invitación

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La campana sonó como advertencia de que la clase había acabado por fin.

Gustabo se apresuró a guardar todo en su mochila para salir lo antes posible de ahí. No quería ver a ninguno de sus compañeros por el resto de día, estaba arto.

No entendía como podían existir personas tan detestables e ignorantes en el mundo.

Una vez había salido sacó su teléfono y le envió un mensaje de texto a Horacio avisándole que lo esperaría frente a la biblioteca para poder irse los dos juntos a la casa del más alto.

Caminó con más prisa para evitar a las personas que salían de los demás salones. Miró hacia uno de los enormes ventanales que daban vista al campo de fútbol, habían alumnos armando carpas y poniendo mesas plegables.

Supuso que eran para el festival ese del que tanto hablaban todos en la escuela. Rodó los ojos al recordar lo emocionados que todos estaban porque llegue ese maldito fin de semana.

Ni que fuera la gran cosa.

Cuando llegó a su destino fue a sentarse en una banca que había paralelo a la puerta de la biblioteca. Miró con molestia  a todos los que pasaban cerca suyo, no podía evitarlo. Rechazar a la gente por más buena persona que fueran era parte de su ser.

Subió ambos pies sobre la banca y abrazó sus piernas para poder tener un lugar donde apoyar su mentón. No sabía cuánto tardaría Horacio pero lo más  probable era que estaría esperando por un buen rato.

Su cuerpo se tenso al sentir como alguien se sentaba a su lado, y como la superficie dónde estaba era solamente para dos personas, los dos cuerpos estaban bastante pegados.

Miró al intruso con algo de molestia, molestia que rápidamente se convirtió en sorpresa y vergüenza al ver de quién se trataba.

Volkov lo veía con una sonrisa en los labios. ━Hola Gustabo. ¿Cómo estás?

El rubio escondió su cara sonrojada entre sus rodillas. ━Hola. ━su voz salió amortiguada, cosa que provocó una extraña ternura en el mayor.

━¿Qué haces aquí? ━preguntó mirando alrededor.

Estaba saliendo de biblioteca cuando vio al rubio sentado solo y hecho bolita a unos pocos metros de él.

Estaba feliz de haberlo encontrado al fin. Ese pequeño ojiazul era terriblemente escurridizo, no sabía dónde se metía todo el tiempo.

Desde el lunes lo estuvo buscando en los recesos y en los cambios de clases pero era inútil. No lo había visto una sola vez ni en la cafetería, ni en los pasillos, ni en el campo. Parecía que el rubio usaba algún tipo de hechizo para desaparecer de su radar.

No había dejado de pensar en el chico en todo este tiempo y eso lo confundía, y ahora que por fin lo veía se había puesto extrañamente feliz.

Suponía que era por el hecho de que Gustabo era un enigma para él. Le daba curiosidad y quería saber más del chico.

━ espero a Horacio. ━contestó está vez levantando más el rostro. Aún se podían apreciar el leve tono rojizo en su blanca piel. ━¿Y tú qué haces aquí?

━he venido a dejar unos libros que saqué de la biblioteca. ━respondió señalando las puertas dobles del lugar.

Al no saber que más decir Gustabo bajo la vista a una de las baldosas del piso que tenía una mancha negra como si fuera lo más entretenido del mundo.

━¿Dónde has estado?

Miró al más alto confundido y ladeó la cabeza como un gatito. ━¿A qué te refieres?

━me refiero a que, nunca, realmente nunca te veo por alguna parte. Es como si desaparecieras del radar.

━bueno, ━Gustabo se encogió de hombros. ━ tal vez solamente no nos cruzamos o nos hemos visto.

━imposible. ━ Viktor negó. ━te estuve buscando toda la semana.

El ojiazul se sonrojó ante la confesión hecha por el más alto, una sonrisa amenazando con salirse y traicionarlo, el ruso se percató de ello. ━¿De verdad?

━de verdad. ━afirmó también sonriente.

Volkov miró a su alrededor, en el pasillo ya no pasaba absolutamente nadie. Todo estaba  vacío y posiblemente en la escuela ya no quedaran muchas más personas.

Aún no se quería ir pero ya no sabía que más decir. Siempre le pasaba esto cuando hablaba con el rubio, quedaba como un completo tonto.

Quería preguntar cosas sobre Gustabo y conocer más de su vida y gustos, pero no estaba seguro de hasta que punto el más bajo se sentiría cómodo respondiendo sus preguntas.

Después de todo se habían comenzado a "hablar" hace una semana atrás, y ni siquiera habían sido conversaciones relativamente largas. Siempre pasaba algo que los interrumpía.

Entonces una idea brillante llegó a su mente. El festival.

Miró al más bajo que jugaba con la manga de su suéter como acostumbraba hacerlo. Le parecía algo tierno, no lo negaría.

━Gustabo. ━llamó la atención del menor, quien lo miró con sus profundos ojos azules. ━ ¿Vendrás al festival este fin de semana?

El rubio se quedó en silencio un rato antes de responder. ━uh, no lo creo. ━dijo con una mueca.

Viktor frunció su entrecejo ante la respuesta. Eso no era lo que se esperaba. ━pero, ¿Por qué?

━ preferiría estar en mí habitación viendo películas de terror y comiendo frituras. ━confesó. ━además no tengo con quien venir, Horacio estará muy ocupado con su venta de dulces y no creo que a nadie de mis otras amistades les guste venir los fines de semana a la escuela.

━entonces ven conmigo. ━propuso. ━yo tampoco tengo con quien venir. ━ mintió, pues si tenía a Greco y a Freddy, pero siendo sincero prefería estar con el rubio.

━no lo sé, yo-  ━se mordió el labio mirando hacia el piso.

━mira, no tienes que responder ahora. ━lo tranquilizó. ━tu piénsalo y me avisas luego lo que decidas ¿Te parece?

Gustabo asintió con los nervios traspasándole los huesos. ¿Esto realmente estaba pasando? No, seguramente era uno más de sus estúpidos sueños y al cabo de un rato despertaría y regresaría a la realidad.

Maldito ruso de los cojones que había hecho de su vida una maldita telenovela vergonzosa.

¿Por qué tenía que ser tan perfecto? Con su cabello plateado y esos ojos claros, y su carita de ángel.

Joder.

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ᴀᴅᴏʀᴇ ʏᴏᴜ | volkabo ✓ (Sin Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora