El Hijo De La Luna ||Vkook Libro #1||

✧14: El libro del destino 1/2

Este capítulo y el próximo se centrarán en una de las parejas secundarias, yoonmin, para entrar más en profundidad con su asunto.

Disfruten la lectura!

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Las flores aromatizaban toda la habitación. Sin duda alguna fue la mejor decisión haber dejado que su madre le regalara y decorara su habitación con hermosas camelias rojas. Pero, se le hacía raro que su madre escogiera esa flor en específico por su significado.

En el lenguaje de las flores la camelia roja significaba "amor ardiente".

Jimin en medio de su estudio, confundido, con mechones de su rosado cabello largo adhiriéndose descaradamente a su rostro debido al sudor. Decidió por dejar de pensar en las camelias y se levantó bruscamente de la silla al ser llamado por las doncellas que lo servían, invitándolo a tomar el desayuno después de una agitada noche de "pasión" en la cual jugó un poco con las doncellas.

Sonrío para sí mismo, acomodándose los mechones de su cabello largo detrás de la oreja y por último, amarrar su hanbok para no lucir desaliñado frente a su madre. Claramente era una falta de respeto para una Deidad de alto rango, ser recibido por su invitado luciendo en fachas para nada presentables, y su madre siendo una Diosa perfeccionista y fría como su título lo decía, lo más probable es que terminara por querer golpearlo.

Reviso nuevamente su aspecto en el espejo, sintiéndose extraño, como si le faltara algo.

— ¡La horquilla! —exclamó horrorizado buscando la horquilla dorada que su padre le había obsequiado en su cumpleaños número 15.000. Esa horquilla dorada que tenía la forma de una flor azul decorada con piedra de jade. Por nada en el mundo dejaría que ese accesorio faltara para sujetar su cabello en una coleta.

Cuando termino de verse a sí mismo frente al espejo, sonrío y salió por la gran puerta que conectaba con el pequeño puentecillo de madera -ya que vivían en un muelle, los palacios estaban sobre el agua - encontrándose con la hermosa doncella que tenía el honor de verlo despertar cada mañana y aconsejarlo sobre su triste vida amorosa.

— Joven señor —ahí, nuevamente se encontraba la doncella más joven de todo el palacio, un espíritu de árbol. — Le recuerdo que la Deidad del Fuego estará de visita por la tarde. Las demás doncellas y yo estaremos jugando al ajedrez, esperando su presencia.

Si algo a Jimin le inquietaba, era ese arrogante Dios. ¡Por supuesto que no le iban las mujeres! simplemente disfrutaba de ellas jugando al ajedrez y una que otra le hacia compañía, nada más, sin segundas intenciones.

— Gracias por el informe, Momo.

La doncella de nombre Momo le dedicó una amable sonrisa, retirándose para retomar su deberes.

El joven inmortal siguió el camino que lo llevaría hasta el estudio donde encontraría a su padre, como cada mañana antes de tomar el desayuno. Aquella Deidad de cabellos canosos encargado de mantener el orden en la tierra, su padre, Park Jisung el Dios de la Tierra.

— Querido, por fin llegas —la Dios del Invierno se acercó a él con una agradable sonrisa y característico aroma a crisantemos que hacia feliz a su hijo con solo tenerla cerca.

Crisantemos, simbolizaba la felicidad, longevidad, la alegría y, por supuesto, el amor y la belleza.

Jimin la saludó con una reverencia, tomando asiento a un lado de su padre quien mantenía la vista fija en un pergamino algo viejo.

— Gracias por las camelias, madre. —su madre lo miró confundido, como si este estuviera teniendo algun tipo de problema mental. Pues ella no recordaba haberle regalado un ramo de flores desde esa vez que fue ascendido a alto inmortal.