ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪꜱᴇɪꜱ

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—Ten— Yoongi le tendió una metralleta a Hoseok y este la recibió con una sonrisa perversa, estaban dentro del tráiler de guerra y Dywen había dado la orden de contraataque. Y aquello sólo significaba una cosa para Hoseok: Es hora de la masacre, su momento favorito del día.

Desactivó el seguro y se encaramó en un montón de cajas que habían ahí apiladas para lograr llegar al techo del gran camión, una vez estuvo arriba Yoongi dio la orden de que lo cubrieran, no debía llegarle ninguna bala. La misión de Hoseok era matar a la mayor cantidad de hombres posibles para atraer la atención de Dywen y darle tiempo a Taehyung de localizar el auto en el cuál iba Jimin. Ellos sabían que tenía que estar ahí, Robert y su hermano les confirmaron que la otra formación había sido solo un señuelo para despistarlos.

Hoseok se tendió sobre su estómago y apoyó base de la metralleta en su hombro derecho, apuntó hacia la hilera de camionetas y con la espléndida sensación del viento golpeando contra su cara, se dedicó a disparar a diestra y siniestra, reventó las ruedas e hizo estallar los vidrios llegando fácilmente al cuello de los conductores, sonreía con satisfacción mientras veía como la sangre salpicaba lejos y las camionetas se volcaban en plena carrera intentando escapar se sus disparos.

Aún estaban en movimiento, y sinceramente, él no podía pedir una mejor experiencia que esa. —Dulces sueños, queridos hermanos— susurró al viento mientras veía como la última camioneta se estrellaba contra uno de los autos de la formación de Yoongi y ambos saltaban lejos. Con su mayor sabían que al atacar desde la retaguardia corrían el riesgo de que ocurrieran colisiones como esas, pero era un riesgo que a nadie parecía importarle, así que lo llevaron a cabo con toda la libertad del mundo.

Hoseok, Taehyung y sus compañeros encontraron el auto, es un mercedes, ¿Puedes verlo desde allá arriba?— al escuchar la voz de su compañero, tomó la radio que posaba tranquilamente en su brazo y apretó el botón de respuesta. —Hay varios que son mercedes, hyung, dime una posición en específica— dudó un momento y luego volvió a hablar —Pero ni se te ocurra enviarme coordenadas, los números no son lo mío.

A pesar de que no podía ni verlo ni oírlo sabía que su hyung estaba carcajeándose dentro del tráiler de guerra.

Es plateado, según Tae está delante de los camiones Hoseok agudizó su visión lo más que pudo y luego de dos minutos de una búsqueda exhaustiva logró dar con el dichoso auto. Tuvo que reconocer que Dywen fue bastante ingenioso al ocultar el mercedes de esa forma —Lo tengo, pero si no lo marcamos ahora, se nos perderá.

A su espalda sintió las suaves pero firmes pisadas y de inmediato supo a quién correspondían, Jeon Jungkook tensó su arco de metal y con una precisión y determinación increíble lanzó la flecha directamente hacia donde Hoseok le apuntaba. Esta se clavó con fuerza en el capó del auto y vibró por unos segundos, cuando se detuvo, el único auto que quedaría en pie de aquella formación ya estaba marcado.

Una fuerte sacudida desequilibró a Jungkook y lo hizo caer sobre Hoseok con todo el peso de su cuerpo, este perdió el equilibrio y estuvo a segundos de que ambos cayeran del techo del trailer directo a la carretera y fueran aplastados por un auto. Cuando recuperaron la compostura se percataron de que su líder había ordenado la dispersión de la formación, lo que había obligado al tráiler a hacer un movimiento así de brusco. Aquella era la fase dos, consistía en dispersarse a hacia los costados y rodearlos para que así cada vez que destruyan un auto de Dywen no corran el riesgo de arrastrar uno de su propia formación.

Tenían que proteger a sus hombres, pero lo que no sabían, es que al hacer aquel movimiento sólo le facilitaron las cosas a Dywen. Porque le dejaron el camino libre para liberar a aquellos sujetos que estaban encerrados dentro de los camiones a la espera de atacar.

