Capitulo 7

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Amanecía. Era un poco temprano, Olivia tenía sueño aún; luego de hablar un par de horas con Elliot de cosas sin sentido la noche anterior, no quería salir de la cama. Aún así decidió levantarse, se colocó su delicada bata que hacía juego con su pijama de seda rosa, ató su cabello con un lazo, se lavó la cara y dientes. Salió a la cocina para preparar café, jugo y pan tostado. Llaman a la puerta. Ella caminó y miró a por el ojo mágico.

-¿Quién es?

-Elliot... - seguía siendo muy temprano, como era de costumbre, estaba en su puerta a la misma hora para llevarla a trabajar.

-¿Elliot? - cubrió su cuerpo con la bata amarrándola con una pequeña corbata a un lado, abrió la puerta - ¡Buenos días!

-¿Aún en pijama? - dijo a penas la vió - uno de tus vecinos me dejó pasar así que... te espero para que te arregles.

-No creo que vaya a la Jefatura hoy.

-¿Cómo? ¿Estás enferma? Tal vez es la quemadura, puedo llevarte al hospital.

-¡Basta, Ell! - rió - estoy bien. Es solo que hoy me van a dar la bienvenida al "Cielo del amor" - hizo seña de comillas en el aire.

-Te iras hoy...

-Si. Entre más rápido mejor, así podremos atrapar al maldito.

-Oye, Liv. Cuídate, puedes llamar en cualquier momento, eres mi compañera y mi deber es...

-Protegerte - continuó la frase - lo sé... es mi deber también - sonrió - ¿quieres café?

-Creo que podría tomar una taza - la vió entrar a la cocina. Aún tenía la venda en su mano izquierda pero se estaba soltando - no te has cambiado la venda ¿no es así?

-¡Ah, eso! Ell, lo haré después - le entregó una buena taza de café humeando.

-¿Y si lo haces ahora? - bebió el primer sorbo de su taza - ya vuelvo - pasó al baño de su habitación. Parecía que conociera cada rincón de esa casa, sabía donde estaba cada cosa sin necesidad de preguntar. Encontró algunas vendas en un botiquín en su baño y volvió con ella - veamos cómo está - quitó totalmente con cautela la venda, estaba mejor, la hinchazón había bajado y su color, casi, había vuelto a la normalidad. Inició el procedimiento, a pesar de estar hechizado por ese fresco aroma que derrochaba su compañera, se esforzaba por no desconcentrarse, se veía tan linda. Su pijama se soltaba gracias a tan delicada tela de seda y su cuerpo se estaba descubriendo, ella no se dio cuenta, dejo de prestar atención desde el momento en que él se acercó. El mantenía la cabeza baja concentrado en sus manos mientras que ella lo miraba fijamente, pensar que hace mes y medio ni se hablaban y ahora no se despegaban para nada - listo - dijo cuando por fin terminó, hizo lo mismo que las otras dos veces, llevó su mano a sus labios dejando un cálido y tierno beso, de nuevo, se miraron.

-Elliot - susurró.

-Ssshhh - puso su dedo índice sus labios para silenciarla y después acarició su mejilla. Quiso besarla, estaban tan cerca que podían escuchar como el latido de sus corazones se aceleraba a 1000 por segundo bombeando sangre a todo su cuerpo tembloroso - Liv... yo... creo que será mejor que me vaya.

-¡Si! Si claro - resopló en su interior.

-¡Ok!

-Ok - sonrió.

-¿Me llamarás?

-Lo haré.

-No terminé mi taza de café.

-Aún es temprano... ¿pan tostado?

-¿Por qué no?

-Siéntate.

¿Quieres Bailar Conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora