🔸Rivalidad🔸

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— ¿Ya se fue tu novio, April? —preguntó de pronto alguien a mi lado.

Caitlin me miraba con una sonrisa burlona a poca distancia de mí, al parecer me había seguido desde la sala de la casa y nos había estado espiando a James y a mí.

— No es mi novio — dije yo en un tono que pareció todo, menos de reproche.

— Claro —exclamó ella como si no me lo creyera.

No esperó a que dijera nada más y entró en la casa sin mirar hacia atrás.

Observé por última vez el oscuro exterior, ya no se veía ni rastro de James por ninguna parte, así que decidí entrar.
Cerré la puerta a mis espaldas suavemente, y luego sin poder evitarlo un suspiro se escapó de mi interior. Me reí de mí misma en voz baja, aspiré hondo con los ojos cerrados y permanecí así durante unos segundos hasta que…

—¿Ya se ha ido James? — preguntó de pronto alguien.

Abrí los ojos y sorprendida vi a mi mamá frente a mí, ¿acaso había visto aquella reacción mía?

— Sí, ya se ha ido —contesté algo nerviosa al pensar que  talvez me había visto.

—¿Qué te pasa? — preguntó la mujer con curiosidad.

—Nada — respondí al instante.

— Es que te portas como… olvídalo — exclamó dejando de lado el asunto — . James es muy bueno chico, me alegra que sean amigos.

— Sí, a mi también — dije yo con una leve sonrisa—. Bueno, creo que me iré a dormir, mañana tengo clases.

— Buenas noches. — dijo mi mamá mientras me seguía con la mirada hasta las escaleras.

— Buenas noches. — exclamé yo ya subiendo por estas.

Subí hasta mi habitación y encendí la luz, mi cama estaba desacomodada, pero no me molesté en arreglarla, me acosté de un salto sobre ella y estiré ambos brazos para desperezarme. Una de mis manos tocó algo sólido y plano, era el álbum que James y yo habíamos estado observando, o más bien el que yo le había estado describiendo. Lo abrí por la primera página que estuvo entre mis dedos y lo miré. Era una pagina completamente dedicada a mí y Julie; observé atentamente aquellas imágenes. Extrañaba mucho a mi amiga…
De pronto me puse en pie, y sin pensarlo dos veces fui hasta el teléfono que estaba sobre mi mesa de noche. Marqué rápidamente aquel número que ya me sabía perfectamente de memoria ¿Cuántas veces no marqué anteriormente a su casa? Cualquier cosa era lo suficientemente interesante e importante para marcar a la casa de mi amiga. Aquella amiga que siempre había sabido y conocido mis tristezas y alegrías, era de las pocas personas que me conocían mejor en la tierra.

¿Diga? — exclamó una voz femenina al otro lado de la línea, pero no era la de mi amiga.

— Hola, señora Fellon ¿se encuentra Julie? — pregunté yo ansiosa por hablar con mi amiga.

Miradas del corazón [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora