En el Hospital
-"Confíe en Kathe y luego me traiciona...
-No es así Liv, no es así.
-¿De qué hablas?
-Siempre estuvimos en contacto... dijo la palabra clave, por eso logramos entrar a tiempo."
-Liv... Liv oye... ¿Estás bien?
-Huh! Si, si... lo estoy - respondé sacudiendo su cabeza tratando de sacar todos los pensamientos allí dentro.
-¿Quieres que te traiga algo? ¿agua? ¿café? ¿algo que comer?
-No... estoy bien.
-No te haz estado alimentando Liv, todo esto te tiene muy estresada... ya te examinaron, podemos ir a la cafetería.
-Enserio Elliot, estoy bien.
-Liv... - tomó su mano y ella lo miró.
-¿Por qué no me dijiste?
-¿Qué dices?
-Pude ser de más ayuda si lo hubiera sabido.
-¿De qué hablas?
-Planeaste todo con kathe y no me consultaron nada, les serví como conejillo de Indias - retiró su mano bruscamente.
-No Liv, jamás lo hice con esa intensión es sólo que...
-Pensaste que no podría hacer bien mi trabajo ¿no?
-Liv, oye...
-Y al parecer tenían razón - su voz se quebró; su mirada se perdió en la baldosa del suelo mientras sus lagrimas bajaban por sus mejillas libremente - cómo esperan que proteja a los demás... si nisiquiera puedo cuidarme yo misma.
-Olivia - atrajo su cabeza y la acomodó en su hombro acariciando sus mejillas - en realidad... yo sentía mucho miedo - la escuchó sollozar. Besó su cabeza.
-Detectives - llamó el doctor.
-¡Doctor! - respondieron ambos levantándose.
-¿Cómo está? - preguntó Liv.
El Doctor frunció el ceño y bajó la mirada, miró unos papeles que llevana y levantó la mirada.
-Me gustaría decir que bien.
(Un poco mas tarde)
-¿Dijo algo más? - preguntó Alex al Capitán mirando a Cotler a travez del espejo de la sala de interrogatorio.
-Sólo que va a hablar con la morena - levantó los hombros.
-Entonces, señor Cotler, ¿va a dejar los juegos ya? - dijo Fin en el interior de la sala.
-Detective, ya dije lo que tenía que decir. Hablaré con ella, la morena - respondió él con cierta sonrisita molesta.
-¿Está seguro de que no va a llamar a su abogado? - intervino Munch.
-No es necesario, no deben tardar.
-Tenemos su ADN, fue muy amable al dejarlo en las chicas que violó.
-¿ADN? ¿Me acusan de algo acaso? - rió.
-Casi nada.
-Únicamente violación de tres chicas, homicidio, intento de homicidio y agreción a una oficial de policía - terminó Munch.
-¡Vaya! Es bastante rídiculo.
-¿Le parece rídiculo? Le diré lo que es verdaderamente rídiculo - Fin se levantó y empezó a dar vueltas - un hombre de su talla, adinerado, apuesto quizá, nos hace pensar que tiene todo lo que quiere y/o desea lo rídiculo es, que nada de eso importa, es tan poco hombre que necesita violar para satisfacer su sed de poder sobre las mujeres no puede dominar a su antojo, le gustan así, doblegadas.