava los vasos, después los platos y de ultimo las cucharas, las cucharas las jabonas dos veces.
Alexa trato de hacer lo que le decía Azucena, las cosas no le salieron muy bien rompió un plato y un vaso.
—Rindió la vajilla le dijo Luis.
—Hijo toca tenerle paciencia a tu hermana, ella en su vida lavo un pocillo.
Alexa termino de lavar la losa. Iva a subir a seguir durmiendo en el sofá. Luis la detuvo.
—Acaba de salir el pan, tenemos que empacar para una contrata que tenemos para una tienda.
—Empacar pan, te ayudaría, pero no sé cómo se hace.
—Tomas seis panes y los empaca en una bolsa le haces un nudo y ya.
Alexa empezó a empacar el pan como le dijo Luis le pareció fácil.
Enci Silva
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MARIONETAS DEL DESTINO
Mystery / ThrillerIngrid, era una joven estudiosa, callada, encerrada en si misma. Desque tenía razonamiento le había tocado abrirse paso por la vida luchando. Su madre y ella luchaban para sobrevivir, las dos trabajaban, por más que lo hacían no podían salir del fon...