✰3: ¡Siempre causas problemas!

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Las gotas de lluvia golpeaban ferozmente contra la ventana de la pequeña habitación, las nubes grisáceas tapaban completamente los rayos del sol. Relámpagos y truenos hacían actos de presencia, sobresaltando el pequeño bulto bajo las sabanas.

Taehyung se hallaba arropado de pie a cabeza dejando al descubierto únicamente el rostro, aunque estaba sentado en una silla de madera al lado de la cama donde descansaba una deidad, no era motivo suficiente para temerle al sonido de los escandalosos truenos.

Desde que encontró al Príncipe Celestial en medio de la entrada a un bosque, no le había quitado el ojo de encima.

Se había preguntado como es que la barrera que impedía que los inmortales se acercaran a él, simplemente no había aparecido en el momento en que intento alzar el cuerpo desmayado de Jungkook.

Pero ese no era el principal problema ahí, la pregunta era; ¿Qué hacía el Príncipe en medio de la noche, herido y con muy poca energía espiritual? Además.... ¡Donde estaba la Deidad de la Luna!

Se suponía que debía ver a aquella mujer tan pronto como llegara al Reino Mortal, no se esperaba encontrar a su hijo en su lugar. Y Dios... Tenía que admitir que el muchacho era extremadamente atractivo para su gusto.

El Dios de la Noche no encontraba un adjetivo concreto o tan siquiera válido -consideraba que era ilegal- para describir a aquel azabache que se encontraba durmiendo profundamente en medio de la gran cama.

Dudoso, elevó sus manos con la intención de tocar aquel bonito rostro durmiente y delinear las preciosas facciones que lo adornaban, el miedo le invadió al tan siquiera pensar en la barrera que se opondría en su riesgosa misión. Pero eso no bastó con la curiosidad del moreno, las ganas de querer sentir el tacto de la pálida y perfecta piel que el contrario poseía solo intensifico sus ganas de tocarlo a tal grado de hacerlo.

Sintió el miedo y la adrenalina recorrer todo su cuerpo, cerró los ojos esperando ser derribado por la barrera pero eso nunca sucedió llevándolo a esbozar una sonrisa ladina, pasando su dedo índice por el contorno de la frente haciendo un recorrido hasta los rosados y carnosos labios del menor.

El azabache en medio de su profundo sueño, dejó escapar un suspiro que entibió por completo el corazón de Taehyung, colocando un leve rubor en sus mejillas.

Hermoso, sin duda esa era la palabra correcta para describir a la Deidad que Taehyung con un poco de diversión apodo "La Bella Durmiente".

Esperen.... ¿Pude tocarlo? ¡PUDE TOCARLO!

Los pensamientos de la pequeña Deidad en ascenso se descontrolaron haciendo revolotear su corazón en un ritmo cardiaco descontrolado. No podía creerlo, era imposible que pudiera tocar o acercarse a un inmortal.

Nunca había sentido esta clase de emoción, lo había encontrado. Baekhyun no le había mentido cuando le dijo que el Elixir podría romperse si encontraba a su pareja destinada. ¡Oh por todos los cielos existentes! ¡Jeon Jungkook el Dios del Viento era su única salida!

Jeon Jungkook no era una Deidad ordinaria, los viejos ancianos siempre comentaban todo tipo de cosas sobre él. Su nacimiento fue bien recibido por el Padre de Dioses quien le otorgo una vida llena de bendiciones. Se dice que cuando abrió los ojos por primera vez, el cielo celebró con brillantes arcoíris y más de cincuenta mil pájaros divinos fueron testigos de su llegada por diez días.

Diez mil años de mi vida y no puedo creer que por fin te encontré.

Taehyung no había caído en cuenta que aún estaba tocando el rostro del Príncipe y mucho menos se había dado cuenta de que este había despertado y lo tenía bajo su cuerpo aprisionado con ambos brazos arriba de su cabeza.

El Hijo De La Luna ||Vkook Libro #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora