En la mañana Ingrid se sentía cansada. Tenía una indigestión, últimamente tenía mucho sueño, no se quería levantar de la cama. La comida le hacia daño. Fue al médico Alejandro la acompaño y le mandaron varios exámenes. Alejandro la llevo al apartamento.
—No te preocupes esposita yo voy por los exámenes.
Alejandro fue al laboratorio, recibió el resultado de los exámenes. Ingrid estaba en embarazo de nuevo.
Alejandro le alegro la noticia. Ingrid también se ilusiono.
—Esposito, después de tener este bebe me voy a operar. Con dos hijos es suficiente.
—Esposita yo quería tener media docena de hijos, pero si tu no quieres.
—No. con dos son suficientes. Dijo Ingrid acostándose en sus piernas
Alexa celebro el embarazo de Ingrid haciendo una torta de manzanas. Se reunieron en la pastelería. Alejandrito dio sus primeros pasos.
Según la Azucena el calor, la seguridad que le daban todos al estar reunidos le dieron el valor para caminar.
Alejandrito al ver la torta canto el feliz cumpleaños, el niño relacionaba la torta con los cumpleaños.
Pasaron los meses Alexa estaba a punto de tener su bebe. No quería la ayuda de Bruno, la llevaron a un hospital.
Alexa tenia los dolores de parto, se sentía morir.
—¡Madre, por favor ayúdame! decía. Ingrid —Yo quiero cesárea, no soy capaz de tenerlo naturalmente. Me está matando lo decía mientras se agarraba de la camilla.
Ingrid llamo a Alejandro pidiéndole ayuda. En unos minutos Bruno la estaba llamando.
—Hola Bruno, yo creo que tu hijo ya va a nacer.
—Hola Íngrid. Si eso me dijo Alejandro. Bruno hablaba rápidamente—Ingrid lleva a Alexa a la clínica del Rosario, allí trabaja mi tío, ella está esperando. Allí será atendida adecuadamente. Yo viajo hacia allá, estoy subiendo en el avión.
—Bien eso voy hacer.
Ingrid le dijo a Alexa y Azucena.
—Hermanita allá va a estar mejor.
Alexa ya no pensaba el dolor para ella era inmenso. La subieron a una ambulancia, Las enfermeras y los doctores del hospital quedaron satisfechos. Descasarían de los gritos y lamentos de Alexa.
Alexa llego al hospital. El tío de Bruno tenía todo preparado para
Recibir a Alexa.
Alexa en minutos vio como le colocaron un cateto en la mano. Le colocaron líquidos y continuo con el trabajo de parto. Azucena la llevaba y la caminaba por la sala de urgencias. En unas horas la llevaron a la mesa de parto. Alexa descanso de las contracciones le aplicaron una inyección en la espalda baja.
Bruno llego a la clínica, se dirigió a la sala de espera allí estaba Ingrid y Azucena.
—Buenas noches saludo
—Buenas noches Bruno. —Buenas noches dijo Azucena
Los invito a tomar algo en la cafetería de la clínica. Ingrid tenia cinco meses de embarazo.
—Hija Alejandro dice que ya viene para acá. Yo creo que lo mejor es que te vayas con él. Piensa en tu bebe, este no es lugar para que estés en ese estado
—Dale Ingrid, tranquila nosotros te mantenemos informada.
Ingrid se despidió y se fue con Alejandro.
Bruno se quedo con Azucena esperando a que naciera el heredero.
—Señora Azucena yo quiero llevar a Alexa para mi apartamento. Contrate a una señora para que lo cuidara. Quiero que tanto ella como mi hijo estén bien.
—A mi me parece bien, el problema es que ella acepte con lo cabecidura que es. Yo le pido a la virgencita que la cubra con su santo manto, que le de entendimiento para que actúe mejor, he hecho la novena para que deje ese mal genio. Yo se que Dios la va a ayudar.
Bruno le preguntaba al personal que salía de la sala de urgencias por Alexa. De pronto vio salir al doctor con su bebe en brazos.
—Felicitaciones sobrino, es un hermoso bebe, esta bien la madre también está bien.
—Gracia tío, lo miraba, le parecía muy tierno, indefenso, se le inundaron los ojos de lagrimas no dijo nada, solo lo recibió en los brazos y lo llevo hacia su corazón.
—Sobrino lo voy a llevar junto a su madre, solo era para que lo vieras, no te lo puedo dejar.
Enci Silva
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MARIONETAS DEL DESTINO
Misterio / SuspensoIngrid, era una joven estudiosa, callada, encerrada en si misma. Desque tenía razonamiento le había tocado abrirse paso por la vida luchando. Su madre y ella luchaban para sobrevivir, las dos trabajaban, por más que lo hacían no podían salir del fon...