Capítulo 6

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Llamo a Alexa. Dejo timbrar el celular varias veces.

—Tu no te cansas, sabe la hora.

—Dijiste que te llamara si tenia problemas, Alejandro llego al apartamento, yo creo que me descubrió.

— ¿Que, qué cosa? ¿cómo te dejaste descubrir? que tonta.

—Todo iba bien, el problema es que se paso de romántico, se quiso propasar conmigo.

—Propasar si tu eres su esposa, Tu aceptaste reemplazarme, tu estabas consciente de ello. Vas a estar con él, yo soy muy buena amante. Así que lo haces, te acuestas, tomate una botella de vino si quieres, te relajas y ya. Alexa lo decía como si fuera lo más natural.

—¡Que fácil para ti!, yo no puedo, Dios mío, te juro... te juro que no puedo, yo no he estado con nadie, sería mi primera vez. Lo dijo sollozando

—Que tragedia, aprovecha y que te hagan el favor, ya es hora, Alejandro es un buen amante, es normal, amante promedio. ¡Solo déjate llevar y ya! Le grito Alexa.

—No mira, yo te devuelvo la casa, no puedo seguir con esto. Lo siento. Su lagrimas rodaron por sus mejillas. Lloro esto le impidió terminar de hablar

—Como así niñita, despabílate, no te puedes ir, no sabes con quien te metes, la casa es lo de menos, si te vas de ahí, ¡te mato! no vives para contarlo, así dedique mi vida entera en encontrarte, ¡te mato!

—Dios mío, pero es que no puedo, yo lo intente, pero no puedo, no logro dejar que el me toque. Yo no nací para esto. Por eso siempre he estado sola. Me aterra estar desnuda frente a él, entiéndeme. Ingrid lo decía mientras se limpiaba su nariz y sus ojos.

—Tomate una copita de vino, no de vino no toma wiski. Tómatelo así al clima. Acuéstate y mañana será otro día. Nuestro plan no puede terminar así.

Ingrid colgó fue al mini bar busco una botella de Wiski. Sirvió un vasado, se tomó un trago de wiski, le supo terrible, su garganta se quemó, que horrible pensó. Fue a la cama, tomo otro trago, sorbo a sorbo acabo con medio vaso de Wiski, se acomodó y trato de dormir, durmió tranquila, no pensó. Escucho un ruido y vio entrar a Alejandro. Había tomado. Olía a licor.

-—¿Estas bien? yo se que es raro, no se que me pasa. Perdóname si te hice sentir mal. Le dijo Ingrid algo dramática

—En serio, a mi nadie me rechaza, menos una niñita caprichosa como tú. Lo dijo quitándose la ropa. Ingrid trato de no asombrarse al verlo desnudo.

Alejandro la tomo por las manos y la trajo a la mitad de la cama, sin amor la tomo, el despojo del pijama, le tomo las muñecas de la mano con brusquedad. Se acomodo encima de ella. Ingrid se sintió aprisionada. Recordó lo que le dijo Alexa solo relájate. Cerró los ojos y quedo paralizada.

Alejandro la sintió temblar, la observo y le parecía que Alexa estaba sonrojada. El la beso soltándole las manos. Ingrid rodeo el cuello de Alejandro con las manos, se besaron, recordó las palabras de Alexa, "yo soy muy buena amante". Se dejo llevar por la pasión, Alejandro la coloco encima de él. La tomo por las caderas sobando su miembro en sus labios vaginales. Íngrid se dio la vuelta de nuevo quedando debajo de él. Alejandro la tomo por las caderas y la atrajo hacia él, la penetro mientras la besaba, Ingrid al sentir el miembro de Alejandro dentro de ella, sintió un dolor que la hizo estremecer, hundió sus uñas en la espalda de Alejandro. Gimieron al mismo tiempo. Comenzaron una danza de caderas, Alejandro la coloco encima de él, Ingrid seguía sus movimientos al compás, mientras Alejandro le besaba los senos. Terminaron enredados, sudando. Se estremeció al desarrollarse. Era su primera vez, sus ojos se inundaron de lágrimas. Ella sintió cuando Alejandro se desarrolló, su liquido caliente inundo su vagina. Abrazados envueltos en las sabanas, durmió plácidamente.

En la mañana se levantó Íngrid. Fue y se ducho con agua fría, se sentía confundida. Su mama le había dicho que no quería que ella fuera una muñequita de la mafia. Acaso no fue lo que hizo, se entrego a un hombre sin quererlo, lo conoció en la mañana y en la noche ya estaba desnuda en la cama dentro de sus sabanas. Se reprocho. "Dios mío perdóname".

Al salir del baño vio a Alejandro dormir. Se vistió lentamente, de pronto noto que la sabana estaba manchada de sangre. La cubrió con cabeceras. Fue y encendió la cafetera. Preparo café, saco fruta de la nevera, pico fruta, hizo unos huevos revueltos, tajo pan y lo coloco sobre la mesa. Empezó a desayunar.

Alejandro se levantó, tenía sed, jaqueca, los tragos de la noche anterior le hicieron efecto. Se ducho con agua fría, observo el agua del grifo caer al piso y tenia agua sangre. Se ducho rápidamente y fue a revisar las sabanas, estaban manchadas de sangre. Se sintió confundido. Alexa le habría llegado el periodo. Estaba confundido. Alexa virgen no era, empezó a atar cabos,

—Y si no es ella. No, no lo puedo creer, quien se prestaría para una cosa así. Pensó en voz alta.

Fue en busca de la nueva Alexa

—Buenos días. Saludo Alejandro.

—Buenos días, ya te sirvo el desayuno.

Ingrid le sirvió huevos revueltos, en la mesa había fruta picada, jugo de naranja, pan tajado y le sirvió café.

—Gracias, me alegra tu pasión por la comida, te quedo muy ricos los huevos, el café esta como a mi me gusta. Puedo preguntarte: ¿Por qué?

— ¿Por qué, que? Dijo Ingrid algo desconcertada.

—¿Porque este nuevo cambio? ¿con confianza dime que necesitas? ¿qué pretendes fingiendo ser la esposa ideal?

—No..., no necesito nada, solo quiero estar aquí cómoda, por eso preparo mis alimentos.

—Bueno, eso esta bien, no quieres salir de aquí. Por ahora, cuando comience el semestre de la universidad, te tocara salir.

—No.. No, lo voy a posponer. No te preocupes, yo me quedare aquí, en este lugar, tu has tu vida normal. Si vienes aquí, yo te atenderé como mi esposo, si no hay problema. Ese era el acuerdo. Yo vivo mi vida, tu la tuya todo normal.

Alejandro solo la observo. Normal esa no era la Alexa que él conocía, le gustaba hacer la vida imposible a todos. Iba al club y le encantaba hacerle  la vida imposible a los empleados. Amargarle la vida a los demás, incluyendo a su familia era su profesión. Decidido seguirle el juego. Tenia que descubrir que pasaba.

Enci Silva

MARIONETAS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora