11.

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Dania.

—¿Cómo...? ¿Qué saben?— pregunté asustada acercándome despacio.

—Sabemos que estuviste faltando estos días a la escuela, que no ibas, y tenés casi todas las materias desaprobadas.— mi madre habla con seriedad.

Me reí levemente al no ser lo que yo pensaba que sabían, pero mi sonrisa desvaneció al ver que estaban enojados posta.

—Perdón... Estos días, estuve medio mal y bueno... No es que no me interese la escuela, pero me parece que importa más mis sentimientos que eso. Prometo que voy a rendirlas todas y voy a pasar.

—Eso espero, Dania.— respondió mi papá, yo solamente asentí y caminé a mi cuarto.

Había zafado, por ahora. ¿Quién sabe cuando Alejo, Bruno o Julieta (que sospechaba algo) hable con mis viejos?

@daniamdb:
hola Tomás
estoy bien igual, no te preocupes
disfruta de tu viaje

@crocraxker: sabes que no disfruto nada si no estás vos
solo espero que estos días pasen rápido
te extraño

@daniamdb: puerto rico es hermoso
no desperdicies esos días

Bloqueé mi celular y me sentí mal por hablarle de esa forma, pero era lo menos que se merecía. Siendo sincera, lo extrañaba. Lo extrañaba mucho, aunque no iba a decírselo. Fui al baño, cuando terminé de ducharme y vestirme, me acosté.

Mi humor no era el mejor así que decidí dormirme a pesar de que era temprano y no había cenado.

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—Hija, despertate.— escuché que mi papá decía, fruncí el ceño y me quejé.
—Hoy te vas conmigo.

—¿A dónde?— pregunté extrañada.

—Al estudio, amor. Cambiate que tengo que grabar un par de cosas, los chicos están ahí.

Suspiré y me levanté de la cama. Lo mejor era no discutir con mis viejos porque corría el riesgo de que me castiguen y eso era lo único que me faltaba para que mi vida sea una mierda.

Mi viejo salió de la habitación y yo busqué en mi placard un jean rasgado junto con un top Nike y en los pies unas zapatillas de la misma marca.

Cuando estuve en la puerta ya lista, mi papá apreció ya cambiado también. Nos despedimos de Sol y nos fuimos hasta el lugar, él cantaba canciones alegre y aunque yo intentaba por lo menos sonreír, no podía, no me salia simplemente.

Al llegar, casi todos estaban ahí. Incluidos Alejo y su hijo, quienes me miraban serios como siempre. Me odiaban a mi y Tomás por hacer lo que hacíamos y según ellos podíamos "romper la familia por siempre." Ellos nunca entenderían lo que nos pasaba.

—¿Qué onda, rubia?— habló Amadeo al verme.

—Hola, Ama.— lo saludé con un beso en la mejilla. —Todo bien ¿Y vos?— pregunté sentándome a su lado en el sillón que había ahí.

—Avisale a tu cara, entonces.— se rió levemente y rodé los ojos. —Bien, bien, igual...

—Me alegro. Hace mil no te veía.

—Si, es que me fui con mi papá a Pinamar unos dias. ¿Tomás se fue a Puerto Rico, viste? Con suerte tenemos casamiento a fines de este año.

Mi corazón se oprimió pero sonreí de todas formas. —Seguro. Me pone feliz por ellos.— mentí como mejor me salió.

—Todos nos ponemos felices. Al fin, después de tantos años que están juntos se lo merecen.

—Si, espero que nadie arruine eso, que nadie se meta en su relación como una víbora.— agregó Bruno, metiéndose en la conversación.

Bajé la mirada. Sabia que se refería a mi, pero lo que no sabia era porque me odiaba tanto. Nunca le hice nada. A nadie. —Voy al baño.— avisé.

Ingresé al cubículo y apoyé mi espalda contra la puerta. Se sentía feo que mi tío y él me tomen como puta por meterme con Tomás, quien estaba con Julieta. Yo sentía que no era mi culpa todo lo que causaba en mi.

Quizá debía alejarme de Campos de ahora en adelante.

nuestro secreto | c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora