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-Puedes odiarme todo lo que quieras Glimmer pero es tu culpa que estemos regresando a casa domingo por la noche- Adora estaba totalmente concentrada en la carretera, Bow iba de copiloto escogiendo música que calmara un poco el ambiente, Glimmer iba en el asiento trasero viendo por la ventana.

Luego de media hora Bow por fin habló para recordarle a Adora que el cruce hacía la casa de los padres de Glimmer estaba cerca. El plan era devolver el auto y pasar la noche ahí.

Pero Adora tenía otros planes, siguió en dirección hacia los Bosques Susurrantes, Bow la vio con sorpresa

-¡Adora lo hiciste a propósito! ¡Da la vuelta o mis padres me mataran si no regreso el auto hoy!- Glimmer la veía furiosa

-Debiste haber pensado en eso antes de dejarme sin teléfono- Adora seguía con la vista fija en la carretera- iré mañana en la mañana a devolverlo pero no iré contigo-

Los ojos de Glimmer se abrieron como platos, sabía que el plan de la rubia incluía a una castaña que por cierto odiaba cada vez más y no podría evitarlo ya que si faltaba a clases sus padres la castigarían.

Al llegar a casa los tres bajaron del auto y empezaron a sacar sus cosas del mismo.

Adora llevó su maleta a su habitación y vio por la ventana hacía la casa vecina, notó que aún había movimiento a pesar de ser casi las 11 de la noche. Se cambió de ropa a algo más cómodo, tomó las llaves del auto y de la casa y se dirigió hacía la puerta.

-¡¿A dónde diablos vas Adora?!- Glimmer la veía furiosa, sabía la respuesta pero no quería escucharla.

-¿A caso te importa Glimmer?- Adora la miraba desafiante, estaba demasiado molesta y quería estar lo más lejos posible de la pelirrosa. Antes de decir o hacer algo de lo que ambas pudieran arrepentirse, Adora salió de la casa dando un portazo y se dirigió hacía la casa vecina.








Catra había intentado distraerse para no pensar en Adora, en realidad no quería creer que Adora la estuviera ignorando. Recordó que la vez que la dejó plantada anduvieron mandándose mensajes todo el tiempo, esto simplemente no tenía sentido.

Scorpia hizo todo lo que pudo para distraerla: el sábado la había llevado por helado y a su tienda de libros favorita. El domingo habían pasado todo el día en el centro comercial con Perfuma y Catra había dejado el teléfono en casa para poder despejar por completo su mente.

Regresaron a casa con comida y encontraron a Entrapta en el garaje trabajando con Hordak. Los cinco decidieron cenar en el jardín, estuvieron platicando por horas e incluso tomaron un par de cervezas.

-¿Qué les parece si entramos a ver una película?- Scorpia no quería que el día acabara y al parecer sus amigos pensaban igual, todos estuvieron de acuerdo y entraron a la casa para acomodarse en la sala.

Catra se había ofrecido para hacer las palomitas de maíz en lo que los demás escogían una película.

Su mente divagaba un poco, no se había permitido pensar en Adora pero no pudo dejar de pensar en dónde se encontraría en ese momento, quizás Adora también pensaba en ella... sacudió ese último pensamiento de su cabeza. De ser así la rubia habría llamado, le habría escrito o algo.

No pudo evitar suspirar ante la oleada de sentimientos que rondaban su mente y su corazón. Justo cuando las palomitas estuvieron listas. Alguien tocó la puerta.

-Yo voy- Catra no esperaba a nadie, eso era seguro, sus amigas estaban con sus respectivas parejas sentadas cómodamente en la sala. Una pequeña chispa de esperanza brotó en el corazón de la castaña.

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