ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Habían pasado dos días desde que lo llevaron a las duchas, no se había vuelvo a bañar desde entonces y su cuarto comenzaba a oler mal nuevamente. Sus excrementos junto con el olor que desprende su cuerpo no se crea un aroma muy agradable, ni mucho menos cuando se está en un lugar totalmente cerrado.

Y durante esos dos días todo había transcurrido normal, intercambió unas cuantas palabras insultantes y agresivas con Dywen, e incluso trató de hablar con los hombres que lo acompañaban pero estos nunca le respondían. Ya había pasado demasiado tiempo en silencio y a veces pensaba seriamente que se volvería loco.

Recordaba a Chimmy, los buenos momentos compartidos con Namjoon en la universidad, y lo amado que sentía al lado de Yoongi. Jimin suponía que eso era lo único que lo mantenía cuerdo, pero cada vez daba menos resultado, porque ya ni siquiera recordaba los rostros de sus compañeros de universidad y a veces pasaba horas completas mirando la pared, como si estuviera en trance o algo parecido.

En eso estaba, mirando al frente cuando vio como se abría la luerta de la estancia y le dejaban la bandeja con su almuerzo en el suelo, Jimin se paró por instinto y fue a recogerla, volvió sobre sus pasos y se sentó en su cartón a comer, debía admitir que la comida no estaba mal, esta vez era puré de papas con un trozo de carne y un vaso de agua. Sinceramente era mas de lo que el mismo esperaba recibir, por el simple hecho de estar, literalmente, secuestrado en aquel lugar.

Ya se lo estaba termianndo cuando de repente se escuchan balazos, Jimin se paralizó en su lugar y dejó de comer, las órdenes a gritos se oían por sobre todo, Jimin no distinguía ninguna voz y obviamente no sabía de quien provenían, pero el simple hecho de que no se detuvieran lo estaba poniendo relativamente nervioso. Desconocía si debía preocuparse, porque después de todo estaba seguro ahí, nadie tenía la llave de su cuarto mas que el sirviente que le iba a dejar la comida y probablemente Dywen, o al menos, eso quería creer.

Se paró con nerviosismo y se acercó trotando a la puerta, intentó mirar por una rendija, por algún agujero, pero no había nada, la puerta era de hierro total y no tenía ni un mísero epacio por el cual poder espiar. Los disparos y los gritos cesaron de repente y las luces del cuarto en el cual estaba encerrado se apagaron en un abrir y cerrar de ojos, Jimin retrocedió y trastabilló hasta su cartón, se sentó en una esquina con sus piernas muy apegadas a su pecho y las abrazó.

Al otro lado de la puerta de hierro, por imposible que parezca, se escuchaban unas fuertes pisadas, quizás la persona que caminaba hacia su puerta llevara unos bototos de guerra, los únicos que son capaces de crear semejante sonido, pero ¿Quien sería? ¿Dywen? Era la única solución que veía posible.

Cuando la puerta se abrió de un golpe seco en su totalidad y la sombra hizo aparición, Jimin ya sudaba frío y temblaba descaradamente, sus dientes castañeaban y las manos le sudaban sin control, de lejos le llegaba el hedor de la sangre y de la carne muerta, al oler aquello comprendió que allá afuera se estaba librando una terrible carnicería.

Por la puerta abierta entraba una débil luz, pero lo suficiente para reflejar el contorno de la persona que caminaba hacia él. Pasos seguros y fuertes, la sombra de una característica Beretta 93R en la mano izquierda, su distintiva postura arrogante y su cabello revuelto, además de ese olor tan peculiar de él. Lo podría reconocer a leguas de distancia.

- ¿Yoongi Hyung...?

||ᴍᴀꜰɪᴀ ᴄᴏʀᴇᴀɴᴀ||  •𝕄𝕐𝔾 & ℙ𝕁𝕄• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora