27: El Santo.

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El tiempo fue pasando hasta dar con veinte años después, el clan se mantenía tan vivido como si fuera la primera vez, desde la llegada de Taehyung a esa numerosa familia que vivía recluida en las montañas ya nada fue lo mismo, siempre habiendo paz y alegría por cada rincón de la pequeña aldea de médicos.

Taehyung, el joven de cabellos negros y ojos grisáceos se había convertido en el Santo del clan, siendo capaz de formar parte de la elaboración de la píldora de inmortalidad para el nuevo rey que había sido coronado hace poco.

La tía que lo crió y recogió esa oscura y fría noche, ahora formaba parte del consejo de ancianos del clan de los supremos médicos, quien había dado la orden de acelerar la producción de la píldora de inmortalidad. Por supuesto, Taehyung, se había ofrecido como voluntario a recoger hierbas medicinales en las montañas logrando así salir por primera vez de el territorio del clan. 

Por otra lado, un rey y diez caballeros se encontraban cabalgando en las montañas, donde cerca había un arrollo y un bosque de bambú que se hallaba no muy lejos de la zona de los médicos supremos.

Sin embargo, el sonido de trote de unos caballos que no provenían de ellos viniendo de otro lado, mantuvo alertas tanto al rey como a los caballeros que lo protegían. 

Unos asaltantes vestidos completamente de negro los habían emboscado en el medio del bosque de bambú donde desenvainaron sus espadas con la intención de tener una pelea, aunque los bandidos superaban a los caballeros en número, poniendo al Rey Jeon en total desventaja.

Los bandidos se habían dividido en dos grupos, asaltando a cinco de los caballeros que protegían al rey, no obstantes aunque eran pocos fueron bien entrenados por el mismo gobernante de ese país y no dudaron en contraatacar con vigor y velocidad reuniéndose, formando un circulo para proteger al monarca de salir herido. 

El rey dio ordenes de dispersarse al ver la estrategia de sus compañeros de guerra, empuñando su espada y rezándole mentalmente al Dios de la Guerra para que le diese su guía y protección en medio de la pelea por la que estaba luchando. Jeon contraatacó con todas sus fuerzas, recibiendo las espadas de los enemigos y devolviéndolas con patadas, la fuerza que poseía era tan grande que lo arrastró a pegar la espalda contra el tronco de un árbol.

Viendo como uno de los bandidos estaba preparando su espada para cortar su cabeza, este rápidamente cerró los ojos para desviar el ataque, pero sintió como una brisa helada que dobló el hierro de la cuchilla como si los dioses en el cielo estuvieran a su favor, pero lo que no sabía este joven rey era que una Deidad muy cercana a él estaba vigilándolo cuidando sus espaldas sin ser visto o reconocido. 

Jeon viendo una pequeña brecha salió entre la espada y el árbol aprovechando el momento de confusión del bandido al ver su espada doblada por el viento, el rey tomó su espada y logró atravesarlo en sus costillas proporcionándole una muerte lenta y dolorosa. Corrió, corrió tan rápido como pudo siendo aún perseguido por un bandido que no se rendiría hasta por lo menos lograr hacerle un rasguño en esa bonito y arrogante rostro.

La pelea persiguió al rey hasta lo más profundo del bosque sin tener escapatoria alguna, simplemente se giró sobre sus talones y encaró al enemigo. El hombre vestido de negro con apenas sus ojos visibles por una tela negra que cubría la mitad de su rostro, se encontraba en posición de pelea, amenazando con atacar si este hacia algo sospechoso.

— ¿Qué quieres? — pregunta Jeon con fiereza, manteniendo cierta distancia entre el bandido y él.

La persona que parecía estar sonriendo tras la tela en su rostro respondió: — Tu cabeza.

El Hijo De La Luna ||Vkook Libro #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora