La música se ha detenido, las fogatas han sido apagadas, la gente junto a los vehículos que habían esparcidos en círculo en lo que parecía ser una gran y divertida fiesta comenzaron a abandonar el sitio. No obstante, algunas cuantas personas se quedaron curioseando y murmurando a lo lejos del lugar del crimen, únicamente separados por cintas de "prohibido el paso" colocadas alrededor de aquella zona. No solo jóvenes de la fiesta, sino también gente que vive en casas cercanas al hecho; también gente cuyo trabajo es dar a luz noticias, ya sea con algunos influencers en redes sociales, o por gente ya apegada a oficios con editoriales periodísticas o noticieros.
Pero separados de ese grupo de curiosos, se encuentran sentados sobre la arena un destrozado y cabizbajo Alex, acompañado de su novia, Lisa. Esta última se halla pasándole su mano de arriba a abajo por la espalda a su pareja, tratando de consolarlo tras la reciente partida de su mejor amigo.
—Tuve discusiones con él antes de esto —menciona con un nudo en la garganta el muchacho—. Algunas peleas... y ahora él no está. Maldición, me siento terrible por eso —cubre con ambas manos su cara.
—Alex, no te sientas mal, todos tenemos conflictos con nuestros amigos alguna vez. No dejes que eso... —se detiene una vez que oye un vehículo frenar de golpe cerca de ahí. Desvía su mirada al proveniente ruido para ver a su padre bajando con desespero del coche.
—¡Lisa! —grita corriendo hacia ella.
La nombrada se levanta de la arena y corre en dirección a su padre
—¡Papá! —lo abraza fuertemente.
James al separarse de su familiar, desvía sus azulados ojos al cabizbajo Alex aún sentado sobre la arena, para luego girar su vista al grupo de personas reunidas detrás de aquellas cintas amarillas, observando a unos cuantos metros lo que parecen ser unos ordinarios baños portátiles; salvo porque están siendo inspeccionado por hombres del cuerpo de policía a sus alrededores.
—¿Qué fue lo que pasó? —vuelve a su primogénita.
—Es Eddie. Parece que Puzzler estuvo aquí, y él... —desciende la mirada, sin poder terminar de dar la noticia. Solo se limita a indiciar con su dedo el lugar del hecho.
—Está bien, está bien. Quédate aquí —el detective comienza a correr hacia el señalado lugar.
Cuando se encuentra pasando por debajo de la cinta de precaución, se le acerca la oficial Romero.
—Detective Hamill, que gusto verlo. El detective Ramírez lo está esperando —señala tras de sí.
—Gracias, oficial Romero —continúa corriendo.
Al llegar al último de los baños, entre algunos oficiales y fotógrafos forenses, ve a su colega.
—¡Ramírez! —se detiene suspirando— ¿Entonces, estuvo aquí? —logra pronunciar con su agitada respiración.
—Por desgracia —responde sin más, señalando dentro del lugar.
James se asoma, encontrándose con aquella horrorosa escena. Se acerca más, entrando y pisando el suelo antes blanco, y ahora todo rojo.
—Al principio se me hizo raro que no tuviera ningún mensaje escrito en su cuerpo; sin embargo, Daniel Aguilar tampoco recibió ningún mensaje en su cuerpo. Y de hecho, mira —le señala tanto la bala en la frente como las dos brechas en el estómago—. Recibió una bala en la cabeza al igual que Daniel, y esas dos brechas son iguales a...
—Las apuñaladas a la pareja yonqui y al doble corte en el cuello del teniente Gonzales —continúa James por su amigo.
—Exacto. Y si recuerdas bien, habían cortes dobles como esos en los cuartos de la residencia Aguilar. Sin embargo, este chico no murió ni por la puñalada ni por el disparo. Tal parece ser que fue estrangulado con suma brutalidad.
—¿Y en los ojos qué le pasó?
—Bueno, Harrison y yo analizamos los ojos y llegamos a la conclusión de que pudo a ver sido a causa de algún aerosol de pimienta.
