Pt. 24

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—¡Pfff!— Jimin no pudo aguantar su risa ante la imagen, él solo había ido por algo de café y al volver a la habitación se encontró con Copo lamiendo los labios de un Yoongi al parecer muy dormido. —Solo quiero decirte Copo, que él me pertenece— Dijo mientras dejaba ambas tazas en el escritorio. —Pero supongo que puedo compartirlo contigo, será una excepción— Tomó asiento en la silla giratoria y bebí de su taza mientras su mirada no se despegaba de la imagen que tanto Copo como Yoongi estaban dándole. Eran lindos, pensó. Por ello se tomó unos cuantos minutos más para despertar a su alfa de su pesado sueño.

Cuando se dijo que ya era hora de que Yoongi despertase, tomó a Copo y le dio palmaditas a las mejillas de Yoongi. —Despierta ya, ¿o aun quieres seguir besuqueándote con Copo?— Un ladrido chillón se escuchó —Pero él aún quiere— Volvió a reír.

—Diablos...— Yoongi dejó caer su antebrazo en sus ojos aun cerrados —Déjame dormir—

Jimin volvió a dejar a Copo en la cama, ahora el cachorro de pelaje blanco jugueteaba con el desordenado cabello de Yoongi. Le sonrió. —Namjoon me mandó un mensaje, dijo que nos vendría a visitar o algo así— Jimin no había podía leer muy bien pues había sido muy temprano cuando su celular vibró, asustándolo, logrando hacerle rodar fuera de la cama. Aún no estaba acostumbrado al molesto aparato. De todas formas, lo más gracioso había sido que Yoongi no hubiera hecho ningún movimiento aun cuando Copo comenzó a ladrar sin parar.

—Bien por él... ahora déjame dormir mocoso—

Frunciendo el ceño Jimin observó la pantalla de su celular en blanco, otra vez, había, no sabe cómo, eliminando en mensaje. Rodando los ojos tuvo un momento de ira, solo lanzo el celular dejó de su vista. —¡Mierda!—. La risa de Yoongi se escuchó, aunque él no había visto lo que había pasado, Jimin dejó de estar en la silla pero antes de dejar la habitación, dijo:—Hay café, despierta—

Hay café... palabras mágicas para Min Yoongi. Abrió los ojos perezosamente, lo primero que se encontró fue a Copo, —Hey— Su sonrisa fue perezosa, pero Jimin pensaría que era radiante.

La puerta principal fue abierta, y Jimin tembló un poco ante el helado clima. Pudo ver que estaba nevando un poco. Si, muy lindo, pero aún hacía mucho frío, por lo que ya envuelto en el gran abrigo gris de Yoongi y con botas de lluvia, él salió a buscar el bendito celular. Diablos, había olvidado que había abierto las ventanas de la habitación. Además... ¡No debió de lanzar tan lejos el aparato, por mucho que quisiera!

—¿Dónde diablos está?— Miró hacia arriba, ahí estaba la habitación por lo que el celular debería de estar justamente donde se encontraba parado. Miró a sus pies, pateó la nieve. No había nada.

—Apuesto que lo hiciste apropósito— Yoongi rió, él estaba observándolo desde arriba en la ventana mientras bebía de su taza de café. —Fue un regalo de tu hermano, él se molestara si se entera— Le recordó.

Jimin resopló —¡Ve a dormir!—

—Fuiste tú el que me despertó— Le siguió sonriendo —Si no lo encuentras solo dejalo, no quiero que pesques un resfriado o algo— Siempre estaba cuidándolo.

Un minuto más de quejas y Jimin pudo dar con su celular, este se encontraba entre las flores. Lo bueno es que aún funcionaba, oh bueno, ¿esa raya que atravesaba la pantalla ya estaba ahí? Lo que sea, se encogió de hombros. Y abrazándose a sí mismo comenzó a caminar de vuelta al interior de la casa, pero se detuvo al ver un auto negó frenarse frente a la casa de Jungkook. Del auto salió San con un atuendo bastante ridículo, —¿Está en pijama?— pues la vestimenta era todo colorida: Pantalones largos y anchos de color rosa y un suéter de color amarillo brillante.

No es un BETA  ❝Yoonmin❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora