Capítulo 6: Tengo Cosas Que Hacer.

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Entre unos arbustos altos, dos rostros se asoman con los ojos clavados hacia algo delante. Ese algo se trata de la camioneta antes mencionada por Eddie, aparcada en el garaje de una casa.

—Mírala, es hermosa —comenta Eddie una vez fuera del arbusto—. Ven, hay que aprovechar el tiempo que nos queda antes de que el dueño vuelva de su trote —se desplaza con prontitud al garaje en compañía de Alex.

—Tal vez deberíamos pensarlo un poco.

—¿Por qué? Si lo tenemos todo bajo control, viejo.

—La última vez lo teníamos "bajo control", y ya sabes lo que pasó.

—De acuerdo, eso en realidad fue la persona equivocada en el tiempo equivocado —coloca una muy delgada barra metálica en la ventana del conductor—. Aunque eso sí, extraño mucho nuestras máscaras.

Alex respira profundo y decide escupir sus pensamientos.

—No lo voy hacer, Eddie.

—¿Qué cosa? —voltea extrañado el castaño.

—No voy robar nada de este vehículo, ni volveré a robar nada más en mi vida —da unos pasos al frente—. Escucha, trato de remendarme. Le prometí a Lisa que me alejaría de esta vida.

Eddie suelta una pequeña risa luego de oír esa confesión.

—No puedes estar hablando en serio, viejo.

—En la totalidad, hermano. Quiero cambiar mi vida, quiero sinceridad entre Lisa y yo. Carajo, incluso quiero por una vez que su padre deje de mirarme de la misma manera —suspira, poniéndose cabizbajo en el proceso.

—No puedo creer lo que escuché —suelta una risa—. Que ironía la tuya, odias que te mientan y tú solo aumentas tus mentiras. Me pregunto que pasaría si tu novia se enterara de que tu sinceridad no era mucha que digamos.

—Cállate.

—Ya admítelo, bro. Esa relación tuya no resultará bien al final; y menos con un suegro de la policía. Tú y tu novia no tendrán sinceridad nunca —hace una pausa—. De hecho, me pregunto como es que nunca se me ha escapado lo que hacemos a escon... —es interrumpido cuando Alex lo empuja con brusquedad contra la puerta de la camioneta.

—¡Ni se te ocurra hablarle, imbécil! Si intentas soltarle aunque sea un mínimo detalle, tendré que silenciarte —su rostro se torna rojo y su respiración se muestra agitada tras su reacción.

—Vaya, vaya. ¿Ahora hasta asesino te vas a volver? —cuestiona de forma burlona esbozando una sonrisa, sin haberse inmutado por como lo atacó su amigo.

—Esto es un adiós, "bro" —se da la vuelta y comienza a alejarse del lugar.

—¿Y ahora adónde vas? ¿A hacerte el chico bueno con tu pareja y suegro?

—¡Vete a la mierda, tengo cosas más importantes que hacer! —grita dándole la espalda al otro.

-

Una vez la horda de estudiantes acumulados abandona el instituto, Lisa puede salir relajada por la puerta principal, al mismo tiempo que tararea "The Reckoning" de Halestorm camino al coche de su papá.

La chica abre la puerta de copiloto y entra.

—Hola, papi —le da un beso en la mejilla.

—¿Cómo te ha ido el día de hoy? —pregunta James poniendo en marcha el coche.

—Aburridísima: las clases fueron tan lentas como tortugas manejando caracoles, y tuve que aguantar la ausencia de Alex y Eddie. Por suerte, Keyla me ayudó a no morir definitivamente del aburrimiento —cuenta con gracia.

El Caso PuzzlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora