•Capitulo 38•

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Las alarmas sonaban, el ambiente se puso tenso, policías corriendo por todos los pasillos, camionetas con torretas encendidas saliendo de ese lugar de pareces grises e historias tristes. Eran las 5 am poco tiempo para amanecer e  iniciar actividades de siempre, pero ya era demasiado tarde, al parecer los 5 reos que no estaban en sus dormitorios ya habían escapado  desde muchas horas antes.

Todos se apresuraban para dar aviso a los medios de comunicación de que 5 reclusos habían escapado y que ofrecían una muy grande recompensa por ellos, eran peligrosos algunos más que otros pero aún así eran delincuentes andando sueltos, uno de ellos tenía una muy avanzada enfermedad que lo hacía cometer bajesas.

Esperaban encontrarlos pronto a como diera lugar.

Ese mismo día en la noche en un edificio muy descuidado el cual era punto de reunión para algunos mafiosos de Seúl, en un departamento con poca iluminación y ambiente pesado, se encontraba I.M festejando junto a los demás prófugos, festejando su libertad no tan libre; obviamente estaba feliz porque ahora podía hacer ciertas cosas que en la cárcel no, como ir a follar cualquier persona bella que se le antojara, comer cosas que no parecieran veneno o ir en busca de venganza, esa venganza que ya lleva bastante tiempo queriéndolo cobrar pero ahora se sentraría en festejar, emborracharse, tal vez ir a un bar con un poco de dinero que le quedaba, follar y perderse en el mundo el cual bien conocía, el mundo de perdición y sin límites existentes.

Tomó a su perro fiel Dohoon, y junto con los otros 3 prófugos salieron a disfrutar la noche.

...

Hyungwon se despertó preocupado por el llanto y los movimientos de Wonho a media madrugada, que parecía estar teniendo una muy fea pesadilla, poco a poco y sin alterarlo trató de despertarlo, lo movió y lo llamó por su nombre cada vez subiendo el tono de voz para que Wonho despertará, gracias al cielo funcionó y logró que el menor abriera sus húmedos ojos y lo sentó lentamente en la cama.

- ¿qué pasa?.

- Tuve un sueño ho...horrible - dijo entre gemidos.

- ¿Qué soñaste? Me di cuenta.

- Soñé que morias, alguien te aventaba de un décimo piso y ya no despertabas, había sangre, mucha mucha sangre - su mirada era de susto y angustia, una muy fuerte.

- Tranquilo cielo, nada pasará, yo estoy aquí junto a ti, solo fue una mala jugada de tu mente ¿Ok? Nada nos pasará a ninguno de los dos.

- Juramelo Hyungwon, jurame que siempre estarás conmigo.

- Te lo juro - lo abrazo - ahora hay que dormir, descansa y ya no pienses en eso.

Ambos volvieron a recostarse en la cama, Wonho recargado robre el pecho de Hyungwon y volvieron a cerrar sus ojos.

Iban caminando tomados de la mano  por las muy transitadas calles, ambos con su helado en cada mano disfrutando de estar en casa y sintiéndose libres de caminar sin miedo a perderse como cuando estaban en el extranjero, por fin sentían que estaban en casa.

- Vayamos a un lugar- propuso el delgado.

- ¿A dónde?

- ya lo veras.

Hyungwon jalo al menor detrás de él sujetandole la mano para guiarlo al misterioso lugar y grande fue su sorpresa cuando se detuvieron viero un letrero de esos luminosos rojos que decía "Sex Shop".

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