48

1 0 0
                                    

"Optar por el silencio para no ser condenados por las palabras."

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

06/10/2020

Asqueroso diario:

Estuve leyendo mis anteriores capítulos de esta historia y son una maldita basura, ¿desde cuándo creo que soy una maldita filósofa o algo así? Cabe recalcar de que todo está escrito espantosamente. ¿Trataba de ser poético y no escribir tan vulgarmente, de imitar las ejemplares obras literarias de otros? Es probable, pero ¿por qué escribía tan mal? Es como leer esos nefastos libros de autoayuda que buscan hacerte "reflexionar" sobre tu realidad. Dios, que asco. No los borro simplemente porque quiero que vean la porquería en la que me convertí, y que también sientan mucha repulsión y se indignen cuando los lean.

Como ya se habrán dado cuenta, hoy les presento otro escrito en el que resurjo con la filosofía barata sacada de la revista más horripilantemente amarillista. ¡Bravo! ¿Qué interesantes e innovadoras ideas voy a plasmar en esta página? Estoy segura de que serán excelentes planteamientos.

En fin, hoy, quiero morir. Existir es una porquería. ¿Por qué todo es tan complicado?, ¿hay un sentido para vivir? Clásicas preguntas que me invaden a veces. El sueño me invade y las ganas de matarme nunca desaparecen. Busco momentos de paz pero, tristemente, no siempre los encuentro. Los pensamientos y las ideas me atormentan a todas horas en las que estoy despierta. 

Las voces (de mi cabeza) no me hacen sentir mal, pero me fastidia en extremo que sean tan ruidosas y no hagan silencio ni un maldito minuto en el día. Son insoportables. 

En un par de días mi madre irá a ver al estúpido psicólogo. Mentiría si dijese que no estoy preocupada. ¿Qué dirá ese maldito imbécil de mí? Si se atreve a profanar mi buen nombre, realmente voy a cortarle el cuello. Según él, sólo va a hablarle sobre mis patologías. Si llega a generarme en una u otra forma un mínimo inconveniente, voy a matarlo. Realmente voy a matarlo. Casi que me hierve la sangre de tan sólo pensarlo. Sí, definitivamente cometí un error contándole determinadas cosas, y eso que él se quejó de que yo le hablaba muy poco. Que irónico.

Espero no terminar en otro psicólogo; tengo tantas voces e ideas en la cabeza que no puedo afirmar ni estar segura de nada. Sí, al principio fue divertido jugar con los psicólogos pero a medida que pasaba el tiempo se fue haciendo tedioso. ¿Por qué todo lo que puedo imaginar últimamente es a mí en un consultorio psicológico hablando con un terapeuta? Puedo verme sentada allí, pero no quiero volver a ese espantoso lugar (¿cierto?). 

Pienso, pienso, pienso, y sigo pensando. QUIERO QUE SE CALLEN UN RATO. NO ME DEJAN PENSAR CLARAMENTE. Me exasperan. Las odio. Quiero sacudir mi cabeza y que como una pizarra mágica, las voces se borren. Quiero que se callen pero no hacen silencio. Están ahí, las escucho, las siento. Me confunden. Me hacen dudar. Me hacen devanarme los sesos. Las drogas empiezan a parecer una excelente opción para calmarme al menos un rato. Necesito algo de paz y tranquilidad.

Voy a apuñalar a mi cerebro con un hisopo. 

Tal vez, simplemente, fue tan mala experiencia que me causó un trastorno por estrés post-traumático. Y ahí va, uno más para la lista. 

Atentamente, esta psicópata.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

✞Psychopath✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora