🔸La entrevista🔸

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Mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho, lo oía claramente retumbar en mis oídos como enormes tambores

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Mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho, lo oía claramente retumbar en mis oídos como enormes tambores. En varias ocasiones estuve a punto de salir corriendo del lugar, pero tomé todo el valor que había en mí y me quedé ahí plantada esperando, no podía salir huyendo así como así, ¿A caso no es lo que quieres?, preguntó una voz dentro de mi cabeza, ¡claro que es lo que quiero!, respondí yo misma con decisión, asentí sin poder evitarlo y tomé mi asiento de los extremos como obligando a mi cuerpo a permanecer ahí.

Me dediqué entonces a observar aquel sitio, las blancas paredes de la sala de espera estaban bastante limpias y relucientes; había gente que pasaba sin cesar frente a mí, bastante ocupada en lo que hacía, pues ni siquiera parecían darse cuenta de la presencia de aquella chica delgada y de cabello castaño que estaba ahí sentada en una de las tantas sillas.

—  April Wilson — llamó una mujer tras el mostrador cerca de la pequeña sala de espera.

Salté de mi asiento al escuchar mi nombre, caminé apresuradamente hasta donde se encontraba aquella persona.
Una mujer de mediana edad, un poco robusta pero de aspecto amable, quien sonrió de manera comprensiva al verme llegar hasta ella dando traspiés y con cara de estar bastante nerviosa.

— ¿April Wilson? — preguntó en cuanto llegué al mostrador frente a ella.

— Sí — contesté yo con voz temblorosa.

— Bien, necesito que me llenes y firmes en este libro con lo requerido... solo es un control de acceso, todo aquel que entra en la estancia tiene que hacerlo — declaró pasándome el pesado libro y una pluma.

Yo firmé aquello en silencio y con todo el cuidado posible para no equivocarme. Después de haber terminado lo que aquella mujer me mandó volví a dirigirme a ella, que en aquel momento estaba enfrascada en una computadora, en el que parecía ser su escritorio.
Al darse cuenta de que la observaba nuevamente desvió la mirada de lo que hacía y caminó hasta mí.

— La directora te espera. Es la última puerta a mano derecha — señaló.

Caminó en dirección a la pequeña puerta que estaba junto al mostrador y la abrió para que yo pasara por ella. Por un momento me quedé ahí parada, esperando a que esta me guiara, pero al ver que se volvía a sentar tras su escritorio comprendí que yo misma tenía que ir a buscar a la directora.

Caminé por un largo pasillo, ahí las paredes ya no eran blancas, si no de suaves colores pastel: rosas, azules, amarillas y verdes, eran los colores que cubrían las paredes de pasillos y salones en los que niños y niñas jugaban y cantaban.
Al cabo de unos minutos llegué al final de aquel enorme pasillo, en donde sólo había una puerta de madera fina, aspiré hondo por la boca y luego llamé tres veces a la puerta.

— Adelante — dijo una voz femenina desde dentro de la habitación.

Di vuelta a la manija y abrí lentamente la ligera puerta de madera. Dentro yacía una mujer joven, de largo cabello castaño que caía sobre sus hombros y tras la espalda, sus ojos verdes eran enmarcados por unas finas gafas y vestía un traje color oscuro que parecía costoso. Al verme, aquella elegante mujer sonrió e hizo una seña para que pasara por completo a la habitación.

Miradas del corazón [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora