Dania.
-Tenés que controlar tu impulsividad.- le dije a Tomás mientras ambos pasábamos algodones por nuestro rostro.
Yo porque él me había golpeado sin querer al tratar de separarlos, y él por los golpes que le propinó el chico.
-Y vos tenés que aprender a decirme cuando cualquier boludito se te acerque.
-Culpa tuya por estar pendientes de otra cosa y no de tu novia.- reproché.
-Deja de recriminarme cosas.- se quejó cuando le pase el algodón por una zona bastante cortada. -Mi bello rostro, me lo hizo mierda ese tarado.
-Son un par de cortes.
-Vos porque no trabajas frente a las cámaras casi toda tu vida.- suspiré.
-Ya estoy cansada de estar como escondida acá. Vos salís, de divertís, pero desde que yo llegue acá lo único que hice fue conocer la playa como mucho.
-La gente acá me conoce, Dania. Si me ve de la mano con vos, van a empezar a decir cualquiera.
Puse los ojos en blanco. -Tenés razón, no hay que arruinar tu reputación.
-No.- me agarró firme. -No es mi reputación, porque a mi me importa un choto lo que la gente piense de mi, pero es que hay personas como el tarado ese que me quiere ver hundido y no dudo que sea capaz de decirle a la policía que yo corrompí a una menor. Deja de pensar así de mi. No soy un gil.
-Tenés razón.- suspiré. -Perdón, Tomi. Es que todo esto me tiene bastante alterada, no estoy acostumbrada a vivir casi escondida.
Me abrazó. -Ya vamos a poder mostrarnos. Vinimos acá por un tiempo, por lo menos tres años, para que la gente no sospeche tanto de que yo quiero borrarme del mapa ¿Si? Ahora como mucho deben decir que yo estoy de vacaciones y si salgo en las revistas, estoy solo. Sin vos. Nadie sabe tu paradero pero si el mio. Yo me mantengo en contacto con tus papás y ellos piensan que vos te fugaste con algún novio. En teoría es verdad, pero no saben que ese novio, soy yo.
-¿Están decepcionados de mi, no?
Negó. -No, reina. Solamente están preocupados y se odian a ellos mismos por no haber hablado con vos antes. Pero tranquila, que con el tiempo todo esto se va a sulocionar.
-Eso espero, Tomi.
Dejó un beso sobre mis labios y nos mantuvimos abrazados por un gran tiempo.
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-Él si te ama. Lo noto en su cara cuando habla de ti.- dijo Lisa, exhalando el humo de su cigarrillo.
-Debes dejar de ser tan paranoica, todas se le han tirado encima pero él nunca cedió ante sus juegos. Sabéis que te ama ¿Porqué tanto problema, tía?Lisa es una española amiga de Tomás que viene casi todos los fines de semana cuando yo estoy sola por el trabajo de este, en ese tiempo, nos hicimos amigas nosotras. Es alta, piernas bellísimas, cuerpo atlético y pelo castaño claro.
-No sé, Lisa. Es raro. Nunca estuvimos tan juntos, capaz para él es difícil salir de una relación y entrar en otra al instante.
Negó. -Tomás no ha entrado en ninguna relación después de Julieta. Porque la relación de ustedes, ya estaba. Ustedes han nacido para estar juntos.- nos reímos por sus dichos tan clichés -Pero en serio, ya basta de la inseguridad, madre mía.
-Está bien...
-Me tengo que ir volando ya. No esperes a Campos, como siempre deberá llegar tarde.- dejó un beso en mi frente y se fue.
Estaba sola como casi todas las noches, también cansada, como casi todas las noches.
Lo que prometí que no sucedería, ahora lo estaba viviendo. Prometí que no seria una mujer que viva por un hombre y ahora lo estaba haciendo. Estaba dejando mi vida por él.