Todo lo que eres

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Adora estaba en shock, no terminaba de entender lo que pasaba, hasta que escuchó los gritos de Scorpia

-¡ADORA, DEBES METERTE Y SACARLA, CATRA NO SABE NADAR! ¡ADORA!-

Sin pensarlo dos veces Adora se metió a la piscina, no tardó mucho en ver el cuerpo de Catra en el fondo, la tomó en sus brazos y se dirigió a la superficie. Al salir, Scorpia la esperaba, la ayudó a sacar a Catra del agua.

Scorpia tomó a Catra y la recostó cerca de la orilla, empezó a hacerle RCP mientras los demás miraban asustados y se colocaban alrededor de la castaña. Luego de unos segundos Catra tosió y recupero la respiración, mantenía los ojos cerrados, el fuerte dolor de cabeza se apoderaba de sus sentidos.

Scorpia conocía muy bien los gestos de Catra, la tomó en sus brazos, se disculpo con los invitados de la fiesta que aun miraban atónitos y la llevo dentro de la casa, seguida por Entrapta.

-¿Qué diablos acaba de pasar?- dijo finalmente Mermista, rompiendo el silencio incomodo. Todos empezaron a murmurar, nadie entendía qué había pasado.

Adora aun seguía metida en la piscina, sus piernas se movían por inercia y la mantenían a flote. Su mente estaba repasando lo que acababa de ver.

Adora vio a la persona que había lanzado la pelota pero no tenía sentido, ¿Qué ganaba con lastimar así a Catra?

Adora no quería acercarse más a la orilla, sabía que había un poco de sangre de Catra y esto le traía un recuerdo escondido en lo más profundo de su mente, no lograba entenderlo ni recordarlo con claridad, pero sabía que el shock de esa ocasión podía compararse con lo que sentía en este momento.

Se sentía impotente, odiaba no haber reaccionado a tiempo y lo peor, sentía que lo que acababa de suceder era su culpa.

Adora finalmente reunió suficiente fuerza para acercarse a la orilla y salir de la piscina. Caminó lentamente hacía la silla donde Catra había estado tomando el sol y tomó la toalla.

Giró lentamente y se acercó a la orilla donde estaba un pequeño charco de sangre, se arrodilló y empezó a limpiar. Las lágrimas empezaban a correr sobre su rostro, tal vez debía alejarse de Catra, solo le causaba dolor cuando estaba cerca de ella.

Adora escucho unos pasos, la música se detuvo. Scorpia se arrodilló junto a ella y colocó su mano en el hombro de Adora.

-Adora, ¿te encuentras bien?- Scorpia la miraba preocupada.

Adora tenía los ojos hinchados, ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Miró a su alrededor, todos se habían ido.

-Tranquila, realmente no ha pasado tanto tiempo, quizás un poco más de una hora- Scorpia parecía leer sus pensamientos. Adora solo atino a sonreír levemente.

-Adora necesito hablarte de algo- Scorpia la ayudó a levantarse, la ayudó a caminar y a sentarse en una de las sillas que estaban cerca. El cielo estaba lleno de nubes, ya no quedaba nada de la alegría de hace un par de horas.

-Primero quiero decirte que Catra está bien- Scorpia paso su mano sobre su cuello, pensando bien en las palabras que quería utilizar.
-Entrapta dijo que era mejor dejarla en el suelo de nuestra sala para poder curar su herida y hacerle unos pequeños exámenes, ya sabes ella realmente sabe un poco de todo.- Scorpia soltó una risa nerviosa, ahora Adora la miraba con curiosidad.

-¿Puedo contarte algo?- Adora asintió, -con Entrapta llevamos más de cinco años de conocer a Catra, lo creas o no ha cambiado mucho, antes no era tan fácil hablar con ella, mucho menos ser su amiga. Recuerdo que en la escuela en la que íbamos había una niña que no se llevaba muy bien con Catra, un día tuvieron una pelea y la niña la empujo fuerte contra unos escritorios... ¿o fue un árbol? Realmente no lo recuerdo, en fin, Catra recibió un fuerte golpe en la cabeza y perdió la conciencia por unos segundos. Al despertar en le enfermería no nos reconoció a mí y a Entrapta, no recordaba quienes éramos, no sabía absolutamente nada de nosotras. Simplemente preguntaba por sus padres y por... Adora. Recuerdo muy bien que empezó a llorar llevando sus manos hacía la parte de atrás de su cabeza y solo repetía una y otra vez tu nombre, preguntaba dónde estabas y por qué la habías abandonado. Finalmente su madre llegó y logró tranquilizarla. Fue llevada al hospital y no la vimos por varias semanas, cuando regresó todo estaba normal otra vez pero no recordaba nada de lo que había dicho.-