—¿Aerosol de pimienta? —cuestiona dudoso el detective Hamill.
•
—Espera. Ten, es para tu seguridad.—Ay, papá, que exagerado eres.
—Tómalo y punto.
•Los recuerdos de cuando le entregó a su hija un aerosol de pimienta en la mañana llegan de una vez a su mente.
—¿Estás bien? —pregunta su amigo al verlo pensativo.
—Sí, estoy bien. Solo recordando cosas nada que ver —sacude en negación la cabeza— ¿Y ya esto es todo?
—No —Ramírez saca de su bolsillo una bolsa de evidencia con un teléfono destrozado—. Pulsé el botón de desbloqueo, y en efecto, el celular de este chico. Pero la pantalla está tan destrozada que el movimiento táctil ya no funciona —suspira mirando el cadáver—. Carajo, me sienta mal el no haber evitado esto.
Hamill relame sus labios y asiente— Supongo que iré hacerle unas preguntas al mejor amigo.
—Creo que Janet ya lo interrogó.
—Pues yo mismo quiero oír sus declaraciones —se da la vuelta y sale del baño.
Una vez fuera, él saca y enciende un cigarrillo de los que le regaló el oficial Morris esa misma tarde, a la par que se desplaza alejándose de la zona de crimen. En eso, se topa con la detective Harrison; la saluda brevemente y continúa su camino.
—¡Detective! —una voz a lo lejos entre la gente llama a la mujer. Ella al ver a la persona y reconocerla, camina a su dirección— ¿Algún comentario con respecto a lo acontecido? —le pregunta su periodista amigo e informante, Carl, pasando desapercibido con unos lentes y un gorro; asimismo, sujetando en sus manos su libreta y bolígrafo.
—Sin comentarios.
Él baja su libreta y bolígrafo de forma simultánea, y se le inclina un poco a la detective— ¿Y extraoficialmente? —susurra, apoyando su pecho sobre esa cinta amarilla y apartándose lo más que puede de los otros curiosos presentes a su espalda.
—Estrangulamiento, puñalada y balazo. En resumen, una enorme tortura.
—Cristo —pone una mueca de asco—. Pobre joven, pero si Puzzler hizo esto, no creo que el chico haya sido un angelito.
—El chico ha tenido un pasado como ladrón. Parece que Puzzler no solo te juzga por lo que haces, sino también por lo que hiciste —supone la mujer.
—Pagar por pecados del pasado. Entonces, eso abriría más la lista — traga saliva—. Creo que ya me voy yendo. Recuerde que puedo seguir en la mira del capitán. Nos comunicaremos luego, ¿sí? —se da la vuelta y se pierde entre el chismoso público.
—¿Ese es tu informante? ¿El famoso Carl Warlon? —pregunta en voz baja Aaron detrás de la mujer.
—Sí, algo así se puede decir —se voltea.
—Increíble, ayer me pareció verlo en lo del teniente Gonzales. Se lo ve bastante involucrado.
—¿Y cuándo no se ha involucrado lo suficiente en casos? —se para al lado de Ramírez, contemplando como sacan del baño el cuerpo ensangrentado de Eddie Saint.
—Ok, sí es verdad. Ayer hasta casi le llora a James con tal de que este le diera información.
—Algo me contó sobre eso —se cruza de brazos, ahora mirando como meten el cuerpo de Eddie dentro de una bolsa de cadáveres— ¿Sabes? Quizás deberíamos cuidarlo. Si no es el capitán, será entonces Puzzler quién pueda callarlo si se involucra más en estos casos de asesinatos y corrupción —argumenta ella.
—Ya puedo imaginarlo.
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El Caso Puzzler
Gizem / GerilimJames Hamill es un detective de homicidios que tras el asesinato de su esposa se ve envuelto junto a otros miembros de la policía para resolver el caso de un enigmático asesino, el cual tiene como objetivo hacer "justicia" por mano propia, sin impor...