Jeon Jungkook es el Dios del Viento que vive en el reino de los nueve cielos, hijo de la Diosa de la Luna. Como príncipe celestial, debe hacerse cargo de asuntos que involucren a los nueve cielos.
Kim Taehyung es el único hijo de la Diosa del Amor...
Taehyung apenas podía mantener sus ojos fijos en los del azabache, sintiendo los latidos desenfrenados de su corazón latiendo tan fuerte como un tambor, Jungkook le sostenía la mirada que viajaba desde los carnosos y delicados labios en forma de corazón hasta sus gélidos y grisáceos ojos. Mantuvo su agarre firme en su cintura dando pequeños masajes por encima de la tela fina de su ropa, acercándose un poco más llegando a rozar sus narices donde ambos pudieron sentir sus respiraciones mezclarse.
La Deidad en ascenso sintió como las mariposas revoloteaban en su interior, siendo obligado a cerrar los ojos por simple instinto, tal vez así sería como perdería la pureza de sus suaves y frágiles labios que se encontraban entre abiertos, esperando. El príncipe celestial sonrió divertido al ver los orbes grisáceos ocultarse dándole paso a sus largas y gruesas pestañas, deleitándose con la suave fragancia a rosas que emanaba el cuello del mayor. Sin duda una fragancia divina.
Se acercó peligrosamente a esos tentativos y gruesos labios, recibiendo una bofetada mental de su subconsciente que lo llevó a aterrizar en la realidad. El azabache nunca se atrevería a besar los labios de una Deidad de rango inferior al suyo, mucho menos si no estaban enlazados en matrimonio. Se retiró lentamente de aquella zona peligrosa, disimuladamente con sus dedos rozo la piel del pómulo del pelinegro, sacudiendo la pequeña mancha negra que yacía descansado ahí hace más de un rato, sobresaltando al pequeño cuerpo en sus brazos.
Jungkook suavizó sus facciones soltando bruscamente la cintura del más bajo, tirándolo sin cuidado alguno al suelo. Taehyung soltó un quejido por el fuerte golpe en su espalda baja, dejando ligeramente extendido su labio inferior en forma de un adorable puchero, veía desde el suelo como el Dios del Viento se ponía en marcha hacía el pequeño puentecillo de madera para después desaparecer completamente de su campo de visión.
Engreído.
— ¿En serio pensabas que iba a besarte? ¡No seas idiota Taehyung!
— ¿Ya te volviste loco? —Una segunda voz apareció sobresaltando al pequeño Taehyung que yacía aún el suelo, llevando una de sus manos al pecho por el gran susto que le habían causado.
— ¡Yah Jung me asustaste! —Jung Hoseok sonrió mostrando sus dientes. El Dios de la Noche le indicó con un ademán de manos para que se sentara en la mesita en la que anteriormente había estado jugando ajedrez con la Deidad de la Luna, Hoseok gustoso se sentó haciendo aparecer una tetera de porcelana y tazas a juego. — ¿A qué se debe la visita del Gran Dios de la Guerra? No me digas... ¡Vienes a llevarme al ejercito! ¡Soy joven se supone que es voluntario! Espere.... ¡Vas a llevarme por la oreja! — Dijo escondiéndose detrás de la taza de té, asustado. Hoseok se reía a carcajadas por las ocurrencias de la Deidad menor, negando con sus manos.
— Sólo necesito tu ayuda, creo que se aproxima una guerra.
— Soy todo oídos.
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