No tenía ningunos deseos de llegar a casa tan pronto, de enfrentar a las preguntas que mi madre de seguro me haría, y tener qué contarle cómo era que me sentía en aquel momento, de revivir nuevamente aquel instante tan amargo. En aquel instante cruzaba el parque que había de camino a mi casa, todas las farolas que se encontraban ahí se habían encendido ya.
Miré a mi lado y vi aquella banca, aquella que tenía esa hermosa vista de un cielo que empezaba a llenarse de estrellas lentamente. Me senté en ella, dando un largo suspiro; volvía a desear estar de nuevo en San Diego. Una silenciosa lágrima cayó por mi mejilla y recorrió mi rostro hasta caer de él. La limpié con coraje sin decir nada.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que me había sentado en aquella banca, y estaba pensando en volver cuando escuché pasos cercanos.
— ¿April? — dijo una voz confusa.
Levanté la vista hacía aquella persona que me llamaba. James se acercaba lentamente entre el camino poco iluminado del parque, parecía un poco preocupado, pero decidido.
— Sí... ¿has venido a recalcármelo en la cara? — pregunté yo tajante.
— ¿Qué cosa?
— Lo que me dijiste de Justin. ¿Viniste a decirme que tenías razón y que él es todo eso que dijiste?
— ¿Lo es? — preguntó frunciendo el entrecejo.
— Sí, lo es. Acabo de verlo con esa bruja de Brittany — repuse yo con resentimiento al mencionar aquel nombre.
— Bueno... — empezó él como si no supiera por dónde empezar.
— Tenías razón — exclamé en voz baja.
— No quería que te dañara
— Pero lo ha hecho, y no es tu culpa. Ha sido mía por no haber hecho caso a lo que me decías — acepté yo con tristeza.
— Enserio siento lo que pasó — dijo él mientras se sentaba lentamente a mi lado.
— Sí, bueno... pero, ¿cómo supiste que estaba aquí? — dije yo cayendo en cuenta de aquello.
— Pasaba por la cafetería del centro cuando escuché decir a Justin que no habías llegado para la cita. De inmediato pensé que estarías aquí — repuso él encogiéndose de hombros.
No dije nada, solo sonreí con tristeza mientras miraba el cielo, un cielo que ya estaba cuajado de estrellas, unas estrellas que nunca había visto en San Diego. Eran brillantes y parecían sentirse mejor ahí, mientras yo quería huir de aquel pueblo en cuanto antes.
— ¿Aún estas ahí? — preguntó James de pronto después de un largo silencio.
— Sí. — contesté desviando la mirada de las estrellas.
ESTÁS LEYENDO
Miradas del corazón [COMPLETA ✔️]
RomanceEn un mundo guiado por las apariencias, April Wilson es arrastrada inevitablemente a ser la chica nueva de la preparatoria del pueblo al que su papá es enviado por motivos de trabajo. La muchacha llena de pesimismo y mala conducta piensa que su vida...