𝟐𝟒

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HINATA

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HINATA

A la mañana siguiente me despierto antes que Naruto. En algún momento de la noche abandonamos el fuerte, apagamos las velas y nos fuimos a la cama.
Dormimos acurrucados uno junto al otro, mi espalda contra su pecho. Durante las primeras horas sentí que me rozaba los hombros con los labios casi con reverencia... esperanzada.
Pero esta mañana, mientras observo el resplandor del sol que atraviesa las persianas, me empiezo a sentir culpable, en especial cuando echo un vistazo al teléfono.
Ojeo los mensajes de texto. Son todos de Toneri.

«¿Estás bien?».

Me lo ha enviado más o menos a la hora en que se produjo el apagón. Su apartamento está a unas cinco manzanas del mío, pero imagino que todas las alarmas y las noticias lo informaron del suceso. El siguiente fue enviado unos minutos después, seguramente cuando Spider estaba llamando a la puerta.

«Hinata, que estás despierta. ¿Estás en casa? ¿Estás asustada?».

Luego, otro, media hora después.

«Vale, está bien, debes de estar dormida. Buenas noches. Te quiero».

¿Va todo bien? —murmura Kiuby, que se acaba de incorporar y está mirando por encima de mi hombro.

Tiene el pelo de punta, y una leve sonrisa curva sus labios carnosos.
Suelto el teléfono e intento dejar de pensar en Toneri. Miro a Naruto mientras se frota los ojos y se estira. Me parece... sexy. Echo un vistazo a su amplio pecho entre las sábanas, y lo único que quiero es arrojarme encima de él.
Pero no puedo...

, todo va bien... —digo como si nada.

Pero eso no es cierto. Estoy preocupada por Toneri y por lo que he hecho.
Salgo de la cama y me envuelvo el edredón alrededor del mi cuerpo desnudo mientras corro hacia el baño.

Eh..., vuelve aquí, mujer. No he terminado contigo. —Su voz es burlona y me hace sonreír un poco.

Me acerco a la cómoda, notando una deliciosa molestia entre las piernas.

Tengo clase dentro un par de horas. Me queda el tiempo justo para ducharme y marcharme.

No lo estoy mirando, pero sé que me está observando. Escucho el crujido cuando se sienta en la cama.

¿Hina?

¿Sí? —Rebusco en el cajón de la ropa interior y, nerviosa, cojo lo primero que encuentro.

Es un conjunto de algodón blanco, sencillo, inocente..., ideal para las chicas que no engañan a sus novios.

¿Estás bien?

Lo miro cuando se pone de pie en toda su gloria desnuda, el sol crea un efecto de halo alrededor de su cabeza.
Parpadeo ante su magnificencia. Además de lo increíbles que son sus tatuajes, tiene el pecho bronceado y con los músculos marcados. Y la V deliciosamente cincelada que baja hasta su cintura está muy cerca del pedazo de carne más hermoso que he visto. Clavo la mirada directamente en su polla, que se muestra larga y gruesa ante mí. Necesito chupársela.
Mi cuerpo vibra, lo deseo de nuevo.
Es, sin duda, la criatura más bella con la que he estado.
Aunque eso ya lo sabía.
Lo deseo de nuevo. Ahora mismo.
Me asalta una oleada de remordimientos.
¡Soy horrible! Se supone que tengo que cenar con Toneribesta noche. ¿Cómo podré mirarlo a la cara?
Naruto se acerca a mí y apoya la palma de la mano en la pared, detrás de mi cabeza, mientras me mira con una expresión de inquietud.

¿Te arrepientes?

Este hombre es el que me hizo enamorarme de él y luego se fue.

No estoy segura de que pueda confiar en ti, Spider. Me abandonaste.

Se mira la rosa que lleva tatuada en la mano.

Te dejé para dejarte respirar.

La emoción me obstruye la garganta y me alejo de él, deslizándome fuera de su alcance.
Me atrae de nuevo hacia él agarrándome la mano y entrelaza nuestros dedos mientras su expresión cambia de inquietud a determinación.

¿Qué te pasa?

Me muerdo el labio.

Estoy un poco nerviosa... Tengo un examen y debería prepararlo.

Me pasa la mano por el cuello.

No te hagas rogar..., no te va.

Naruto...

Me interrumpe con un beso, su lengua se enreda con la mía mientras desliza la mano debajo del edredón para ahuecarla sobre mi culo y apretarme contra él.

Esto... esto es lo que quiero. Dime que también me deseas.

—murmuro.

Todos mis pensamientos coherentes salen volando por la ventana.
Él sabe que soy suya.

Él sabe que soy suya

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