Capítulo 13

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Alejandro aprovecho que ella dormía y reviso el celular de Íngrid. Tenía pocos contactos y no tenían nombre solo el número de él decía Esposito, los demás contactos los diferenciaba por letras. Miro el Whatsapp y se dio cuenta que escribía a una mujer. Le marco y no le contestaron. En unos segundos le escribieron

—Ingrid, que necesitas que te paso esta vez.

Alejandro le escribió

—Alexa.

Alexa le escribió

—Mira niñita, estoy ocupada, si es mi padre mándalo para sus tres mierdas. Si es Alejandro síguela la corriente. Por fa no me llames, ni me escribas. Te quedo grande reemplazarme. Si vez que las cosas se complican manda todos para sus tres mierdas y ya.

Alejandro anoto el numero en su celular y llamo a la madre de Alexa, esta no le contesto. Llamo al padre de Alexa. Lo soborno y este le confirmo todas sus sospechas. Llamo al abuelo y decidieron enfrentar a Ingrid con Alexa. Alejandro lo supo desde el comienzo. Pero le gusto Ingrid por eso decidió seguirles el juego. Le fascinaba Ingrid, era la esposa que el hubiera querido, pero le daba rabia la mentira y la forma que Ingrid se vendía.

Ingrid se despertó y jugo con Toby, se fua al hotel, le dio comida a Toby. Le acomodo la cama y se dirigió a la suya. Alejandro estaba durmiendo.

Se ducho y se acomodo al lado de él.

—¿Esposita cómo te fue hoy?, estas más bronceada

—bien esposito, disfrute con Toby. Te extrañamos.

—Ali tengo un problema... ¿Tu padre no te ha llamado?

—Si me llamo esta tarde. Lo dijo abrazándose a él.

Alejandro la beso, le dio besos en el cuello, en la boca. Jugo con su boca.

—Tu papá esta metido en problemas, la constructora de ustedes no les ha ido muy bien. Se le derrumbo una torre del condominio que están construyendo.

—La constructora de mi padre perdió credibilidad. MI abuelo le soluciona eso no te preocupes.

—Tu padre me llamo hoy, el esta concursando para los nuevos proyectos de la multinacional.

—Esposito, no te preocupes, si tu ves que no te conviene, pues no trabajes con él. Yo no le he contestado el teléfono hoy. No me parece ético, mi madre necesita dinero para viajar y saca como pretexto la fundación, esto para mi es anormal, no me siento nada cómoda con esta situación.

—Si son caso aparte, me alegra que tu no lo apruebes. Me gusta que te hayas desprendido de la vida frívola que llevabas. Me encanta mucho esta nueva Alexa que estoy conociendo. Te acuerdas de nuestro gran secreto.

Ingrid no supo que responder, cual secreto. Se sentía de nuevo fuera de base. Sería que Alejandro quería ponerla a prueba.

—No... ¿de qué hablas? Lo miro sonriente.

—Ay esposita sufres de anorexia cada vez que te conviene.

—Ay seres que se hacen locos, ay seres que locos son, ay otros que se hace locos para vivir la vida mejor.

—Que bonito, desde cuando lees tanto, desde cuando incumples el contrato que teníamos con tu padre. Tu era mi esposa, siempre y cuando yo lo apoyara en todos sus negocios con la multinacional.

—Bien, te molesta que no me preste para sus juegos, lo lamento, deberá lo lamento. Lo dijo levantándose apresuradamente. Se dirigió al balcón, respiro profundo, lloro de nuevo, cuando llegaran a su país natal se iba a ir directo para donde su madre, como la extrañaba, estaba cansada de fingir, de llorar, su vida era un constante problema, todos los días debía mentir, una mentira tras otra mentira. Me canse, no mas se dijo. Alejandro la siguió callado, la observo, se le acerco lentamente y la abrazo.

—¿Cuánto te pago Alexa para que te hicieras pasar por ella?

—¿Como, de que hablas? Se supone que la loca soy yo.

—No importa sigamos con el juego, cada vez el camino se te cierra más, va a llegar un día que tus mentiras se te van a caer por su propio peso. Diciendo esto se alejó.

Ingrid empaco su ropa rápidamente. Salió corriendo hacia el aeropuerto, se llevo a Toby, el era una criaturita inocente que no tenia que pagar por ello. Alejandro la observo de lejos salir con su maleta y el chihuahua (Toby). Ordeno a su guardaespaldas que no la dejara salir.

—Señora no puede abandonar el hotel.

—Como se atreve, dígale a Alejandro que yo me voy.

La tomo por el brazo y la llevo a su cuarto.

Enci Silva

MARIONETAS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora