𝟏𝟗

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HINATA

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HINATA

DOS AÑOS DESPUÉS.

—¡Feliz cumpleaños, cariño! —dice Gaara, levantando su vaso para brindar mientras nos acomodamos en una mesa en Bono's, mi restaurante italiano favorito y uno de los lugares más
modernos de Manhattan.
Además, trabajo aquí a tiempo parcial para ganar algún dinero extra mientras asisto a los cursos de posgrado.
Levanto mi chupito y me tomo el tequila de un trago. La habitación me da vueltas cuando vuelvo a dejar el vaso sobre la mesa.
Estoy de humor para celebraciones.
Es septiembre, y los dos nos hemos graduado en la universidad de Nueva York en mayo.
Gaara, que terminó obteniendo la beca que quería, se ha sacado un título en diseño y ha logrado el codiciado trabajo en Barneys que anhelaba, aunque su aspiración es llegar a ser el director algún día. En cuanto a mí, me he matriculado en el programa de posgrado de la universidad de Nueva York para obtener
el doctorado en psicología.

—Ojalá Toneri no tuviera que trabajar —murmura Gaara con un pequeño mohín mientras se endereza las gafas de pasta oscuras de estilo hipster—. Pero no te preocupes. Sustituiré a tu novio esta
noche y me aseguraré de que llegues sobria a casa.

Desliza otro chupito de tequila hacia mí y le lanzo una mirada compungida.

—Ya sabes lo que me hace el tequila —le digo mientras lo cojo—. O me da por pelearme o por quitarme la ropa, y no creo que deba hacer nada de eso esta noche.

—Pelea, pelea, pelea —dice, golpeando la mesa con las manos.

Me río mientras reviso mi teléfono para ver si Toneri ha llamado o me ha enviado algún mensaje de texto desde esta mañana, cuando quedamos para tomar un café. No lo ha hecho, y eso me frustra.
Ha estado trabajando hasta tarde casi todas las noches de la semana.
Suspiro mientras me obligo a recordar lo importante que es este nuevo trabajo para él. Es gestor patrimonial en un pequeño bufete cuyos socios eran amigos de su padre en la universidad.

—¿Qué está haciendo el Señor Inversor esta noche? —me pregunta Karin mientras se sirve otro martini.

Con su rizado cabello rojizo y una sonrisa llena de hoyuelos, ha sido una buena amiga para mí desde que me mudé a Nueva York, hace cuatro años, para estudiar en la universidad de Nueva York. Todavía nos reímos de la noche en que me metió en el bar para ver a los Vital Rejects.

Sí: Hanna, animada por Minato, aceptó que me matriculara en Nueva York. Han sido un gran apoyo para mí durante los cuatro últimos años, incluso han permitido que Gaara y yo vivamos en una de sus propiedades.
La noche que me pillaron con Naruto, mi relación con Hanna cambió. Desde entonces no tolero que me manipule, y ella lo sabe. Hemos recorrido un largo camino juntas, y la aprecio. Siempre ha
querido lo mejor para mí; aunque no estábamos de acuerdo en qué era eso.

𝓚𝓲𝓾𝓫𝔂   ✶   𝒩𝐻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora