🔸Corrupción🔸

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Me abalancé sobre el muchacho y lo abracé con fuerzas que no creí poseer

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Me abalancé sobre el muchacho y lo abracé con fuerzas que no creí poseer. Estaba emocionada, más de lo que había estado en mucho tiempo, quizá más emocionada de lo que había estado en toda mi vida.

Lo besé. Besé a aquel chico que se había robado mi corazón por completo, aquel que me había enseñado el verdadero significado de lo que era el amor. Un amor que era más potente que todo lo que yo conocía, un amor que dolía de tan solo sentirlo, pero que a la vez me era indispensable para vivir mi vida.

Sentí que el aire se me escapaba entre sus labios y el fuerte retumbar de mi corazón. Pero yo no era la única a la que le faltaba el aire, James también respiraba con dificultad, pero aún así ninguno quería ceder. No había poder humano que deshiciera aquel beso... o eso pensamos nosotros por un momento...

— ¡Ejem, ejem!

Una tos fingida resonó tras nosotros y por encima de nuestras cabezas, pero no hicimos caso al instante.

— ¿Interrumpo?

Fue entonces cuando lo comprendimos. No estábamos solos en la casa, alguien acababa de hacer aparición en la misma sala en la que nos encontrábamos.

— Hola, papá. — saludé sintiendo cómo las mejillas se me encendían y tomaban un tono escarlata.

— ¿Qué tal, señor Wilson? — exclamó James a su vez.

Era increíble como solía tomarse James las cosas tan a la ligera, como si nos hubiera encontrado discutiendo las noticias matutinas de aquel día. Pero la verdad era que yo amaba esa forma tan suya de reaccionar.

— ¡Vaya!... James. ¡Que gusto me da verte!

Si la reacción de mi novio me había sorprendido, aquella no tenía nada que envidiarle.

Mi papá tomó fuertemente la mano del muchacho y la estrechó calurosamente, como quien saluda a un viejo amigo que no había visto desde hace años.

— Veo que son novios nuevamente — dijo al momento de dar un paso atrás y vernos detenidamente con una sonrisa —. En verdad me alegra... Bueno, yo solo venía por unos papeles del banco que he olvidado.

Dicho esto, se dirigió hacia las escaleras y se perdió en la planta alta. Instintivamente miré a James sin saber qué decir, esperaba una llamada de atención, pero aquello era mejor.

— Eso fue extraño — repuse mirando las escaleras que mi papá acababa de subir —. ¿Cómo es que lo haces?

— ¿Qué te puedo decir? Tengo tacto con los padres. — dijo él con una sonrisa de sabelotodo.

Por si las dudas, James se separó unos centímetros de mí. Al parecer él también estaba un poco sorprendido por la reacción de mi papá, y aseguró que le hubiera encantado ver su reacción, pero no se arriesgó una vez más, pues no creía correr la misma suerte dos veces.

Miradas del corazón [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora