✞Ｐｓｙｃｈｏｐａｔｈ✞

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"Aquel que quiera vivir debe luchar. Y quien no quiere luchar en esta vida, donde la lucha permanente es la ley de la vida, no tiene derecho a existir."

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03/10/2020:

Asqueroso diario:

¿Ya les conté que estuve muy cerca de suicidarme? Ya lo intenté como unas tres veces. Estaba espantosamente desesperanzada. Creo que ahora estoy más estable. Espero no volver a intentarlo en un largo tiempo.

¿Por qué? La razón radica en mi idea de que la vida no es más que una agonía que sólo finaliza con la muerte misma. Digamos que estoy harta de mi propia vida.

He aquí la ironía más grande que me surca. Yo, cansada de vivir, siendo el tipo de persona que más odio y anhelo matar: un ser humano completamente inútil. Siento mucho asco de mi existencia en estos momentos.

También siento mucha "vergüenza" por volver a ser una maldita porquería fracasada que no hace nada productivo. ¿Perdí el rumbo? Sinceramente, nunca tuve un proyecto de vida. Siempre estuve simplemente sobreviviendo, porque respirar es gratis. Pero subsistir cuesta mucho, y no sólo me refiero al costo económico; hay que pagar un precio muy alto por vivir.

Mi único "objetivo" es el éxito, y estoy fracasando brutalmente. 

Hace mucho tiempo perdí la motivación para hacer cosas. ¿Ya les hablé de lo mucho que odio estudiar? Creo que ya se los había mencionado. Aunque "estudiar" y "aprender" parezcan términos que describan lo mismo, sus definiciones sacadas de diccionario y las interpretaciones que yo les doy a estas palabras denotan que son expresiones bastante distintas: estudiar para mí es sentarme frente a un mugroso escritorio a leer unas malditas copias que ni siquiera entiendo (cursar estudios), y aprender es adquirir conocimiento (no sólo contemplando asquerosos manuales).  A mí me gusta coleccionar saberes sobre diversos temas, no encerrarme en una habitación silenciosa a ojear cuadernos y apuntes. Lamentablemente, parece que la única forma de ganar sabiduría es contemplando libros días y noches.

Siento mucha frustración pero al mismo tiempo me parece que todo carece absolutamente de importancia. Internamente, estoy librando una bestial batalla entre fuerzas que se desprecian, y externamente sigo pareciendo tan estoica e inexpresiva como siempre. Es sorprendente y casi inesperado pensar que alguien como yo esté atravesando una situación como esta. 

Estoy monstruosamente decepcionada de mí misma.

¿Cómo es posible que sea tan malditamente ignorante? Soy espantosamente ridícula. Aparentemente no puedo ni siquiera seguir las órdenes más simples, y mi estupidez me impide comprender textos simples. ¿Y así me autodenominaba inteligente? Realmente patético. Soy tan incompetente para estudiar que dudo mucho que alguien tan inepta como yo pueda terminar por lo menos una carrera en la universidad. De verdad, no puedo creer lo inservible que soy. 

Tengo calificaciones muy promedio (eso para mí es muy malo), nada que resaltar, y DESAPROBÉ UN EXAMEN ORAL DOS VECES. La primera vez fue porque (sí, lo admito y reconozco públicamente) había estudiado muy poco; la segunda oportunidad fue por problemas en mi conexión de internet (y aún así prefiero las clases virtuales sobre las clases presenciales) pero me desaprobaron pidiéndome perdón diciendo que era debido a causas de "fuerza mayor" y que no era mi culpa. ¿Tienen idea de lo mal que me sentí? Sufrí una angustia profunda. En ambas ocasiones lo único que hice fue sonreír frente a la cámara, asentir ante cada oración que expresaban los profesores (obviamente no presté ni un mínimo de atención a lo que me decían, no me interesan las estúpidas justificaciones) y al final, unos segundos antes de retirarme de la videoconferencia, resplandecientemente les deseaba un bonito día. Luego de ese pequeño ritual permanecía un breve momento sentada totalmente inmóvil, sin siquiera poder llorar o emitir palabra, mirando la computadora sin ver nada en realidad. Repentinamente, me levantaba e iba a informarle a mi familia mi desafortunado y pésimo desempeño en la exposición. Sólo en ese momento algunas lágrimas se escapaban, pero eran tan pocas que podía contarlas con los dedos de una sola manos. Rápidamente volvía a mi estado sereno y eso parecía ser todo, pero la insatisfacción seguía por ahí, muy dentro mío.

¿Qué me llevó a querer matarme? Simple. La vida ahora parece tener menos sentido del que tenía hace un par de años. Contemplo cómo cae todo lo que construí. ¿Para que vivir si sólo encuentro sufrimiento? No me hablen de felicidad, que es un concepto en el que no creo.

Nada de lo que hago es algo que realmente quiero hacer, y eso me hace sentir mucha insatisfacción. Todo lo que hago lo hago por pura inercia, sin ánimos ni conciencia. 

Me encantaría pasarme el día acostada mirando televisión, explorando las redes sociales, usando mi  celular, dibujando, pintando nubes, reciclando cosas, decorando mi habitación, jugando videojuegos, escuchando música, durmiendo o comiendo. Pero yo no puedo hacer lo que quiero. Definitivamente yo no puedo.

Atentamente, esta psicópata.