||ᴍᴀꜰɪᴀ ᴄᴏʀᴇᴀɴᴀ|| •𝕄𝕐𝔾 & ℙ𝕁𝕄•

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛᴇ

-Así es pequeño, soy yo- La sombra se agachó, lanzó las armas a un lado y abrazó a Jimin como si su vida dependiera de ello- No tienes idea de cuanto e anhelado este momento- Apretujó a Jimin entre sus brazos cubiertos por una chaqueta de cuero y lo besó por toda la extensión de su rostro demacrado.

Jimin quería reir y llorar, quería abalanzarse a los brazos de Yoongi y no soltarlo jamás, quería decirle cuanto lo había extrañado, todas las veces que también anheló este momento, quería contarle todo lo que le habían hecho, y el como se había sentido. También quería preguntarle por Namjoon, si aún esta con vida, por Hoseok si ya se había recuperado, por su gatito Chimmy y por un sin fin de cosas más. Pero en lugar de hacer algo de eso, solamente huyó de los abrazos y besos que el pelinegro le proporcionaba, arrinconándose en el fondo de la estancia, con los ojos llenos de lágrimas y el desprecio hacia si mismo floreciendo en su mente y corazón.

-No me toque Yoongi hyung, no huelo bien, estoy asquerosamente sucio- Al pronunciar aquellas palabras vio la duda en el cuerpo de Yoongi, no podía ver claramente producto de la oscuridad que reinaba en el lugar, pero con la pequeña luz que se filtraba por la puerta era suficente para que pudiera distinguir la expresión de dolor del pelinegro.

-Jimin...tengo poco tiempo- Comenzó en voz baja, sentándose en el cartón y apoyando su espalda en la fría pared de cemento- No puedo sacarte de este lugar ahora, nos matarían antes de que crucemos la puerta de entrada. Yo...sé que no lo has pasado de maravilla aquí, sé que...que te violaron- Yoongi se frotó la cara con sus manos y se quitó un poco de sangre que bajaba lentamente por su cabeza, el pelinegro ni siquiera sabía si esa sangre era de él o de algún otro sujeto, estaba tan concentrado en llegar hasta este lugar que olvidó por completo el bienestar de su propio cuerpo.

-Pero no por eso dejaré de amarte- El corazón de Jimin dio un vuelco, levantó su cabeza despacio y tuvo el valor de mirar a Yoongi a los ojos, su expresión de cansancio y dolor reflejaba que entrar a este cuartel había sido una tarea ardua, y salir con vida probablemente sería mucho peor. Pero aún así, aún en aquellas circunstancias, el pelinegro pronunció esas palabras con total sinceridad.

-¿Usted me ama?- Preguntó con un atisbo de duda, temiendo que Yoongi se retractara y cambiara de opinión.

El pelinegro giró su cuerpo despacio y le devolvió la mirada- Por supuesto que te amo Jimin, te amo desde el primer día que te vi, y no dejaré de hacerlo porque huelas mal, ni tampoco porque hayan hecho algo indebido con tu cuerpo- Yoongi tomó sus manos y las besó- Por favor, permiteme estar estos diez minutos que tengo contigo, allá afuera mis hombres están resistiendo para que yo lograra subir hasta acá. Pronto tendremos que iniciar la retirada, o nos mataran unos a uno- Una dulce caricia fue a para a sus abultados mofletes -Pero no puedo llevarte conmigo, porque estamos en su territorio, son demasiados como para combatir contra ellos, esto es solamente el inicio de lo que se aproxima.

Jimin bajó su cabeza, había tenido la vaga esperanza de que Yoongi habría ido por el, pero sabía que no todo sería tan sencillo, sabía que al entrar en aquel cuartel era muy arriesgado. Realmente no lo culpaba, solo tenía miedo de morir en aquel lugar.

En medio de todo el ruido de balas y golpes, insultos y gritos, Jimin se acercó lentamente al cuerpo de Yoongi y se acomodó entre sus piernas, descansando la cabeza en el pecho del pelinegro y aprovechando la oportunidad de aspirar su perfume, ese olor a hogar...

-Debes resistir un par de semanas mas- Le susurró al tiempo que lo rodeaba por la cintura y le acariciaba su pelo con tanto amor que Jimin incluso llegó a sentirse mareado y a olvidar que no se había bañado hace dos o tres días- Confía en mi cuando te digo que estamos planeando todo con lujo y detalle para no fallar. Sólo tienes que ser paciente un poco más ¿de acuerdo?