—Se están dispersando— observó Jojen con incredulidad y esperanza —Da la orden a los camiones, tendremos una ventaja aplastante si los muy imbéciles no retoman su posición anterior

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—Se están dispersando— observó Jojen con incredulidad y esperanza —Da la orden a los camiones, tendremos una ventaja aplastante si los muy imbéciles no retoman su posición anterior.

Jimin miró afligido la acción del oponente, no entendía porqué se dispersaron, llevaban la delantera, literalmente estaban masacrando a la gente de Dywen. Cuando los emboscaron fue tan repentino que no habían tenido la oportunidad siquiera de dar órdenes concretas.

Luego de haber llegado a un acuerdo a regañadientes con Jojen, Dywen tomó la radio suplente y habló por ella —Camiones tácticos de la retaguardia...a la cuenta de tres abren sus puertas y dejan salir a sus hombres. El enemigo está a su izquierda y a su derecha. Es la única oportunidad que tienen.

Desde el otro lado recibió un "Afirmativo", Dywen comenzó la cuenta, y cuando llegó al número tres el chirrido de las puertas de los camiones y los disparos inundaron el aire, Jimin levantó su cabeza y se giró para mirar por el ventanal trasero del mercedes. Vio como los hombres de los camiones salieron en multitud, arrasando y volcando los autos de la formación de Yoongi. Algunos trepaban al techo de su respectivo camión y comenzaban a disparar desde ahí, Jimin desvió su mirada y se topó con el cuerpo de Hoseok que disparaba una metralleta en respuesta al ataque recién efectuado. Detrás de él distinguió como Jungkook se vendaba un brazo y preparaba una granada, ambos estaban espalda contra espalda sobre el tráiler de guerra.

Hoseok estaba cubriendo con su cuerpo a su compañero herido. Jimin admiraba a ese hombre, no entendía cómo es que tenía tanta valentía para proteger a alguien sabiendo que podía perder su vida.

Intentó localizar con su vista a Yoongi, pero no lo encontró por ninguna parte, lo único que veía era muerte, explosiones y disparos. De toda la cantidad de artillería que llegó en su momento, ahora solo quedaban unas cuantas en pie, ambas bandas se estaban destrozando mutuamente, esto iba a terminar peor de lo que comenzó

—Tenemos que destrozar el tráiler— dijo Dywen cuando vio que la concentración del liderazgo radicaba ahí.

—Pero es blindado— protestó Jojen —A no ser que nos hacerquemos y lo hagamos volar no hay forma de destruirlo, nosotros no tenemos helicópteros ni proyectiles.

—No, pero de seguro ya saben que Jimin está en este mercedes, entonces cuando se estén acercando, detonaremos esto— señaló el tanque de bencina que llevaban ahí dentro en caso de que se les agotara en medio de la carrera hacia Corea del norte. —Un disparo y todo explota.

—Incluidos nosotros, tarado.

Dywen lo miró furioso, estaba cansado de la actitud estúpida de Jojen, siempre quejándose y objetando, siempre buscando fallas en sus planes. Siempre metiendo su nariz donde no le correspondía. Siempre siendo un obstáculo. —Si no tienes nada útil que decir entonces cierra la boca.

—Señores— interrumpió débilmente una de las personas que estaban al lado de Jimin —No discutan entre ustedes o nunca llegarán a nada.

Dywen iba a protestar, tenía la mandíbula lista para abrirla y envolver en groserías a la persona que había hablado, pero la granada que estaba preparando Jungkook finalmente fue lanzada, volando en menos de tres segundos el camión que albergaba a la mayor cantidad de hombres sobre el. Jimin se tapó los oídos y gruñó de dolor cuando sintió el pitido agudo que se formó en el interior de su audición, la explosión lo había dejado sordo por unos cuantos segundos, y al levantar la vista, se dio cuenta de que no había sido el único afectado, porque el oído de Jojen también estaba sangrando.

—Asesinen al que lanzó la granada— gruñó Dywen por la radio, con los ojos desorbitados y apoyándose debilmente en el asiento.

||ᴍᴀꜰɪᴀ ᴄᴏʀᴇᴀɴᴀ||  •𝕄𝕐𝔾 & ℙ𝕁𝕄• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora